Por Raquel Quílez
Segunda parte de entrevista con Raquel Quílez para su artículo: ELECCIONES. “La trastienda de las campañas II”. Para leer la primera parte hacer clic aquí
¿Qué dirían los antiguos líderes de la lucha política si supiesen que sus sucesores tienen un ‘coach’ para darles confianza emocional? ¿Imaginaban los candidatos de la recién estrenada democracia que sólo 35 años después necesitarían asesores para crearse una identidad online? Los tiempos cambian y con ellos, el perfil de las personas que diseñan las campañas. Los coordinadores económicos, de comunicación, jurídicos o de área siguen como pilares básicos, pero entre tanto clásico emergen nuevas figuras.
“Todo gira en torno a las fortalezas y debilidades del líder, por lo que el equipo debe estar integrado por personas capaces de amplificar unas y minimizar las otras”, resume Antoni Gutiérrez-Rubí, experto en campañas electorales. Y a juzgar por su experiencia, una de las mayores flaquezas de nuestros políticos es su capacidad para resistir los envites del día a día.
“La campaña es muy larga y las expectativas pueden subir o bajar afectando al candidato, que se enfrenta a muchas situaciones de estrés. Necesitan que alguien les anime y les explique qué se espera de ellos en cada momento, qué sentimientos deben emitir, qué tono vital tienen que proyectar en cada entrevista, en cada mitin… Las personas que les ayudan a dar forma a su perfil emocional están tomando mucha fuerza en los equipos”, añade.
José Antonio Bermúdez de Castro, coordinador Electoral y de Formación del PP, reconoce que en su partido determinados líderes “pueden requerir este tipo de servicios”, pero obvia desvelar quiénes. “Hay candidatos que sí solicitan un ‘coach’ personal o algún experto para que les ayude. Depende de su personalidad, pero se trata de un ámbito más a cuidar, igual que la imagen o el mensaje”.
Antonio Hernando, coordinador de campaña del PSOE, añade que en su partido se atribuyen estas tareas a un equipo de formación en comunicación, que enseña a los candidatos cómo afrontar ruedas de prensa, ‘canutazos’, debates o qué necesitan y esperan los medios de ellos.
La idea provoca sonrisas en las formaciones más pequeñas. “Tenemos muchos asesores que trabajan con nosotros de forma voluntaria. Y entre ellos hay algunos con conocimientos de ‘coaching’ personal, pero no es algo que esté entre nuestras preocupaciones. Que cada candidato se trabaje la campaña y salga a la calle a ganarse el voto”, dicen desde UPyD. Exacta postura mantienen en IU.
Y es que estos partidos con menos recursos tienen menos opciones de mimar al líder. Parte de la ejecución de su campaña depende directamente del buen hacer de sus afiliados. Paco Pimentel, responsable de Acción Electoral en UPyD, explica que “casi todo el trabajo lo hace gente voluntaria; desde poner en marcha un acto de envergadura a cargar furgonetas o explicar el programa en las calles. Son amas de casa, catedráticos, abogados…”. A dedicación completa y contratados por el partido sólo son 24 en toda España.
Críticas al modelo norteamericano
Esa movilización de voluntarios es precisamente lo que más gusta a los expertos a la hora de poner como ejemplo a seguir las campañas estadounidenses y, en particular, la que llevó a Barack Obama a la Casa Blanca. Y entonces los equipos españoles sacan las uñas. No les gustan las comparaciones. “Su modelo requiere unos ingentes gastos económicos y eso es algo culturalmente mal visto en Europa. De hecho, en España hemos aprobado una ley para limitar un 15% el tope de gasto electoral. Además, lo de movilizar a los voluntarios es algo que hemos hecho siempre, sobre todo en municipales”, dice el socialista Antonio Hernando, tras confesar que en el PSOE tienen “la obsesión y la obligación” de estudiar los diferentes modelos electorales y han mandado gente a EEUU a seguir el suyo.
Carlos Martínez Gorriarán, responsable de programa de UPyD, añade que “lo de que EEUU es el modelo se ha convertido ya en un tópico hilarante. Allí la gente está muy acostumbrada a dar donativos para poner en marcha las campañas. Dan porque así controlan, pero en España pides un donativo y te llaman gorrón. Los partidos están pagados por el Estado y la forma de hacer comunicación está íntimamente ligada a eso”.
Su partido tuvo cierta aproximación al modelo USA en las generales de 2008, cuando emitió bonos para financiar su campaña, aunque rehuyen de la idea del mitin espectáculo que tanto se repite al otro lado del Atlántico. “Preferimos la comunicación directa con la gente, que puedan preguntar a los candidatos. Yo soy un jefe de campaña que jamás ha estado en un mitin que no haya organizado yo. Si hubiese estado en grandes actos, supongo que habría incorporado cosas, pero como no, lo hacemos a nuestra manera”, confiesa, por su parte, Pimentel.
Creativos diseñando gestos
Según el analista González Rubí, otro de los perfiles que despunta en los equipos electorales es el de los expertos centrados en los pequeños detalles. “Se valora mucho que haya personas capaces de planificarlos e integrarlos en la estrategia electoral. Una palabra, un gesto o un elemento escenográfico pueden ser clave y convertirse en símbolos de campaña”, explica. Un ejemplo claro fue el gesto de la ceja de Zapatero, que se transformó en un elemento con entidad propia, fácil de repetir y que todo el mundo reconoce. Prueba de ello es que la expresión “los de la ceja” es definitoria por sí misma. Para bien o para mal.
Esta tarea suele estar asignada a las agencias de publicidad que trabajan con los partidos. Antonio Hernando (PSOE) confiesa que el gesto de la ceja nació de las reuniones con Sra. Rushmore, responsable de la creatividad de los socialistas. “En los encuentros con ellos salen muchas cosas de ese tipo que luego derivan en acciones”, añade. [El PP ha comenzado a trabajar con Draftfcb e IU repite con Tócala, Sam].
Además, en esta campaña se ha convertido en indiscutible la división entre los miembros del equipo dedicados a la dimensión off y on line de los candidatos, estos últimos ya indispensables e hipervalorados. “Si la imagen del candidato es conocida, debes mantenerla porque la familiaridad funciona muy bien con el electorado y con los medios. Si no, se le pueden pedir cambios de imagen, vestimenta, etc., aunque suelen ser reacios”, explica Francisco Roldán, asesor de más de 60 campañas.
Daniel Ureña, experto en comunicación política, aporta el ejemplo más claro: Tomás Gómez vs. Esperanza Aguirre. “En estas autonómicas, Gómez tiene el gran objetivo de incrementar su notoriedad, que la gente sepa cómo es y cómo piensa -¿para eso recurrió a ‘Invictus’?-, pero Aguirre ya lo tiene todo hecho en cuestión de imagen. Poco puede cambiar, por lo que su estrategia será apelar a la experiencia y explicar lo que ha hecho y lo que le queda por hacer”. Terreno más espinoso es el de la identidad digital, asunto que expertos y políticos tratarán en el próximo reportaje de ‘la trastienda de las campañas’.
Fuente: El Mundo