Los asistentes a las Jornadas Política2cero no salían de su asombro. Mientras en Santiago de Compostela, España, el debate se centraba sobre las mejores prácticas en el uso de los Social Media y la Política, en México se equiparaba el tuitear como un acto de terrorismo.
Entonces entendieron que la brecha digital no era únicamente de carácter tecnológico, sino también mental.
Luego de una excelente presentación de Cristina Cifuentes, vicepresidenta primera de la Asamblea de Madrid, en la mesa de apertura “Comunicación vs Propaganda”, tuve la oportunidad de explicar cómo era el binomio Política-Redes Sociales en América Latina, particularmente en México.
Y este “matrimonio por conveniencia”, citaría luego Milagros Lara, se da en tres vertientes: el gobierno, las campañas y el ciberactivismo.
Un gobierno que dialoga poco
En México, algunos gobiernos, como el federal, han entendido la importancia del uso de los Social Media para monitorear, escuchar y, a veces, dialogar con la sociedad. El presidente Felipe Calderón ha tratado de entender y aprovechar este recurso de comunicación y se ha colocado en el ranking de los principales jefes de Estado en América Latina que hoy usan las redes sociales.
Entre los más populares en Twitter están: Laura Chinchilla, presidenta de Costa Rica; Hugo Chávez, presidente de Venezuela; Ricardo Martinelli, presidente de Panamá; Dilma Rousef, presidenta de Brasil; Cristina Fernández, presidenta de Argentina; Sebastian Piñera, presidente de Chile y Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, aunque este último mandatario no haya escrito nunca un solo tweet.
Difamación y ataque, uso de redes en campaña
El uso de las redes en México durante las campañas electorales es relativamente nuevo. El ejemplo más reciente es la utilización en las elecciones de julio pasado y la aplicación del marketing político online en el proceso del Estado de México, donde Twitter marcó la agenda de los temas a debatir en campaña.
¿Quién no recuerda los #hashtag más populares como #homofobicocomoeruviel que provocaron publicidad en la calle y respuestas en otros medios para salir al paso de esta etiqueta en la red? Otros que marcaban las corrientes de apoyo en los SM para los tres candidatos que buscaban la gubernatura: #yoconeruviel #mientocomoencinas #gatodeobrador #sufrocomoencinas y #nifoxvotapan.
Estos #hashtags mostraron la guerra en la red que protagonizaron los seguidores de los tres partidos políticos y que un estudio elaborado por la doctora Paola Ricaurte definió como “acarreados digitales”. Su clasificación: acarreados fantasmas (cuentas vacías), bots (programados para tuitear) y acarreados activos (pagados para tuitear).
Los resultados de aquel análisis encontraron que el candidato con mayor número de seguidores con cuentas vacías o semivacías fue Eruviel Ávila; Alejandro Encinas fue quien tuvo mayor número de seguidores que usaron sus cuentas de manera intensiva; existieron cuentas que trabajaron directamente para reforzar la imagen del candidato y perjudicar la del adversario.
En Twitter se reprodujo la tendencia de alimentar campañas de difamación, burla y ataque a los adversarios. Un preámbulo de lo que veremos en las redes sociales durante la guerra electoral de 2012.
Ciberactivismo, uso eficiente de Social Media
Tal vez el ejemplo más claro y efectivo de las redes sociales en México ha sido el ciberactivismo. Ante la ausencia de canales formales y acceso a medios tradicionales, los movimientos sociales encontraron en Twitter una alternativa de comunicación que unifique sus causas y les sume más adeptos.
Y los usuarios han encontrado en los cibermovimientos respuestas a sus demandas: #Internetnecesario, que logró en el Senado rechazo a gravar el uso de internet; #ACTA, que motivó al Congreso recomendar al Ejecutivo no firmar el acuerdo antifalsificación; #justiciaABC, que descubrió la cadena de corrupción en el manejo de guarderías y dio origen a la #Ley5dejunio; #15×15, que protestó por una masacre a jóvenes y ante falta de información en medios tradicionales impulsó #cartaporjuarez un mensaje de solidaridad con los deudos, etcétera.
Por primera vez en México se usan redes sociales para discutir agendas, forzar a funcionarios públicos a rendir cuentas, establecer un modelo de diálogo con la autoridad y otros actores políticos y sociales.
La nueva revolución está aquí
Pero la reacción de algunos gobiernos, que no han entendido que la “nueva revolución” está aquí, se presentó por canales distintos a la interacción que significan las redes sociales. Con el #hashtag #yotambiensoyterrorista, los tuiteros se sumaron a la protesta por la aprehensión de dos usuarios en el estado de Veracruz que fueron acusados de terrorismo, hecho calificado por Amnistía Internacional como injusto y violatorio del derecho a la libertad de expresión.
Este caso dio origen a la #LeyDuarte y motivó iniciativas similares en otras entidades como Tabasco. El debate se mantiene y la víspera del proceso electoral ha puesto en el escenario político una serie de posturas encontradas, que en lugar de reivindicar los derechos por la libertad de expresión, tienen eminentemente fines electoreros.
Y terminé mi exposición, mientras que “los cracks” de las redes sociales en España y asistentes a las Jornadas #Politica2cero como Esther Checa, Lúa Monasterio, Carlos Gutirérrez, Miguel Ángel Cintas, Elena Barrios y Luis Fernández del Campo, entre otros, no salían de su asombro.
Fuente Blog de Javier Sánchez Galicia