Candidatos -o sus campañas- se distinguen por la valencia, de ahí su importancia

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Por: Mario Riorda

Cada campaña, cada candidato, ha de posicionarse desde un lugar en el que convergen los diferentes mensajes de manera coherente. Ese lugar es la valencia.

Dado que esto implica una toma de posición, la valencia es siempre ideológica, aunque no siempre es sencilla ubicarla en el continuum de lo ideológico que va de izquierda a derecha.

Sin embargo, es diferente del posicionamiento sobre asuntos (position issues), derivado de la teoría espacial del electorado en donde cada líder o partido toma posición sobre un asunto generando división en el electorado, o de la postura sobre políticas (policy stance), la valencia, valor o prioridad del asunto, implica posicionarse o lograr reputación sobre un tema, enfatizando las competencias sobre el mismo asunto o área con el objetivo de priorizarlo.

La valencia habla sobre fines deseables que muchos partidos suelen reivindicar como propios y que no encajan fácilmente en la distinción derecha o izquierda. Un ejemplo de ello pueden ser los asuntos relacionados a corrupción, reducción de la pobreza, estabilidad política, entre otros, como sostiene Elizabeth Zechmeister quien sostiene que se trata de un posicionamiento sobre un asunto de gran aceptación pública, que es en sí mismo un fin u objetivo destacado, pero desde una perspectiva respecto al cómo debería ser tratado y destacando su preponderancia.

De ese modo, el candidato –o su campaña- se distinguen o reconocen por esa valencia.

Estos asuntos, como tales, carecen de pros y contras por cuanto la aceptación es prácticamente un acuerdo previo.

Una crítica que se les hace es que suelen tener un efecto de relativa banalización por la laxitud de lo expresado en términos de contenidos, con definiciones absolutamente abstractas que no tienen un correlato exacto en políticas públicas, lo que ya tornaría ello en una postura política (policy stance) o una política pública concreta (public policy).

Hay que tener en cuenta que en términos del electorado, la valencia no divide el propio asunto sobre el que se posiciona, sino que le aplica valor –aunque si puede dividir al electorado tras esta acción si hay posturas o políticas concretas- al priorizarlo, otorgarle preferencia y enfocarlo respecto de qué manera entrarle al propio asunto/fin en cuestión.

En definitiva, la valencia, valor, o priorización sobre un asunto, otorga un elemento de diferenciación a quién lo explota, genera un reconocimiento o valía diferencial que se transforma en una asociación o intento de apropiación desde el partido o candidato, además de resaltar su preeminencia temática en una campaña sobre un tema de alta repercusión y aceptación previa.

Fuente: Blog de Mario Riorda