Por Javier Loaiza
Acaban de pasar las elecciones generales en ese hermoso país. Parece que definitivamente entre las opciones con más probabilidades no había mucho de qué escoger y con todo, hubo una votación del 68%. Pasaron a segunda vuelta Otto Pérez y –Manuel Baldizón.
Un exceso de gasto en la financiación de las campañas que según los informes superó en casi cuatro veces los topes electorales establecidos por el tribunal supremo electoral, con un nivel de cinismo que les imponían multas, las pagaban y seguían gastando.
En un país con serios problemas de violencia, narcotráfico, corrupción, pobreza, desigualdades y exclusión, los partidos son casi de bolsillo, prácticamente no hay organización política que dure más de dos procesos electorales. Se crean y se cierran al antojo de los dirigentes. Una vez cerradas las elecciones, los electos cambian de bando y de partido, como cambiar de camiseta y se suman al ganador.
La elección final para el 6 de noviembre queda entre un exmilitar que cree que el problema de la violencia se resuelve con mano dura, con serios reparos por supuestas participaciones en masacres y violaciones de derechos humanos. La gente en medio de la desesperanza por el clima de inseguridad y en medio del bombardeo de la publicidad terminó votando en más de una tercera parte por este candidato, quien ante el cuestionamiento sobre el origen de los fondos de campaña afirmó, que no le estaba permitido difundir la identidad de sus donantes. Hay quienes dicen que detrás, hay dineros oscuros, será?
El otro candidato, quien obtuvo un poco más de una cuarta parte de la votación, se cree “Clark Kent” y no se quita las gafas “nunca”, me imagino que para verse en el espejo en privado, dar las vueltas y convertirse en el superhombre, que cree necesita Guatemala. Además de sumarse al discurso de la mano dura contra la violencia, viene cultivando un tipo de mesianismo populista del cual ya en el resto de América hay ejemplos que se han vuelto dolorosos y autocráticos. Ha prometido entre otras que llevará la selección de futbol al mundial.
Me acuerdo del reciente proceso del Perú, en que el Nobel Vargas Llosa afirmara que la elección iba a ser entre el Cáncer y el SIDA. Allí está por verse cual de los dos males quedó. Con desconsuelo se escucha a los “chapines”, como se les llama a los guatemaltecos, decir que tendrán que escoger entre dos males el menor. Ahí está el problema, no pareciera haber un mal menor.
Los candidatos y los guatemaltecos deberían recordar la expresión de Al Smith, “Si hay males que la democracia está sufriendo a partir de hoy, sólo pueden ser curadas con más democracia”.
En Colombia acabamos de tener un gobierno de ocho años basado en el mismo pretexto de la mano dura. El país entero sufrió un síndrome de alucinamiento que en su momento le llamamos el “uribobismo”, creer que el presidente Uribe era remedio para todo. Sus índices de popularidad llegaron al punto que si la Corte no le ataja una nueva reforma constitucional, lo tendríamos por otros cuatro años más, regañando a todo el que no estuviera de acuerdo con él, con su un espíritu camorrero y confrontacional. Más del 10% del PIB dedicado a la guerra. El balance, ni la Guerrilla se terminó, ni el narcotráfico se acabó, ni la corrupción disminuyó, ni el paramilitarismo se terminó, sobre todo, después de una escalofriante impunidad como resultado de esa política. Y eso que contó siempre, además de una inmensa e impensable popularidad y respaldo ciudadano, con una mayoría absoluta en ambas cámaras.
El caso de Guatemala, parece más crítico, pues según se ven las cosas, ninguno de los dos podría tener una mayoría significativa en el Congreso. El candidato del Partido Patriota, ya anunció que buscará los votos de CREO y de Viva-EG, las tercera y quinta votaciones, que le podrían garantizar el triunfo, pues sobre el papel, sumarían casi el 60%, aunque todos sabemos que los endosos de votos nunca son tan sólidos como anuncian los dirigentes. Pero podría darle la votación más alta, aunque no la mayoría del legislativo.
Superman, por su parte, muy probablemente recibirá el apoyo de su antiguo jefe, el presidente Colom y la votación del oficialismo, que se quedó con una tercera parte de las municipalidades y del congreso.
Rescatable, que por primera vez una mujer será Vicepresidenta, pues ambas fórmulas llevan representantes de este género para la vicepresidencia. Roxana Baldetti y Raquel Blandón. Ahora, que eso signifique un avance en la vinculación de la mujer en la política de ese país, de políticas de género y demás, ¿?. Estaría por verse. De todas maneras un aplauso para las damas.
Al final, lo que se ve en el panorama, es que en Guatemala seguirá por los próximos años campeando la vieja política detestable y detestada por todos. Política sinónimo de corrupción, de abuso, de exclusión, de ineficiencia e incompetencia y con discursos diseñados para países semirurales y viejos, mientras que hoy la población es mayoritariamente urbana, informada, comunicada y joven.
Javier Loaiza, Director EGTM