Por César Calderón
La campaña electoral argentina está poniendo las paredes de Buenos Aires patas arriba. Llama poderosísimamente la atención la cantidad de candidatos a la presidencia de la nación, muchos de los cuales se quedarán en meros precandidatos, así como la variedad de lemas, consignas, y colorido de su cartelería electoral, lo que aquí llaman afiches.
Entre todos quiero destacar uno que me ha resultado especialmente bizarro, el del candidato Alberto Rodríguez Saá, seguidor de las doctrinas ultraliberales de Menem, que ha engalanado las calles del barrio de la Recoleta con unos indescriptibles carteles en tonos entre verde-esmeralda y azul-pitufo, en los que el candidato aparece en un primer plano digno de los primerios episodios de la familia monster, mostrando sus dientes y luciendo un alarmante corte de pelo, al mejor estilo de las Hitlerjugend.
Si les ha asustado la fotografía, les aseguro que por la calle, y a oscuras, es mucho más terrible.
No parece que el señor Rodríguez Saá se tome demasiado en serio su propia candidatura, de otra forma hubiera elegido a un fotógrafo menos sádico.
Fuente: Blog de César Calderón