Marketing Político en la Red participó de un encuentro en la Embajada de España en Estados Unidos el que se analizó la incidencia del español en la campaña presidencial por la Casa Blanca.
Por: David Iglesias Pérez Washington DC / 19 de julio de 2012
Cada vez queda menos para las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, y se nota. ¿No ha detectado un incremento de la publicidad electoral? Pues aún no ha visto nada si vive en el Norte de Virginia, Ohio, Florida y otros distritos y estados donde se prevé que se decida la elección. Y no se sorprenda si los lemas y mensajes están en español; la novedad de este ciclo electoral es la gran presencia que tendrá nuestro idioma. Un signo inequívoco de la importancia que el voto hispano ha cobrado, y que todos los expertos políticos prevén que será clave para decidir si Obama continúa cuatro años más o si Romney se convierte en el próximo presidente de Estados Unidos.
Sobre estos temas se reflexionó el pasado 19 de julio en la Embajada de España en Washington DC durante la conferencia “La importancia del español en la campaña presidencial de 2012”. Organizada por la Asociación de Líderes Hispanos, contó con dos ponentes de lujo; por un lado, Jaime Areizaga, subdirector de Asuntos Hispanos del Comité Demócrata Nacional; por otro, Alfonso Aguilar, estratega republicano.
Las cifras marean. Se calcula que para 2050 uno de cada tres estadounidenses será de origen hispano. Actualmente hay más de 50 millones de latinos en Estados Unidos, de los cuales 21 millones pueden ejercer su derecho al voto. Cada mes 52.000 alcanzan la edad que les permite votar. Ya no sólo están distribuidos en Miami y Los Ángeles, como sucedía en el pasado, sino por toda la geografía nacional. Esto hace que sus votos vayan a ser determinantes no sólo en Florida, Arizona, Colorado o Nuevo México, sino en Virginia, Ohio, Pennsylvania y Carolina del Norte, estados en los que a pesar de tener menor presencia (menos del 10%), el número de hispanos que pueden votar es mayor que el margen de indecisión que manejan las encuestas.
Así pues, en palabras de Aguilar, el español se ha convertido en “herramienta política para llegar al votante”. De ahí que ambos partidos tengan ya una página web de campaña completamente en español, que chapurreen algunas palabras en nuestro idioma y que lleven varios meses mostrando anuncios en español en las zonas clave. Y no sólo Obama y Romney; políticos como Newt Gingrich se afanan en sus lecciones de español.
Según lo explicado por ambos ponentes, el tema del idioma va más allá de ser vehículo de comunicación, convirtiéndose en medio de expresión de una cultura. A pesar de que haya hispanos que no hablen español, el idioma es reflejo de su identidad. Asimismo, en el caso de los hijos nacidos ya en Estados Unidos, aunque hablen entre ellos en inglés gustan de ver los telediarios y escuchar las noticias por la radio en español. En opinión de ambos ponentes, esto explica por qué cada vez hay más medios en español en Estados Unidos a pesar de la fuerte crisis que azota al Periodismo.
Desencantados con ambos partidos
¿Cómo van a votar los hispanos el próximo 6 de noviembre? Tradicionalmente se han decantado por los demócratas. Sin embargo, en esta elección puede haber sorpresas. Y es que los hispanos no sólo están alejados de un Partido Republicano traspasado por “elementos restriccioncitas” tras la era Bush, afirmó Aguilar, sino que también están desencantados con Obama, continuó el experto, quien además mencionó que una de las últimas encuestas afirma que el 51% de los latinos se define como independiente. Y citó al paro hispano (11%, superior a la media nacional) y a la política de deportaciones del Presidente (1,2 millones de personas) como factores que explican ese desencanto. Así pues, “los demócratas también tienen un problema de inmigración, aunque no lo quieran reconocer”, afirmó.
Contrario a estas opiniones se mostró Areizaga, quien explicó por qué la clave del despegue económico y las soluciones para los hispanos pasan por una nueva presidencia de Obama. Asimismo, citó algunos nombramientos históricos realizados por el Presidente, como Hilda Solís (Secretaria de Trabajo), Ken Salazar (Secretario del Interior) y Sonia Sotomayor (jueza del Tribunal Supremo).
Areizaga explicó también que leyes como la reforma sanitaria impulsada en esta legislatura por la Administración Obama serán claves para que muchos latinos puedan tener un seguro médico. Y de Romney recordó algunas frases de la etapa de las primarias, cuando incluso animaba a la auto deportación, y opinó que se trata del candidato “más radical de los tiempos modernos” en lo que a inmigración se refiere.
En cualquier caso, más allá del mensaje las elecciones se reducen a matemática de votos y estrategia. Dado el desencanto de los hispanos con los políticos, un escenario probable es que muchos se queden en casa el 6 de noviembre. Malo para los demócratas, bueno para los republicanos.
Por su parte, Obama necesita de esos votos que le auparon a la Casa Blanca en 2008, y está desplegando una campaña de largo alcance para conquistar de nuevo ese sufragio (por primera vez se ha creado la figura del “state latino director” de campaña, un responsable del voto hispano a nivel estatal).
Distinto es el caso de Romney, que no necesita ganar el voto latino para ser presidente. En este sentido, la moderadora del debate, Melisa Díaz, recordó una máxima de las elecciones estadounidenses: cuando el candidato republicano logra al menos el 35% del voto latino, gana la elección. Una ley no escrita que recordaron que se cumple al menos desde Jimmy Carter. Por el momento Romney está en el 22%, por lo que ha de remontar 13 puntos de aquí al día de la elección.
Quién ganará las elecciones el próximo 6 de noviembre es imposible de predecir viendo lo ajustadas que están las encuestas. Sin embargo, hay algo que se puede dar por sentado: gane quien gane, dedicará unas palabras de agradecimiento en español.