Por Luis Rodriguez
En estos días hemos podido leer dos noticias (de las miles que se generan diariamente) que pueden tener bastante relevancia para analizar cuestiones prácticas de Comunicación Política. Un caso se está desarrollando en España y otro en Estados Unidos, más concretamente en Nueva York.
Esta importante ciudad cosmopolita en la que reside el famoso barrio de Manhattan, ha anunciado la renovación de su flota de taxis. Esta noticia se puede leerse en la gran mayoría de los diarios occidentales. Pero lo más curioso de esta (bajo el prisma de mi reflexión) son los detalles de dicha operación. La marca que ganó el concurso es japonesa y no estadounidense. Se mantendrá el color ya clásico, el amarillo. Cada taxi contará con un techo de cristal para poder ver los rascacielos, tendrán dos conexiones USB para poder cargar móviles y los motores serán muy respetuosos con el Medio Ambiente, introduciendo en el año 2017 un modelo eléctrico…
Y lo que más me llamó la atención fue el comprobar que todos los artículos que leí (que han sido unos cuantos más las noticias de distintos informativos televisivos) resaltaban esta información. O lo que es lo mismo, parece que aqullos que han generado la noticia se han tomado muchas molestias en que sea esa la información que se da. Ahora sigo con este análisis.
Por otro lado, Madrid y Barcelona compiten por albergar en su provincia el proyecto “Eurovegas”. Este no es el mismo caso que el anterior en su plenitud, pero sí coinciden ambas en la utilización de estrategias de comunicación aplicadas estrategias de las ciudades. La clase política de cada ciudad ha apostado por distintos argumentos, ha movilizado a sus agentes económicos, a los medios de comunicación también (interesados ante la noticia), etc.
Estos dos casos responden a la puesta en escena de aquello denominado como “comunicación estratégica”. Lo que quiero poner de manifiesto en este artículo es la utilización y la necesidad de la planificación estratégica y su comunicación.
Por un lado Nueva York “aprovecha” el cambio de sus taxis para dar un impulso a la modernidad de su ciudad. Aunque más bien (bajo mi perspectiva) el hecho de que esta gran ciudad lleve cabo tal renovación, forma parte de un plan estratégico (mucho mayor) que busca ponerse al frente de la vanguardia y de la modernidad (como ya he dicho) junto con una percepción cosmopolita de su capital al apostar por una marca no autóctona. Para ello hace gala ante sus turistas de la “inmensidad” de sus edificios y estructuras, ofrece unos servicios vanguardista y poco usuales y, además, todo esto es ecológico y con el tiempo lo será más. En definitiva, consigue dar una visión de urbe que se posiciona a la cabeza a nivel mundial y que va acorde con su estrategia de comunicación y con la imagen que pretenden da ante la comunidad internacional.
Por otro lado, tenemos a las dos ciudades españolas (Madrid y Barcelona) que luchan por un “trozo” de Estados Unidos y de su modelo económico. Para ello utilizan una serie de técnicas comunicativas de persuasión con el fin de lograr sus objetivos y permitir que se construyan en éstas unos monstruos arquitectónicos y económicos. Independientemente de su idoneidad o no del proyecto los políticos y fuerzas económicas de cada urbe tratan de argumentar porqué este proyecto podría formar parte de su plan estratégico y pone en marcha toda una maquinaria de propaganda y publicidad.
Y todo esto es muy relevante a la hora de analizar la Comunicación Política de un territorio porque nos da señas de las estrategias comunicativas, intereses en juego, actores y lobbys influyentes…
Pero como es habitual en mis artículos, me gustaría reflexionar con todos/as vosotros/as unas cuestiones, esperando vuestros comentarios y participación:
¿Deben estos planes de comunicación estratégica anteponer la “economía sostenible” a puros intereses económicos, o debe “valer todo” con tal de alcanzar los objetivos? ¿Por qué en estos casos no se hacen referéndums para saber qué opina la ciudadanía? ¿Qué efectos creéis que pueden tener el proyecto “Eurovegas” en la ciudad donde finalmente se instale? ¿Buscan los planes estratégicos el bien general o sólo beneficios particulares y políticos?
Fuente: Piensa y Comunica