Por Sergio Gonzalez Muñoz*
En julio pasado inicié una serie de entregas de COLUMNA NORTE en la que le presenté los que yo considero los diez textos que todo candidato debería leer. Ahora quiero compartir una guía ejecutiva que le permita rápido acceso. Después de los datos básicos de cada texto podrá ver la fecha de su publicación.
1. “EL CEREBRO POLÍTICO. EL PAPEL DE LA EMOCIÓN AL DECIDIR DEL DESTINO DEL PAÍS”, DREW WESTEN. PUBLIC AFFAIRS BOOKS, NEW YORK, EEUU, 2007). 25 DE SEPTIEMBRE DE 2011.
Las conclusiones son dos con sus respectivas implicaciones para aquellos que hacen política o la estudian. Primera, que los candidatos de los partidos grandes, cuando están en campaña, no deberían preocuparse por tratar de atraer a los militantes de otros partidos, sino esforzarse por persuadir para su causa al 10% o 20% de los electores del centro llamados cambiantes (o switchers) y que sumados a su base partidaria tradicional, generalmente de alrededor de 30%, podrían darle la victoria. Segunda, que el cerebro político es un cerebro emocional; que no estamos ante una máquina de cálculo desapasionado que busca objetivamente los hechos y las cifras adecuados para tomar una decisión razonada. Mientras más estrictamente racional sea un llamado o alegato político, menos probable resultará la activación de los circuitos de la emoción, que son los que regulan la decisión electoral.
2. “HOMO VIDENS. LA SOCIEDAD TELEDIRIGIDA”, GIOVANNI SARTORI, TAURUS, 1999. 1° DE AGOSTO DE 2011.
Afirma que quien gracias a la TV pierde la capacidad de abstracción, pierde la racionalidad y por tanto carece de capacidad de sostener y menos alimentar el mundo creado por el homo sapiens. Que la TV produce una regresión en la democracia, debilitando su soporte. Que no es verdad que el daño a la cultura escrita se compense con la llegada de la cultura audio-visual, que por ser inculta, no es cultura. Que entre la cultura audio-visual y la escrita sólo hay contrastes: a diferencia del acto de video-ver, la lectura demanda soledad, concentración en las páginas, capacidad de apreciar la claridad y la distinción, mientras que al Homo sentiens le cansa leer, prefiere el significado resumido y fulminante de la imagen, renunciando al vínculo lógico y a la secuencia razonada.
Del mismo modo, que la TV es políticamente poderosa porque por medio de la imagen ha desplazado a los llamados líderes intermedios de opinión y porque así se ha transfigurado en la máxima autoridad cognitiva para los grandes públicos debido a que la opinión pública ahora es un reflejo de lo que la propia TV promueve e inspira. Más aún, que la TV no informa, sólo ofrece saber nocional; es decir, se puede tener noción de muchos temas, pero tener conocimiento es otra cosa y que el negocio de la TV, como en ningún otro, el productor produce al consumidor y en consecuencia, si el hombre de pié no se entera de lo que pasa en el mundo, es un hombre al que no le interesa lo que pasa en el mundo.
3. “ANTOLOGÍA DE LA ELOCUENCIA MEXICANA 1900-1976”, ANDRÉS SERRA ROJAS, PORRÚA, MÉXICO, 1976 Y “LEND ME YOUR EARS” (PRÉSTAME TUS OÍDOS), WILLIAM SAFIRE, EDITORIAL W.W. NORTON AND COMPANY, NUEVA YORK, 2004. AMBOS EL 8 Y EL 15 DE AGOSTO DE 2011.
Diez reglas para un buen discurso. Primera, reconoce y agradece a tu audiencia y preséntate con ella. Segunda, toda gran pieza de oratoria demanda organización (orden); estructura en otras palabras, también conocida como anatomía temática. Tercera, todo buen discurso necesita una cadencia o ritmo que lo haga asequible, que logre acercar al orador y al público en una suerte de danza que contribuya a sedimentar en el ánimo de la audiencia lo esencial del mensaje. Cuarta, asir la ocasión: hay que reconocer el momento en el que se articula el discurso.
