Por: Hugo Moreno
Lo que se conoce todavía como comunicación social está colapsada ante el veloz desarrollo de nuevos paradigmas de comunicación que rebasaron, ya desde hace años, las obsoletas técnicas y mecanismos para dar a conocer los mensajes de gobiernos e instituciones en el mundo, lo cual es hoy más que nunca evidente.
Una muestra clara está en la lentitud que se observa en las políticas de comunicación social de los presidentes latinoamericanos para adoptar y adaptarse a las redes sociales, donde la figura e imagen que procuran con fuertes inversiones y sesudas estrategias en medios tradicionales, contrasta con la pobreza de su actitud y presencia en social media.
Y aunque subsiste en el sedimento de la red una actitud de rechazo y recelo de los internautas a que el poder político encarnado en los gobernantes asuma una actitud injerencista y controladora de la plataforma del ciberespacio, lo cierto es que hoy los gobernantes han tenido la oportunidad de entrar a las redes sociales con éxito y no lo han hecho porque es evidente que carecen de planes y programas de comunicación actualizados y adecuados que atiendan las necesidades de información y contacto con los públicos en todos los canales y plataformas disponibles en la actualidad.
Por eso hoy somos testigos de que en la atmósfera digital se respiran suspicacias y desconfianza hacia los gobiernos que emprenden iniciativas de comunicación para tener mayor presencia en social media, quienes tratan de entrar con el pie equivocado al escenario virtual de las discusiones y el mundo que han construido sociedades y empresas en las redes sociales.
A paso lento y titubeante, como regularmente sucede, gobiernos de diversas latitudes del mundo toman conciencia de la importancia e impacto social de las nuevas formas de comunicación y algunos reaccionan con censura, veto y bloqueo de las redes sociales; otros, tratan de explorar cómo entrar y van por los mecanismos que les abran las puertas al mundo virtual como las herramientas de medición de los usuarios, es decir, conocer el “mercado” o los públicos para saber, más que atender, en el mejor de los casos, sus demandas principales y “manejarlas”, careciendo de propuestas u ofertas de solución, ya que si las tuvieran, comenzarían por ofrecerlas porque ésta es la vía más idónea para ser “aceptados” en el mundo interactivo de las redes sociales.
Y es que la desconfianza nace precisamente del potencial tecnológico de que se dispone y al cual ya la sociedades han quedado expuestas; hoy se puede conocer no sólo aquello que el ciudadano pide, demanda, denuncia o exige en las redes sociales, sino sus gustos, estados de ánimo, ubicación, etcétera, es decir, vida, obra, emociones, sentimientos más allá de los clásicos datos de identidad personal que se conocían desde el siglo pasado. Pero ¿Para qué individualizar las demandas sociales de consenso que se manifiestan en las redes sociales, en lugar de atenderlas? ¿acaso se busca acallar a los individuos para evitar los consensos en rutas diferentes sobre problemas reales que el ciudadano quiere que sean atendidas y no están en los proyectos de gobierno? Esas son algunas de las dudas que flotan en el ambiente del mundo virtual.
Aunque desde hace unos cuantos años esta tecnología de métricas se ha ido perfeccionando y utilizando regularmente, sobre todo por las empresas para conocer sus objetivos en el mercado de consumo y diseñar estrategias de marketing; ahora con el interés que han manifestado algunos gobiernos en su participación a partir del análisis de los mercados tecnológicamente depurado, los usuarios han vuelto sus ojos recelosamente porque se sienten amenazados ante la posibilidad de que experiencias de coacción y represión se den en las plataformas donde creen pasar inadvertidos porque muchos sienten la presencia fantasmal del anonimato que alimenta la sensación de libertad en internet y motiva la participación en las redes sociales; la historia no ha pasado en vano ni se olvida y está pesando mucho en el ánimo de los usuarios de internet.
Y es que los gobiernos intentan ingresar por una puerta equivocada, quizá por desconocer la naturaleza misma de las redes sociales que implica la participación, colaboración e integración social no sólo la difusión de mensajes, lo cual no se ve que esté considerado en sus planes de comunicación social. El debate será todavía largo porque atañe a la trasformación social, política, económica y cultural, particularmente, la interacción entre ciudadano y gobierno apunta al fortalecimiento de la democracia más allá de su dimensión representativa, actual paradigma en el que se sustenta la gobernabilidad de la mayoría de los países.
