Por Juan Martín Expósito
Creo que las redes sociales han democratizado la vida política. Por primera vez, las personas pueden hablar y exponer sus opiniones fuera de su círculo más inmediato de amistades, trabajo o familia y tienen la posibilidad de ser oídas por mucha, mucha gente.
En política, las redes sociales no son más importantes que en otra esfera de la vida, lo que ocurre es que además de para escuchar a las personas que te siguen, tienen que servir para controlar a los políticos. Y esto me parece la excelencia en democracia. No sólo hay que pedir cuentas cada cuatro años. Que se pueda comentar cada una de las decisiones tomadas, al poco de hacerlo, me parece, incluso, que tendría que ser obligatorio.
Yo desembarqué en Facebook hace ya dos años y la verdad es que me parece cada día más apasionante. He conocido a mucha gente que me ha aportado ideas muy interesantes, no sólo cuando se las pedimos, por ejemplo para el debate sobre el estado de ciudad, sino también de forma espontánea. La relación con la mayoría de las personas con las que conecto en esta red social es muy satisfactoria y gratificante. No sólo en el Facebook, sino también en el Blog.
Creo que las redes sociales deberían servir también para devolver la fe en la política utilizada como una manera de autogobernarse una comunidad humana. El desapego y la desafección que actualmente existe entre la sociedad y la clase política desaparecería si los ciudadanos y ciudadanas controlaran (nos controlaran) a las personas que nos dedicamos (temporalmente, como es mi caso) a la política.
Con control directo hay trasparencia y eso es lo que falta ahora mismo. Creo que la ciudadanía debería tomar la iniciativa para ejercer ese control. No sólo se impondría la transparencia en la clase política sino también en el “establishment” que toda sociedad tiene pero que nunca emerge como tal. Las redes sociales son el futuro pero tenemos que la ciudadanía debería entrar ya para poder llegar a él.
Fuente: Politicaredes