Quinta, el orador debe hablar con un propósito, un fin, un objetivo. Quizá sea sólo informar pero también puede ser inspirar, liderear, motivar, recordar, avizorar. En todo caso, el orador debe tenerlo claro y por lo tanto, su discurso debe expresarlo. Sexta, las citas citables son un recurso casi obligatorio. Ofrecen una voz distinta a la del orador pero a la vez la refuerzan, aclaran, ponen en perspectiva o elevan. Séptima, al salir del evento donde se pronunció el discurso, el auditorio debe poder decirle a quién no estuvo presente de qué habló el orador. Me refiero al tema, a la idea central, al alegato eje; a la breve expresión que encierra el mensaje nuclear del texto. Octava, en lengua inglesa es “delivery”, que bien puede traducirse como “entrega” “envío” o hasta “transmisión”. Se trata de la forma en que el orador comunica su texto; el modo de pronunciar su mensaje. Los expertos dicen que frente a una mala entrega, palidece el más elocuente texto. Novena, la regla de tres. La triada es un recurso muy socorrido por los redactores de discursos y los oradores mismos; es la expresión retórica de ideas emparentadas que con frecuencia inician con la misma letra, palabra o frase y casi siempre se avienen a la misma estructura gramatical. Décima, un buen discurso no necesita ser intenso todo el trayecto. Debe primero enganchar al escucha, dejarlo que se asiente y se acomode, luego ir subiendo de tono hacia el tema central y arribar a su cumbre, también conocida como peroración, en que se hace la enumeración de las pruebas y alegatos y se trata de mover el ánimo del auditorio con más eficacia que antes.
4. “LAS 48 LEYES DEL PODER”, ROBERT GREENE Y JOOST ELFERS, NEW YORK, 1998. 22 DE AGOSTO DE 2011.
Se trata de una lista de sendas reglas. La obra inicia con una muy interesante advertencia sobre el poder. Afirma que nadie quiere tener menos poder, sino tener más y que si el mundo es una corte gigante y perversa y uno está atrapado en ella, no tiene caso tratar de abandonar el juego. Alega que hay que tener varias habilidades. Primera, dominar tus emociones, pues sin control, nublan la razón y si por ello no puedes ver con claridad la coyuntura, no puedes estar bien preparado para responder con cierto grado de control. Segunda, distanciarse del momento actual y pensar objetivamente acerca del pasado y del futuro. “Ni un día de no estar alerta”, de tal manera que nada nunca te tome por sorpresa. Tercera, jugar con las apariencias y que el engaño es un arte producto de la civilización, así como la más potente arma en el juego del poder. Cuarta, la paciencia, que constituye un componente crucial de tu arsenal, mientras que la impaciencia, por el contrario, te hace ver débil y es uno de los principales impedimentos para hacerse de poder.
Quinta, considera la habilidad de ver la circunstancia más que el bien y el mal pues, al ser el poder un juego, en éste no puedes juzgar a tus oponentes por sus intenciones sino por el efecto de sus actos. Sexta, saber que la mitad de tu maestría sobre el poder viene de lo que no hagas, de aquello en lo que no permitas que se te involucre. Séptima, el poder es un juego también social, no sólo político, por lo que debes desarrollar la habilidad para estudiar y entender a la gente. Octava, buscar el poder por vías oblicuas, o mejor dicho, nunca por la vía directa, disfrazando tus intenciones.
5. “LA LEGITIMIDAD DEMOCRÁTICA. IMPARCIALIDAD, REFLEXIVIDAD, PROXIMIDAD.” PIERRE ROSANVALLON, MANANTIAL, BUENOS AIRES, ARGENTINA, 2009. 28 DE AGOSTO Y 5 DE SEPTIEMBRE DE 2011.
¿Qué es la legitimidad democrática? Por mucho tiempo tuvimos una definición clara, breve y sencilla: producto de un reconocimiento social y/o adecuación a una norma. Se le consideró tradicionalmente como “un simple economizador de coerción”, cuya función principal era la de tejer lazos constructivos entre el poder y la sociedad. El libro nos advierte que hay que reformular los términos de la conceptualización regular y de la actuación política para lograrla y mantenerla. Su autor señala que la legitimidad es una “institución invisible, como la confianza entre personas”, pero que por varias razones que explica en su texto, nunca está realmente adquirida.
Así, el autor informa también que, desvencijadas las expresiones regulares de la legitimidad tradicional, irrumpieron tres nuevas maneras, si bien indirectas, de acercarse al objetivo de constitución del poder de la generalidad social, como fines y características de las instituciones: la legitimidad de imparcialidad, La legitimidad de reflexividad y la legitimidad de proximidad.
6. “EL BUEN JUICIO EN POLÍTICA”, ISAIAH BERLIN, ENSAYO DENTRO DEL LIBRO “EL SENTIDO DE REALIDAD. ESTUDIOS SOBRE LAS IDEAS Y SU HISTORIA”, 1996. 12 DE SEPTIEMBRE DE 2011.