¿Qué tenemos hoy, en este momento, en los hechos de cómo se utilizan las redes sociales en este binomio usuarios-gobiernos? Veamos el caso de los Presidentes latinoamericanos, cómo se han manejado en las redes sociales hasta ahora y cuál es su potencial para comenzar a marchar en una lógica positiva de aprovechamiento de la plataforma de internet.
Producto del seguimiento de la presencia de 20 presidentes latinoamericanos en las principales redes sociales, observamos que Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina, es la mandataria más activa en redes sociales de la región, seguida por Hugo Rafael Chávez Frías, presidente de Venezuela y Felipe Calderón Hinojosa, de México. Los resultados están en la siguiente tabla, donde en la columna aparece el número de la posición que ocupa cada uno de los personajes en Twitter, Facebook, Youtube, LinkedIn y Orkut.
PRESIDENTES LATINOAMERICANOS CON MÁS CONTACTO CON USUARIOS EN REDES SOCIALES (RANKING X RED)
PAÍS
|
PRESIDENTE
|
TWITTER
|
FACEBOOK
|
YOUTUBE
|
LINKEDIN
|
ORKUT
|
Argentina
|
Cristina Fernández de Kirchner*
|
3
|
1
|
6
|
1
|
1
|
Bolivia
|
Juan Evo Morales Ayma
|
15
|
9
|
5
|
S/C
|
S/C
|
Brasil
|
Dilma Vana Rousseff
|
5
|
15
|
4
|
S/C
|
S/C
|
Chile
|
Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique
|
6
|
16
|
7
|
S/C
|
3
|
Colombia
|
Juan Manuel Santos Calderón
|
7
|
4
|
8
|
3
|
S/C
|
Costa Rica
|
Laura Chinchilla Miranda
|
9
|
3
|
11
|
S/C
|
S/C
|
Cuba
|
Raúl Modesto Castro Ruz
|
16
|
12
|
15
|
S/C
|
5
|
Ecuador
|
Rafael Correa Delgado
|
17
|
7
|
14
|
S/C
|
S/C
|
El Salvador
|
Carlos Mauricio Funes Cartagena
|
13
|
17
|
9
|
S/C
|
S/C
|
Guatemala
|
Álvaro Colom Caballeros
|
14
|
20
|
12
|
S/C
|
S/C
|
Haití
|
Michel Joseph Martelly
|
10
|
14
|
16
|
S/C
|
S/C
|
Honduras
|
Porfirio Lobo Sosa
|
18
|
13
|
18
|
S/C
|
S/C
|
México
|
Felipe Calderón Hinojosa
|
1
|
5
|
2
|
S/C
|
4
|
Nicaragua
|
José Daniel Ortega Saavedra
|
19
|
11
|
19
|
S/C
|
S/C
|
Panamá
|
Ricardo Alberto Martinelli Berrocal |
8
|
8
|
13
|
S/C
|
S/C
|
Paraguay
|
Fernando Armindo Lugo Méndez
|
11
|
18
|
20
|
S/C
|
S/C
|
Perú
|
Ollanta Humala Tasso
|
4
|
2
|
3
|
S/C
|
6
|
República Dominicana
|
Leonel Fernández Reyna
|
12
|
10
|
17
|
S/C
|
S/C
|
Uruguay
|
José Alberto Mujica Cordano
|
20
|
19
|
10
|
S/C
|
S/C
|
Venezuela
|
Hugo Rafael Chávez Frías*
|
2
|
6
|
1
|
2
|
2
|
La tabla muestra la posición que ocupa el país-presidente analizado del grupo de 20 mandatarios, donde 1 la mejor clasificación y 20 el último lugar y el más deficiente papel. S/C se refiere a que el personaje no tiene cuenta en esa red. Los números resaltados de color, enfatizan quién de los personajes analizados, ocupa el primer lugar en la red social correspondiente.
*Los mandatarios de Argentina y Venezuela tienen cuentas en las 5 redes sociales analizadas, aunque hay que destacar que en los casos de LinkedIn y Orkut, no registran movimientos actualizados en los últimos 4 meses.
