Con este artículo quiero comenzar a compartir una serie de 4 entregas tomadas del blog NetoRatón, ya que considero que de los errores siempre salen grandes aprendizajes.
Por César Calderón
Cuando uno pensaba que los partidos políticos habían comenzado a comprender que su comunicación en internet tenía que dirigirse hacia ciudadanos en lugar de tomar a los internautas como si fueran adolescentes con acné o débiles mentales; cuando uno creía que Supergaspi, aquel ridículo flash de Gasparín Llamazares en leotardos que Izquierda Unida lanzó en su campaña online en las anteriores generales, que unánimemente es considerado uno de los mayores fails en una campaña electoral online a este lado del rio pecos era insuperable, el Partido Popular de Salamanca y con su candidato Alfonso Fernández Mañueco a la cabeza, han roto todas las previsiones.
La campaña “Alfonso 2.0″ , en la que el candidato popular confía sus respuestas a las de preguntas los ciudadanos a un bot con frases de garrafón, es uno de los mayores errores conceptuales que puede cometer un político en internet y demuestra que no ha entendido nada sobre como funciona la red.
En una época en la que algunos políticos ya conversan con los ciudadanos en las redes sociales, el señor Mañueco ha huído de este intercambio de ideas, cambiándolo fraudulentamente por una curiosa mezcla entre el odiado clip de ayuda de microsoft office con el repelente muñeco Monchito, que trata de responder frases predeterminadas, y en las que si uno tiene un poco de mala leche pueden pasar cosas tan divertidas como éstas: ( Gracias por los pantallazos a Nacho Paredero )
En definitiva, una campaña que demuestra que algunos políticos, por mucho que se pongan el “2.0″ detrás, no han entendido nada de lo que está sucediendo en internet y de sus potencialidades para trazar conversaciones y escuchar a los ciudadanos. y que son capaces de hacer el más absoluto de los ridículos con tal de conseguir una foto supuestamente “cool” en muchos medios de comunicación, que una vez más han resultado meros canales acríticos de propaganda en lugar de investigar un poco el funcionamiento de este engendro.