Entrevista con A. González Egaña para el Diario Vasco con motivo de la presentación de mi libro “Filopolítica: filosofía para la política” en Donostia.
Antoni Gutiérrez-Rubí (Barcelona, 1960), asesor en Comunicación Estratégica, presentó ayer en Donostia el libro ‘Filopolítica. Filosofía para la política’ invitado por el Instituto de la Gobernanza Democrática, que tiene su sede en el Palacio de Aiete. Gutiérrez-Rubí reúne en 119 páginas ideas y reflexiones para contribuir a una nueva manera de acercarse, ver, hacer y entender la política desde la recuperación de la filosofía. Este experto en comunicación augura que las redes sociales van a ser «imprescindibles» en la próxima campaña electoral y defiende que «los políticos tienen que dejar un poco sus sedes e ir a las redes sociales».
¿Qué es la filopolítica?
Es la recuperación de la filosofía, de las ideas y actitudes filosóficas para la acción política. Pero no sólo para la acción sino para el proceso de reflexión, de pensamiento, de maduración y también de ponderación. La acción política debe nacer no tanto de las declaraciones sino de las reflexiones. Estamos acostumbrándonos peligrosamente a una acción política demasiado superficial.
¿Los políticos vascos practican la filopolítica?
La recuperación de la filosofía no es atribuible sólo al País Vasco; es una demanda generalizada. La democracia y los ciudadanos perciben que la política habla mucho y dice poco, que gesticula mucho y hace poco, y que piensa poco también lo que dice. Y esta sensación de una política que no te acerca al conocimiento y a la toma de conciencia es lo que la está alejando de la gente.
¿Y cómo se puede devolver a la política y a los políticos la dignidad y el respeto perdidos?
Hay una triple dirección. La primera es dotar de más ideas, con mayor profundidad y con mayor reflexión al discurso y a la acción política. La vacuidad de muchas de las declaraciones es alarmante. La segunda es la ejemplaridad porque la política va a reclamar a los ciudadanos sacrificios. La tercera es la recuperación de la palabra y el diálogo como epicentro de la política. Tenemos un gran déficit en el uso de la palabra y en el lenguaje político que está demasiado en sus trincheras ideológicas. La diferencia entre filosofía de la política e ideología pura y dura es que en la ideología defiendes tu trinchera y en la filosofía estás dispuesto a hacerte preguntas y a compartir las respuestas con otras ideas.
¿Entre los políticos que marcan hoy en día los titulares, Zapatero, Rajoy, Patxi López…, alguno aprueba en filopolítica?
Un político que se está acercando a la recuperación de la filosofía para la acción política, aunque sea demasiado manido, es Barack Obama. Está convencido de que las palabras pueden cambiar el mundo. Hemos visto en Egipto una revuelta democrática y cívica extraordinaria, pero dos años antes, el discurso más importante que han hecho nunca las democracias occidentales al mundo árabe lo dio Obama en la Universidad de El Cairo diciéndoles que la Biblia, el Corán, los textos sagrados judíos…, todos piden lo mismo, diálogo, encuentro, paz, respeto y que eso sólo es posible con actitudes democráticas. Es un presidente con grandes fundamentos teóricos y filosóficos que lee a los clásicos y esa recuperación de los clásicos para el discurso político me parece imprescindible. Está todo ahí, Platón, Sócrates, Aristóteles… Quizás esto no está de moda, pero es imprescindible para la revitalización de la política y de la democracia.
Los últimos acontecimientos que se están produciendo en Euskadi hacen pensar en que hay esperanza en el logro de la paz. ¿En esta tarea se debería aplicar también la filopolítica?
Para un escenario nuevo se necesita que las palabras ayuden y contribuyan. Las palabras son actitudes, la misma palabra se puede decir con diferentes actitudes y a veces las palabras generan actitudes favorables y desfavorables. Es un requisito para toda la acción política la coherencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace. Cuando los ciudadanos detectan que no hay esa coherencia te rechazan como interlocutor. A un escenario nuevo de esperanza como intuyo que se abre en la sociedad vasca, las palabras deben ayudar con su ponderación, moderación y tienen un carácter facilitador del encuentro. Sería muy bueno que todos aportáramos nuestro granito de arena en el lenguaje político para facilitar el encuentro.
Entonces, las palabras pueden ayudar a la paz.
Las palabras pueden ser la paz.
De cara al 22 de mayo, los políticos se preparan ya para exprimir al máximo internet, las redes sociales… ¿Van a ser más que nunca las elecciones de las nuevas tecnologías?
Cada vez más la cultura digital en su conjunto es el espacio natural para la acción política, para la sociabilidad. Internet, las redes sociales son la nueva plaza pública del siglo XXI. Y es imprescindible que si quieres estar en la plaza pública entres en ella, vivas en ella, trabajes en ella y pasees por ella. En esta campaña electoral las redes sociales van a ser imprescindibles porque la gente se ha ido a vivir a ellas. Si se quiere llegar a la gente, los políticos van a tener que dejar un poco sus sedes e ir a las redes sociales.
Publicado en Diario Vasco
Fuente: Blog de Antoni Gutierrez-Rubí