Internet ha venido transformando, entre otras cosas, el estilo de comunicación tanto personal como empresarial, haciendo más rápidos y ágiles los procesos. Los gobiernos como complejas organizaciones, también entraron en la era virtual. La forma de hacer política cambió para siempre de la mano del E-Government, que no es otra cosa que la capacidad y voluntad del sector público de utilizar tecnologías de la información y comunicación (TIC´s) para mejorar la información y el conocimiento al servicio de los ciudadanos.

 

El E-government aparece como el nuevo fenómeno tecnológico y político, algunos han llegado a definirlo como la cara tecnológica de la democracia. El reto de los gobiernos hoy en día es darle un manejo eficaz a dicha tendencia. Gracias al gobierno en línea o política  2.0, como también se le conoce, los ciudadanos acceden a los movimientos del estado y en afortunadas ocasiones, influyen en la toma de importantes decisiones; en este sentido, Internet se configura como el medio ideal de comunicación efectiva entre una nación y sus habitantes.

Con esta nueva técnica de política digital se ha logrado en algunas administraciones públicas mejores resultados que en otras. Colombia por su parte, ha demostrado ser uno de los países latinoamericanos a la vanguardia, con una de las primeras leyes de comercio electrónico en ser aprobadas e iniciativas como Gobierno en Línea. El tema adquiere cada vez más trascendencia e interés por parte de nuestros gobernantes.

Los gobiernos en línea, además de aumentar los grados de transparencia de actividades gubernamentales, motivan prácticas innovadoras y creativas que se reflejan en índices de buen gobierno y transformaciones de impacto en las sociedades, fortaleciendo procesos democráticos y de gestión pública transparente. Alrededor de estas estrategias de comunicación política en línea, también surgió el Gobierno Móvil, llamado M-Gobierno, que es la extensión del E-Gobierno y se basa en el uso de los dispositivos móviles para la relación digital en las administraciones entre sí, y de las administraciones hacia la ciudadanía.

La Web 2.0 ha permitido crear una inteligencia colectiva a partir del intercambio de experiencias y conocimientos. Mediante herramientas de comunicación como las redes sociales, la ciudadanía hace política.   Sin embargo, cabe preguntarnos si  los mandatarios están realmente atentos a esta retroalimentación.

¿La participación de la ciudadanía en el devenir de los gobiernos a través de estas nuevas herramientas tecnológicas, realmente tiene trascendencia en el fondo más que en la forma? Actualmente todas las dependencias de la administración pública en nuestro país y en casi todas las regiones, cuentan con mecanismos en línea para adelantar tramites, procesos y acceder a información. Acercarnos a nuestros gobiernos aprovechando las TIC´s es ya, un deber ciudadano.