Por Roger Fort
Después de mucho tiempo sin actualizar el bloc quería hablaros en este post sobre qué tipo de comunicación política puede ser más efectiva en una campaña electoral: la comunicación vertical y/o la comunicación horizontal.
Entiendo la comunicación vertical como todos aquellos productos de comunicación susceptibles de tener repercusión mediática a través de los mass media (convocatoria a los medios de revista informativa, web, redes sociales, material de campaña electoral – banderolas, cartas, spots electorales, anuncios…). Este tipo de comunicación exige un soporte textual, gráfico, visual o de audio, es decir, hay un ‘empaquetamiento’ del producto comunicativo para proyectarlo posteriormente a la población. Es el tipo de comunicación más propia de las grandes ciudades, con elevada concentración de población.
Por el contrario, la comunicación horizontal englobaría toda comunicación ‘informal’ como el boca a boca, el merchandising (llaveros, pulseras, mochilas, bolsas, lápices…), reuniones con los vecinos, puerta a puerta, entre otros. Es decir, es toda acción que supone un contacto directo con el elector, donde la entrega del mensaje político resulta mucho más personalizada y sin el corsé de intermediarios. La comunicación horizontal se considera más exitosa en los sitios pequeños, con poca población.
Pronto nos pondríamos de acuerdo en afirmar que sincronizar y complementar ambos tipos de comunicación nos acerca* al éxito electoral. Ahora bien, hay que saber ponderar:
- Tamaño y concentración de la población – daremos más peso a la comunicación vertical en lugares con elevada concentración de población y más peso a la horizontal en sitios con poca población (en este caso también es una cuestión de recursos económicos y de personal)
- Tipo de públicos – segmentación en targets para optimizar y hacer más efectiva la comunicación que apliquemos a cada uno de ellos
- El tiempo – planificar y dosificar ambos tipos de comunicación en función del momento de la legislatura en el que nos encontremos
En definitiva, para llegar al inicio de la campaña electoral con los deberes hechos hay que haber llevado a cabo una secuencia de acciones políticas y comunicativas lógicas con ritmo in crescendo, donde se alcance el momentum durante las dos semanas de campaña electoral para conseguir el éxito electoral el dia D.
* Digo nos acerca y no garantiza porque si detrás de toda buena acción comunicativa no hay un proyecto sólido, un candidato que proyecte confianza, proximidad y liderazgo y una gestión u oposición de gobierno responsable, es difícil que la comunicación política altere la percepción generalizada de los electores.
Fuente: Packaging Politics