La candidata de Fuerza 2011 no logró superar a Ollanta Humala, aun cuando días previos a las elecciones las encuestas la daban como triunfadora. Los fantasmas del pasado, su padre, la alejaron de la presidencia
Keiko Fujimori llegó a marcar una diferencia de hasta siete puntos a favor en las encuestas previas a las elecciones que finalmente ganó Ollanta Humala. Había logrado un decoroso 24% en la primera vuelta del 10 de abril, sin embargo, todo parecía indicar que el líder nacionalista caería en la misma trampa que en 2006, cuando no logró quedarse con el ballottage frente a Alan García.
La hija del ex presidente Alberto Fujimori contaba con seducir a los votantes de los otros tres candidatos presidenciales peruanos que, juntos, sumaban más del 40% del electorado. Pero no logró su objetivo. En la semana previa a los comicios, se estancó en los sondeos y en los últimos dos días, perdió terreno.
¿Qué sucedió con Keiko Fujimori? ¿Qué hizo que la balanza se inclinara por Humala cuando gran parte de su electorado corresponde a la misma extracción social que los seguidores del ex militar? ¿No alcanzó con el beneplácito de los mercados? Sucedió que el jefe de Gana Perú hurgó en el pasado de su padre, sacó a la luz las políticas más aberrantes de los años noventa en Perú e, incluso, se las espetó en la cara en pleno debate público del 29 de mayo pasado.
“Señora Fujimori, usted dice defender los derechos de las mujeres más pobres, sin embargo, durante el gobierno en el que fue usted primera dama, se esterilizaron a 300 mil mujeres sin su consentimiento y usted tenía 26 años, no era una niña”, dijo Humala con la mirada fija en su contrincante. Y siguió: “Además de eso, una persona cercana a su equipo de campaña es el doctor Aguinaga, quien era ministro en ese entonces, y durante su gestión, justamente, se llevó a cabo esta política sobre la base de que para eliminar la pobreza había que eliminar a los pobres. ¿Por qué no hizo nada y qué va a hacer con el doctor Aguinaga?”
Fujimori, que hasta ese pasaje del debate había sido la expositora con más carisma, perdió la postura erguida y la seguridad desapareció de su rostro. “No hay nada probado”, respondió.
En algún sentido, la jefa de Fuerza 2011 tenía razón. La Justicia no dijo que Alberto Fujimori esterilizó a todas esas mujeres sin su consentimiento, pero sí hay varios informes -incluso uno elaborado por una comisión legislativa- que le dan la razón al ahora presidente electo.
El 8 de septiembre de 2001, cuando todavía no había pasado un año de la fuga del ex mandatario a Japón, el entonces ministro de Salud, Luis Solari, formó una Comisión especial para indagar los verdaderos propósitos del programa de Anticoncepción Quirúrgica Voluntaria (AQV) del fujimorismo que, como bien indicó el líder nacionalista, fue encabezado por Alejandro Aguinaga en los últimos años de ese gobierno.
Ese equipo de trabajo elaboró un Informe final de 137 páginas. Allí, se asegura que entre 1995 y el año 2000 fueron esterilizadas 331.600 mujeres, y que 25.590 hombres atravesaron una vasectomía. “Esas personas fueron captadas ya sea por medio de presiones, de extorsión o de amenazas, ya sea ofreciéndoles alimentos, y sin ser debidamente informadas, lo que les impidió decidir en total conocimiento de causa“, señala el informe que difundió elDiplo.
De la época se hallaron pocos documentos oficiales, pero la comisión organizada por el ministerio de Salud post Fujimori se recuperaron 56. En esas páginas, se informaba mensualmente la cantidad exacta de intervenciones. Esos documentos llevan la firma de los tres ministros de Salud que prestaron sus servicios en esta administración: Eduardo Yong Motta (1994-1996), Marino Costa Bauer (1996-1999) y Alejandro Aguinaga (1999-2000).
Se trataba de un plan especialmente creado para las regiones más pobres de Perú: la sierra andina, la selva amazónica y las villas miseria que rodean la ciudad de Lima.
“Inquietantes noticias llegaban de varias comunidades, como Mollepata, Limatambo o Ancahuasi. Mujeres que habían llegado al dispensario para un control sanitario de sus hijos eran encerradas, a veces en grupos de diez o veinte. Con la excusa de vacunarlas, se las llevaba a la sala de operaciones, donde eran anestesiadas. De allí saldrían, una a una, aún aturdidas. Más tarde comprenderían, conmocionadas, que habían sido esterilizadas y que ya no podrían tener más hijos”, relató Françoise Barthélemy para el periódico francés.
La violación sistemática a los derechos humanos es una ofensa que, según probaron los votos, millones de peruanos no están dispuestos a dejar de lado. Aun cuando la candidata congresista intentó desmarcarse del oscuro pasado de su progenitor, todos los afiches de campaña la mostraban sonriente al lado de su padre.
El ex presidente (1990-2000) Fujimori fue sentenciado en abril de 2009 a 25 años de cárcel, señalado como autor intelectual de dos matanzas perpetradas por un grupo clandestino del Ejército, en las que murieron 25 personas durante el conflicto interno contra las guerrillas. Pero las acusaciones en su contra son interminables.
Que nuevamente salieran a la luz las irregularidades del programa de Anticoncepción Quirúrgica Voluntaria pesaron en la decisión del electorado peruano. Más aún con la insistencia de Keiko de mantener a su lado a Aguinaga.
El electorado peruano fue permeable a la estrategia de Humala. La esterilización de mujeres fue el argumento que eligió su comando de campaña para sintetizar las atrocidades del gobierno de Alberto Fujimori. La mayoría de los peruanos legitimó con su voto que Keiko sería la continuidad de ese pasado. Más del 50% de los 20 millones de peruanos que acudieron a las urnas este domingo 5 de junio votó en contra de lo más oscuro del régimen fujimorista. Y ganó Humala.
Fuente: Infobae