Por: Miguel Rodríguez-Fabre
Si Karl Rove fuera un hombre predispuesto al juego, ahora mismo estaría colocando sus billetes en la esquina del presidente Barack Obama. Así se desprende del análisis divulgado el jueves por la firma del célebre excerebro político de George W. Bush, en el que afirma que el mandatario lleva la delantera en la repartición del Colegio Electoral.
El documento de la firma Karl Rove & Co. señala que, en base a los sondeos difundidos hasta el momento, Obama cuenta con 18 estados seguros -que suman 220 votos electorales- gracias a su dominio en California (55 votos electorales), Nueva York (29) o Illinois (20). Además, hay otros 5 estados, con 64 votos electorales, que parecen decantarse a favor del Presidente.
En cuanto a Romney, Rove le da 15 estados seguros, que equivalen a 93 votos electorales, mientras que hay otros seis, con 79 votos electorales, que probablemente caerán del lado republicano, como Texas (38) o Georgia (16).
Eso deja seis estados indecisos, en los que ninguno de los dos candidatos supera a otro por más de 3 puntos en los sondeos de opinión: Iowa (6), Carolina del Sur (9), Missouri (10), Virginia (13), Carolina del Norte (15) y Florida (29), que como cada cuatro años se perfila de nuevo como el gran campo de batalla en el que puede decidirse la contienda.
Con seguridad, estos números pueden aliviar los temores de los partidarios de Obama, que han visto reducir la ventaja que le llevaba a Romney en las encuestas nacionales. Si se suman los seguros con los probables, el candidato demócrata cuenta con 284 votos electorales, muy por encima de los 270 necesarios para asegurarse la reelección.
Su rival, sin embargo, se queda corto de esa meta aunque sume los seguros, los probables y los indecisos (254), por lo que tiene que arañar algunos de los estados que ahora mismo están en la columna de probables de Obama, particularmente Pennsylvania (20) y Ohio (18).
Para alivio de Romney, es difícil que Obama le pueda arrebatar alguno de los seis estados que tienden a favor del republicano. Tal como están las cosas, hay que ser un demócrata muy optimista para pensar en una victoria en lugares como Kentucky, Dakota del Sur, Texas, Georgia y Tennessee.
Arizona podría ser la excepción, si la campaña del Presidente logra movilizar como nunca el electorado hispano. De hecho, como señalaba recientemente The New York Times, los asesores de Obama están decididos a competir por el estado fronterizo, pese a que allí han dominado tradicionalmente los republicanos.
Por tanto, si hacemos caso a los números compilados por Rove, la Casa Blanca deberá jugar a la defensiva para no perder la ventaja en los estados donde lleva la delantera, al tiempo que compite por los indecisos.
A la inversa, Romney está obligado a salir a la ofensiva para restar estados azules del mapa demócrata. Por eso, como ya se ha ido viendo en las últimas semanas, el exgobernador de Massachusetts deberá suavizar, matizar o reconfigurar algunas de las posiciones más extremas adoptadas durante las primarias, ya que se las verá muy negras si quiere ganar en Cleveland o Pittsburg con un discurso centrado en asuntos como los contraceptivos o la devoción religiosa.
En el otro lado, Obama apuesta por evitar que le culpen de la delicada situación económica convenciendo a esos mismos votantes de que es el defensor de la clase media -principal víctima de la crisis desatada por Wall Street- con medidas como la regla Buffet, con la que quiere evitar que los más ricos paguen proporcionalmente menos impuestos que el trabajador asalariado medio.
Huelga decir que todos estos números y la correlación de fuerzas pueden cambiar a medida que la campaña presidencial se vaya calentando este verano, pero de todos modos son interesantes porque nos ofrecen una aproximación a cómo están las cosas ahora que las primarias republicanas han llegado virtualmente a su fin y empieza el duelo directo entre Obama y Romney.
Fuente: MSN