Por: Ernest Benach
El 28 de abril del 2008 hice mi primer tuiteo. Abrí una cuenta en Twitter y también un perfil en Facebook. Tres años no son nada en la historia de un país, pero pese a ello las cosas, a todos los niveles, han cambiado mucho, muchísimo. Lo cierto es que, ahora mismo, desde consellers hasta jefes de la oposición, desde diputadas hasta alcaldes pasando por una legión de candidatos a las municipales, nos obsequian con tuiteos de todo tipo. Desde los más poéticos hasta los que dicta, o escribe, el responsable de comunicación y que responden a la estrategia de márketing electoral que el partido ha dictado. Desde los tuiteos más espontáneos hasta los más graciosos. Desde los que están cargadas de faltas de ortografía (y aquí los cargos electos, especialmente, deberían velar por la calidad de la lengua) hasta aquellos que serían absolutamente prescindibles.
En TODO caso, de toda esta aventura me quedo con la necesaria interacción que se produce en el debate político. Hoy, la gran mayoría de periodistas que siguen la política (o los deportes, sociedad o cultura…) ya tienen Twitter y muchos lo utilizan. Hoy la gran mayoría de políticos también. Y, lo más importante, hoy son muchos los ciudadanos que ya están en las redes sociales y tienen acceso a cargos electos, y pueden debatir libremente con ellos. Seguro que existen riesgos, nunca los he negado, pero también es cierto que cada vez existen más ventajas y que hay que saber aprovecharlas.
Desde que Obama popularizó el uso de las redes sociales en su campaña electoral, ninguna campaña ha vuelto a ser igual. Y en cada campaña internet es más importante, hasta el punto de que dentro de pocas contiendas electorales tendrá el protagonismo absoluto: desde la propaganda electoral, el márketing, el acceso al ciudadano, el debate político, la información electoral… hasta el poder votar. Pero también es cierto que quien solamente utilice las redes sociales en campaña no será creíble, no contará. Esta dinámica obliga a ser uno mismo y también exige constancia.
Durante estos tres años, como decía, han ocurrido muchas cosas. Catalunya ha cambiado de Govern, los partidos han sufrido sacudidas y alegrías diversas, han sucedido catástrofes naturales a nivel planetario, en nuestro país ha habido emergencias graves, algo se está moviendo en el mundo árabe, hace unos días Osama bin Laden, el terrorista más buscado, era asesinado en una operación como mínimo polémica… Y en todos esos ámbitos las redes sociales han jugado un papel u otro. ¿Recuerdan las nevadas de hace unos meses? Twitter se convirtió aquel día en la evolución de la radio, conseguía la inmediatez en la noticia, y mucha gente pudo soportar las inclemencias del tiempo y las desagradables consecuencias de las nevadas de otro modo. La información facilitaba las cosas en una situación delicada. Si vamos al otro lado del mundo, Japón ha sufrido un desastre natural de consecuencias aún imprevisibles. Lo que en otros momentos habría sido una noticia explicada a posteriori para el resto del mundo, con una diferencia horaria considerable, se convirtió vía Twitter en una retransmisión en directo de un desastre natural de una magnitud estremecedora. En poco tiempo todo ha cambiado muchísimo, de forma radical, y creo que estamos solo en el inicio de una revolución en las formas de hacer política, en la que la información y la calidad de la misma, por una parte, y las redes sociales, por otra, condicionarán absolutamente el futuro. El último ejemplo, la muerte de Bin Laden. Es un tuiteo de Keith Urban, exalto cargo de la Administración norteamericana, el que da la primera pista de que algo gordo estaba ocurriendo, y es un consultor informático paquistaní, Sohaib Athar, quien retransmite, sin saberlo, la presencia de helicópteros en la residencia de Bin Laden.
Las redes sociales han entrado en el deporte, en la política, en la cultura… en la vida. Hablando de política, podríamos poner 10.0000 ejemplos de cómo Twitter se ha introducido en las dinámicas políticas, pero quisiera remarcar uno por la importancia que ha tenido en los últimos meses aquí: las consultas ciudadanas sobre la independencia de Catalunya. Obama consiguió crear red humana gracias a las redes sociales y a un buen uso de internet. Ese fue su gran éxito. Cuando casi un millón de personas van a votar de forma libre, sin grandes aspavientos, sin ningún tipo de incidentes, con toda normalidad, y expresan que algo está pasando en este país y que quieren un cambio radical de estatus, estamos asistiendo a un cambio de paradigma en las maneras de hacer política. Y este mismo proceso, hace solo cinco años, habría sido impensable por muchos motivos, uno de ellos precisamente es la irrupción de las redes sociales en nuestras vidas. El gran triunfo de los organizadores de las consultas es que, más allá de una participación más que digna, de una organización modélica y de una serenidad que ha ayudado a hacer las cosas fáciles y agradables a los ojos de la gente, han conseguido crear red ciudadana, la auténtica protagonista de los cambios que en los próximos años tendremos el privilegio de vivir.
Expresidente del Parlament.
Fuente: El Periódico