La Comunicación Política de hoy ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, apelando a un público disperso, que se ha organizado gracias a las nuevas tecnologías
En el mundo contemporáneo, y en concreto, en las democracias actuales como la española, no hay herramienta más eficaz para la política que la comunicación en cualquiera de sus vertientes. Así políticos y gabinetes de comunicación de sus partidos se ponen manos a la obra para configurar un mensaje directo y unidireccional a los ciudadanos, sus votantes, que ejerza la fuerza suficiente para penetrar en el ideario de cualquier ser humano que pueda efectuar su derecho a voto.
En los tiempos actuales, donde lo unidireccional ha sido desplazado por lo bidireccional, estos mismos creadores de la palabra, los periodistas y comunicadores políticos, han modificado el concepto de campaña en su contenido y forma. Es por ello que la comunicación política de hoy ejerce su influencia a través de nuevas herramientas que hace escasos años escapaban al imaginario del ciudadano de a pie.
De tal forma, la mentira ha evolucionado a terrenos más amplios, ya sedimentados desde antaño, pero que ahora se erigen de una manera encubierta, difícil de desenmascarar. Las estrategias políticas y comunicativas prevén con anterioridad el qué dirán, para así no caer en lo imprudente o mundano, o simplemente se basan en lo ideal, apelando a sentimientos o recuerdos que establezcan los lazos de unión con su público objetivo. Pero será la llegada de la tecnología y de todas sus ramificaciones la que modifique en su totalidad lo que antes se entendía por Comunicación Política.
La Comunicación Política ha ido creciendo y reinventándose junto a las herramientas que la sociedad ha ido desarrollando para comunicarse, de manera también paralela al mundo globalizado que hemos alcanzado. La palabra da paso a la imagen, lo racional se transforma en lo sentimental y la fuerza de los medios convencionales como la televisión, la prensa escrita, la radio o la propaganda ha quedado arrinconada otorgando a Internet un papel fundamental. Como consecuencia de ello, los gabinetes de comunicación de los líderes políticos inauguran una década en la que las campañas electorales toman su fuerte en las plataformas digitales, redes sociales y elementos audiovisuales insertos dentro de la red de redes.
La importancia que juega el discurso político en la toma de decisiones de los ciudadanos a la hora de votar se ha puesto de manifiesto en campañas, como las llevada a cabo por el gabinete de Obama en Estados Unidos, donde se ha creado a un personaje con el objetivo único de alcanzar el poder y siendo en este estadio donde se encuentra la comunicación política hoy día. Si antes la comunicación política se encargaba de transmitir un programa electoral, unos objetivos a perseguir o unos ideales del partido que conforman, hoy se encarga de construir desde sus cimientos un líder político.
Actualmente se rompen las barreras de lo ético y moral para dar rienda suelta a las estrategias y argumentarios políticos necesarios para colocar en cabeza al partido que queremos como vencedor. Por ello el mensaje configurado se solidifica sobre lo emocional, para de esta forma interconectar con su público, al mismo tiempo que se hace uso de la técnica denominada Storytelling, que se encarga de contar como si de un cuento se tratase la vida y obra del político de turno. Pero será con la llegada de las redes sociales con lo que se alteren en su totalidad las reglas del juego, ya que el mensaje comienza a descentralizarse y a configurarse en un entorno virtual difícil de controlar. Con este matiz el mensaje comienza a ser directo, personalizado, masivo e incluso atractivo, llegando a un público como son los jóvenes, que en estos tiempos no se sentían atraídos por la política, como se ha demostrado en diferentes encuestas.
Por tanto, vivimos en una nueva década donde la Comunicación Política de hoy se está transformado constantemente y a la par que se desarrollan las TIC, desarraigándose de su base y modificándose para alcanzar a un público, que ya no entiende la palabra y el mensaje si ese soporte no es el virtual. Aún queda mucho camino por recorrer, pero de momento la batalla cibernética está ganando y los partidos políticos parecen ser conscientes de la nueva situación que les rodea. Ahora queda lo más difícil: hacer la carrera al mismo tiempo que la hace la sociedad y no quedarse atrás para después tener que hacer una remontada a la ligera.
Fuente: Los Engranajes de la Política