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RANKING DE PRESIDENTES LATINOAMERICANOS EN LAS 5 PRINCIPALES REDES SOCIALES UTILIZADAS EN AMÉRICA
- Cristina Fernández de Kirchner, Argentina
- Hugo Rafael Chávez Frías, Venezuela
- Felipe Calderón Hinojosa, México
- Ollanta Humala Tasso, Perú
- Juan Manuel Santos Calderón, Colombia
- Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique, Chile
- Raúl Castro Ruz, Cuba
- Laura Chinchilla Miranda, Costa Rica
- Dilma Vana Rousseff, Brasil
- Juan Evo Morales Ayma, Bolivia
- Ricardo Alberto Martinelli Berrocal, Panamá
- Rafael Correa Delgado, Ecuador
- Carlos Mauricio Funes Cartagena, El Salvador
- Leonel Fernández Reyna, República Dominicana
- Michel Joseph Martelly, Haití.
- Álvaro Colom Caballeros, Guatemala.
- Porfirio Lobo Sosa, Honduras.
- José Daniel Ortega Saavedra, Nicaragua.
- Fernando Armindo Lugo Méndez, Paraguay
- José Alberto Mujica Cordano, Uruguay.
El ranking se elaboró considerando el número de redes en las que participan y el lugar de las clasificaciones que ocupan en cada red.
Del análisis de los resultados, podría pensarse que, sin duda, la presencia de países y presidentes está ahí y todo marcha normal, sin embargo internet y particularmente las redes sociales, han querido utilizarse por parte de los presidentes latinoamericanos como un medio más, como un canal de difusión de lo que ya informan en otras plataformas como los diarios, la radio y la televisión, los folletos, carteles o los call center. Sin embargo, estar en social media es otra cosa muy diferente, no aplican las mismas pautas ni contenidos de otras plataformas sin ser readecuados. Recordemos que principalmente en comunicación política no se trata de sólo dar a conocer lo que se hace, sino comunicar lo que significan los actos y las redes sociales son ideales para ello, puesto que además de ser una plataforma de información inmediata y de gran alcance, permiten la interacción, la integración de comunidades en segmentos y temas específicos y, sobre todo, la cooperación y participación de las personas.
De los 215 millones 939 mil 400 latinoamericanos están conectados a Internet, 88% de éstos utilizan redes sociales, es decir, 190 millones 26 mil 672 personas están en social media y claramente el porcentaje de alcance de los mandatarios hacia esas poblaciones es una parte minúscula, no por falta de interés de la gente, sino por el enfoque, los bajos recursos, la falta de continuidad y propuestas, entre otras cosas, de las que carecen sus planes de comunicación social.
En Youtube, de los 62,892 videos, el 95% son producidos por usuarios de directos, es decir, 59 mil 749; y el restante 5% (3 mil144) por los gobernantes; en Orkut, se han abierto, por ejemplo, 1,028 perfiles referentes a Barack Obama con cientos de miles de contactos y grupos, es decir, usuarios de esa red. Y de Nicolás Sarkozy, sólo 48; de hecho, su esposa, Carla Bruni, estimula más interés de los usuarios Orkut y cuenta con muchos más grupos que el mandatario francés; en LinkedIn, sólo 3 de los 20 presidentes latinoamericanos, han dado de alta un perfil; en Facebook perfiles mal diseñados y con contenidos pobres y sin interacción es lo que prevalece y; en Twitter, la mayoría tiene mediciones de poca influencia, aunque algunos, como los presidentes de México, Argentina y Venezuela, son referencia en Ibero e Hispanoamérica.
Sin duda, mientras los planteamientos de comunicación social no se modifiquen y actualicen, difícilmente podrán siquiera incorporarse con éxito los mandatarios latinoamericanos al escenario de la comunicación del siglo XXI. Es fundamental, ampliar las estrategias y el soporte de recursos humanos, materiales y financieros, para que los gobiernos intenten emparejarse con el desarrollo de las sociedades y empresas en materia de comunicación y armonicen una presencia para ellos necesaria si quieren alcanzar los objetivos que se propongan.