Francisco Carrillo es el director de La Fábrica de Discursos, empresa de formación y entrenamiento en oratoria, discurso y debate. También es consultor internacional de oratoria y debate, fundador y profesor de la Sociedad de Debate de la Universidad Carlos III de Madrid, profesor del Máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política (MAICOP EXECUTIVE), profesor del Máster de Oratoria y Comunicación Aplicada del Instituto HUNE (Escuela de Humanidades y Negocios) y entrenador de oratoria y debate de personalidades políticas, y empresariales, en España, Italia, Estados Unidos e Iberoamérica. Escritor de discursos en diferentes campañas electorales en España, ha redactado más de 100 discursos a lo largo de su carrera profesional.
Nos recibe en su despacho, situado en una tranquila zona residencial de Madrid. Rodeado de libros y más libros -con una impresionante colección sobre oratoria y discursos, su profesión, y sobre política e historia, sus otras pasiones-, charlaremos con el nuevo corresponsal y analista político de The Americano.
La legislatura de Barack Obama está llegando a su fin. Como analista político, ¿qué valoración hace de su presidencia?
Ha sido la legislatura del flash. El flash de la esperanza, el flash del cambio, el flash del gobierno diferente que hace las cosas de forma diferente. Nada de eso se ha producido. Y lo que ha cambiado ha sido para mal. Washington como centro de problemas y no de soluciones. El gobierno ha confiado a intermediarios la resolución de conflictos y generado controversias que no existían. Legislando en dirección contraria al pensamiento y sentimientos de los norteamericanos. Para ser creíble, tienes que mirar a los ojos del ciudadano, decirle quién eres, qué vas a hacer y cómo. Pero luego tienes que cumplirlo. Obama no lo ha hecho. De ahí que haya perdido credibilidad.
Es muy importante en un líder crear un clima de confianza en la ciudadanía para que esta avale las medidas difíciles llegado el momento. El pueblo americano buscaba a un comandante en jefe que les protegiera de los enemigos exteriores, que hiciera posibles las consignas que la tradición de la nación marca, que abriera el sueño americano a ciudadanos que quieren disfrutarlo, que desean ser americanos… Nada de eso se ha producido. En Obama, detrás del flash retórico, siempre ha habido vacío ideológico. Por eso su popularidad ha descendido a unos niveles históricos para un presidente en su primera legislatura. Cuando no hay atención en los problemas de los ciudadanos, hay desafección de estos a tu política.
Desde hace varios meses, el GOP está inmerso en sus elecciones primarias. En su opinión, ¿cuál debe ser el ticket que presenten los Republicanos frente a Obama?
Creo que el GOP es lo suficientemente maduro y además consciente del momento crucial que vive América. Es momento de no avergonzarse de lo que significa ser americano y cuál es el papel de esta nación en el mundo. Creer en América significa creer en su historia, sus valores, sus principios, sus tradiciones. Creer en América significa no rendirse, ser valientes para afrontar momentos complicados, defender al individuo frente al colectivo, a la comunidad de propietarios frente a la burocracia de Washington, a la empresa privada frente al monstruo estatal, al libre mercado frente a la regulación sindical de unos pocos. Y que sepan cómo afrontar el fenómeno de la inmigración, sabiendo que, en una nación construida a golpe de esfuerzo, el sueño americano es posible si vas a trabajar duro y a sentir esos principios que la consagraron.
El candidato (o candidatos) que elija el GOP deben tener en cuenta estos principios y estas habilidades para gobernar. Virtudes que la gente corriente apoya y defiende siempre. Un gobierno, un sistema político, no se justifica por declaraciones programáticas sino por la consistencia de sus hechos. Si entienden esto, se empezará a caminar por la senda de la victoria.
Hagamos, por un momento, una ucronía. Tal y como marchan las primarias hasta el momento: ¿qué candidatos pueden formar el ticket republicano para las próximas presidenciales?
Gingrich-Romney o Romney-Gingrich, me parece la más consistente y fiable para ganar al ticket Obama-Biden (o el que le sustituya). Las ideas de los primeros son más poderosas, y despiertan mayor esperanza para el futuro del país que las de un gobierno demócrata agotado, desacreditado y sin el cheque en blanco que les aupó en 2008. No tienen fondos en ese choque, y ya ni siquiera les sostienen las formas.
De sus palabras podemos deducir que no es optimista respecto a las posibilidades de un posible ticket Obama-Biden. ¿Las opciones de Obama para repetir presidencia se reducen tan sólo a la comisión de errores por parte de los candidatos republicanos o aún tiene capacidad política para dar la vuelta a unas encuestas que le son negativas?
