Por César Calderón
No me cabe duda alguna, Alberto Ruiz Gallardón ha infiltrado hábilmente a varios de sus agentes en la campaña de Jaime Lissavetzky, para comprobarlo solo tienen que mirar la web – o lo que diablos sea eso- que ha presentado el candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid.
Probablemente estamos ante una web record, ya que aúna el horror estético más profundo con una inutilidad absoluta para los fines que debería perseguir, es decir; ni presenta al candidato, ni deja ver de forma clara su programa, ni permite participar. Y todo ello en un maremagnum de acrónimos que no sería capaz de descrifrar ni el egiptólogo más avezado.
Y todo esto sin mencionar los sonidos horrorosos y el movimiento constante de letras que la acompañan, que hacen imposible permanecer más de 2 minutos en la web sin tomar biodramina.
Si una web de campaña debe presentar al candidato, su programa, animar a las navegaciones de profundidad y propiciar la participación, la web de Lissavetzki consigue exáctamente lo contrario y en tiempo record, es decir, que el ciudadano huya despavorido en busca de paz y calma.
El desastre se completa con una negligente gestión de etiquetas en el código fuente de la web, que trata de posicionar al candidato con faltas de ortografía y con la invención del concepto “comunicación 6.0″, que a lo que parece, debe ser la comunicación gutural de los orcos de Mordor.
Fuente: NetoRaton