“¿Qué es tener buen juicio en política? ¿Qué es ser prudente o talentoso en política, ser un genio político, o al menos ser políticamente competente, saber cómo lograr que se hagan las cosas?” Para atisbar alguna respuesta, Berlin vuelve a incomodar con otra cuestión: ¿qué es aquello que pensamos que les falta a nuestros políticos cuándo los fustigamos? “¿en qué consiste este conocimiento? ¿Es el conocimiento de una ciencia? ¿Existen realmente leyes que descubrir, reglas que aprender? ¿Se puede enseñar a los hombres de estado algo llamado ciencia política… integrada, igual que otras ciencias, por sistemas de hipótesis verificadas organizadas en leyes, que permitan, mediante experimentos y observaciones adicionales, descubrir otros hechos y verificar nuevas hipótesis?”
En política ningún evento o coyuntura es igual a otro. Dicho de otra manera, para entrar, permanecer y ascender en política o regresar a ella, lo que importa es entender la singularidad (lo concreto) de la situación en la que nos encontramos, pues los antecedentes y la teoría (lo abstracto) no bastan. El mérito de los grandes gobernantes y estadistas no es que piensan en términos generales, sino que captan la combinación única de características que constituyen esa situación particular. Eso, querido lector, lectora, no se aprende ni se estudia en ninguna universidad, maestría, curso, diplomado, taller o conferencia. El buen juicio en política, pues, es un don, un instinto, que permite obtener una integración correcta de una infinidad de datos.
7. DOCUMENTOS PARLAMENTARIOS DE LA REFORMA CONSTITUCIONAL ELECTORAL DE 2007. CONGRESO DE LA UNIÓN, ABRIL A NOVIEMBRE DE 2007. 19 DE SEPTIEMBRE DE 2011.
En materia electoral, las reglas vigentes de la Constitución mexicana son muy distintas a las de 2006. Con esa convicción, esa semana los textos fueron los documentos parlamentarios de la reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de la Federación el 13 de noviembre de 2007: iniciativa y dictámenes. Preferí atisbar en dichos textos legislativos y comentar el contexto político nacional que los animó, ya que bajo esa óptica, cobran relevancia distinta y dan luz sobre las nuevas condiciones de la competencia y sin cuyo dominio, el aspirante arrancaría en desventaja. Estos son cuatro de los principales tema de la reforma: Nuevo modelo de acceso de los partidos a los medios de comunicación, nuevo método de financiamiento público a los partidos, reducción de duración de campañas y nuevas reglas de procesos internos partidistas y precampañas.
8. “EL POLÍTICO”, DE JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ (AZORÍN), MADRID, 1908; Y “EL ARTE DE LA PRUDENCIA”, 1647, BALTASAR GRACIÁN. 26 DE SEPTIEMBRE DE 2011.
EL POLÍTICO está dirigido concreta y directamente a los hombres del poder o que a él aspiran. El texto contiene 47 recomendaciones concretas de cuyo dominio se beneficiarán los hombres del poder. Se trata de capítulos breves de una obra cuyo eje rector es el pragmatismo político, las ventajas de su ejecución virtuosa y las consecuencias de un despliegue ineficiente.
EL ARTE DE LA PRUDENCIA es un largo listado de aforismos que puede ser leído en su orden o de manera discontinua y aún así sería de gran utilidad pero en la lectura de todo el texto obligará a reconocer relaciones complejas que unen los 300 apartados.
Va de nuevo mi gratitud para quienes siguieron y comentaron la serie. Agradezco también las sugerencias y amables reclamos. Todos me comprometen a seguir escribiendo y cada día con más empeño y seriedad. Nos leemos en otra COLUMNA NORTE. Buena semana.
* Licenciado en Derecho con 22 años de experiencia en el servicio público en posiciones de Dirección y Alta Dirección en la Administración Pública Federal, del Distrito Federal, en órganos autónomos (IFE, IEDF), en el Congreso de la Unión y en el sector privado. Candidato a Maestro en Derecho Constitucional y Amparo por la Facultad de Derecho de la Barra Nacional de Abogados. Columnista semanal del periódico LA CRÓNICA DE HOY (columna TRAS BANDERAS los miércoles) generalmente en temas electorales o de análisis y comentario político. Profesor y conferencista en diversas instituciones de educación superior en Derecho. Colaborador ocasional de las revistas PROCESO, VÉRTIGO, EME-EQUIS, NEXOS, y del suplemento dominical ENFOQUE del periódico REFORMA.
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