Creo que Obama volverá a repetir el esquema que le dio la victoria en 2008. Mucho envoltorio retórico, mucho eslogan y dominio del marco mental de los votantes de clase media, de los hispanos y afroamericanos. Para combatir eso, mensaje, mensaje y mensaje. Es decir, principios, valores e ideas. La buena comunicación de gobierno debe basarse en 3 pilares: prevención (fiabilidad), acción (confianza y credibilidad) y reacción (firmeza). Y es lo que tendría que hacer el candidato republicano para vencer el flash contundente y embriagador del discurso de Obama. Deben dominar con el discurso, hablando a la gente de sus problemas cotidianos y reflejando lo que son y han hecho los demócratas con el país. Una estrategia que focalice y posicione el mensaje en la mente del norteamericano. Frente a eso, si se hace bien, no habrá más “Yes We C an” que valgan.
En España residen más de 300.000 estadounidenses, ¿cómo se vive desde la distancia unas elecciones primarias?
Con mucha expectativa. Son 300.000 estadounidenses pero son muchos más los hispanoamericanos que tienen familia allí y que asisten a este momento con inquietud. Es momento de darles tranquilidad. Estados Unidos con Obama ha ido a peor, eso está claro. Es hora de que los americanos y el mundo suscriban un nuevo contrato, una declaración de principios que les devuelva la ilusión, la confianza en lo que son, una América que ejerza ese liderazgo tranquilo y contundente que tenía antes de la llegada de Obama. El reto en el exterior del candidato republicano que salga electo en las primarias es ganarse a estos norteamericanos de España y Europa, pero también a los hispanos que influyen decisivamente en el voto de aquellos,
¿Cuáles son los candidatos preferidos por los estadounidenses que viven en España?
Los que más credibilidad les ofrecen son Romney y Gingrich, sin olvidar las propuestas positivas que hizo Cain en materia de impuestos, que gustaron mucho y que yo no dejaría en el olvido. Los dos primeros les parecen fiables por su firmeza y claridad cuando hablan de inmigración, de reformas importantes en la Sanidad, o de la política exterior americana. Es un combo que gusta.
¿Cómo está siendo el tratamiento de los medios de comunicación españoles hacia las elecciones primarias del GOP en general y hacia los diferentes candidatos en particular?
De momento no ha habido mucho eco. Recientemente se han celebrado elecciones generales en España, con cambio de gobierno incluido, y el foco mediático se ha centrado en ello. Ahora la atención está en Europa, esa Europa nueva que quieren construir Merkel y Sarkozy y en la que España debe decir algo, volver a ser importante. Creo que hasta marzo o abril, cuando sean los caucus republicanos, los medios de comunicación en España no variarán su foco. A menos que se les dé motivos para ello.
Aunque han mejorado con la llegada de Obama -equivalente ideológico de Zapatero-, las relaciones entre Estados Unidos y España no pasan por su mejor momento. Teniendo en cuenta los resultados de las últimas elecciones generales en las que ha obtenido una mayoría absoluta el Partido Popular, ¿una victoria del GOP favorecerían su recuperación?
Sí. Porque la sintonía que hubo entre Bush y Aznar demostraba que España comprendía dónde y con quién tenía que estar para ser escuchada en el mundo. La retroalimentación de Zapatero y Obama ha perjudicado a ambos países, porque su inconsistencia como gobernantes ha generado dudas en los mercados y en los diferentes líderes mundiales. España es un país que tiene mucha ascendencia sobre el mundo hispanoamericano, el lugar al que vienen más ciudadanos de aquel continente y que influyen en las opiniones de los norteamericanos de origen hispano de segunda generación. Estados Unidos debe tener a España como su prolongación en Europa por muchos motivos. Y una estrecha colaboración entre el GOP y el Partido Popular favorecería una mejor salida de la crisis de ambos países y un mejor posicionamiento futuro en el mundo. Es conveniente para ambos esa alianza trasatlántica.
Por último, ¿cómo afronta su nueva incorporación a The Americano como corresponsal para España y analista político?
Con responsabilidad. Porque defender unas ideas e intentar ver reflejadas estas en la sociedad en la que vives o admiras siempre conlleva un ejercicio responsable. El credo liberal-conservador está más vivo que nunca y mi objetivo es mostrar cómo se pueden comunicar estas ideas, más poderosas, más fiables, sin necesidad de justificar que las tienes. Analizar la política también es analizar sus gestos, sus palabras y sus actuaciones.
Fuente: The Americano