La comunicación digital de los 3 principales candidatos a la presidencia Argentina II: Voluntarios y posibilidades de interacción

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La comunicación digital de los 3 principales candidatos a la presidencia Argentina II

Por: Lucas Guardo

El término prosumidor no es nuevo. Ya en 1979 el escritor de ciencia ficción Alvin Toffler (así lo encasillaron mucho tiempo) hablaba acerca de un nuevo individuo que consume lo que produce.

Su definición llegó antes de tiempo: la tecnología de ese entonces no permitía que eso fue era posible. Esto se modifica como es de público conocimiento a partir del siglo XXI con la profunda transformación en el campo de las TICS.

 

Los resultados en el ámbito empresarial no tardaron en llegar. No sucedió lo mismo en el plano político, donde los representantes continuan gobernando a discreción, interpretando la voluntad ciudadana, en un contexto tecnológico que permite una participación constante y una construcción de soluciones diferente. Para esto es necesario aprovechar al máximo las innovaciones tecnológicas y no solo en clave de red social.

Podemos ha trascendido en Argentina como una fuerza que ha logrado matizar el bipartidismo español, presentándose como la nueva política. Sin entrar en la disquisición de qué significa esto, quiero señalar un aspecto de su gestación que puede servir para contrastar con lo que se está haciendo desde las tres principales candidaturas a la presidencia argentina.

Desde Plaza Podemos, su canal Appgree y la aplicación Osoigo el partido ofrece herramientas para promover la participación ciudadana, fomentando el debate y permitiendo el contacto de sus parlamentarios con los ciudadanos, a través de nuevas dinámicas basadas en el rendimiento de cuentas.

Estas alternativas para el compromiso cívico le da espaldas a la formación de Pablo Iglesias para jactarse de ser lo nuevo. Más teniendo en cuenta que en la vereda de enfrente siguen apelando a los mecanismos tradicionales de hacer política.  Lo mismo sucede en la Argentina, en particular en los espacios justicialistas de Scioli y Massa.

Este último es quizás el más osado de los dos, con una página de inicio que privilegia la opción de sumarse por sobre cualquier otra. En caso de no querer hacerlo debemos clickear la opción de “continuar al sitio”. Yo quise.

Con Daniel (que es Scioli) sucede algo similar. Todo lindo al momento de entrar en la página, nos invitan a participar. Lo hicimos de nuevo.

Sin embargo, un día después, ni noticias de como me van a sumar, en ninguno de los dos partidos. Una pena.

El Pro se diferencia en esta ocasión. Quizás por proponer una militancia más 2.0 que las otras estructuras, que por su trayectoria histórica se nutren de la militancia barrial. Una cosa no quita la otra, a mi criterio.

Más allá de que la opción de sumarse no es prioritaria en la web de inicio, una vez introducido los datos, y generado el usuario respectivo, tenemos acceso a un portal en el que podremos sugerir ideas en distintas áreas de gobierno. Sin mucho éxito por la poca difusión que se le dio a este espacio, y con nula interacción entre usuarios (no lo permite la plataforma, solo likear la propuesta de otro usuario), hay un abismo de diferencia con los ejemplo analizados previamente. Al menos desde la intención.

Randazzo (Q.E.P.D) había intentado algo similar con la Wikiderandazzo, desde la que se invitaba a los usuarios a participar en el diseño de la campaña electoral. La página ha dejado de existir, al igual que sus aspiraciones presidenciales. Realpolitik.

Terminando de escribir esta nota me llegó por la cucaracha la información de la existencia de la web, una apuesta similar a la del Pro. Pinta muy bien, da la opción de insribirse como receptor de newsletter, voluntario barrial  o cibervoluntario. Sin embargo, a un mes de las elecciones, están todavía en periodo de prueba. Inoportuno, al menos.

Por la intención le vamos a dar 0,5 puntos, distanciándose un poco más en la tabla de posiciones de comunicación digital MM. Sergio mira desde lejos.

Fuente: Blog de Lucas Guardo