Por: Daniel Ureña
Michelle Obama siempre ha sido una de las piezas fundamentales en la creación de marca Barack Obama. Lo fue durante la campaña presidencial de 2008 y lo ha sido a lo largo de estos años en la Casa Blanca. Durante estos días la Primera Dama está teniendo una importante presencia en los medios de comunicación internacionales aprovechando su visita a Londres con motivo de los Juegos Olímpicos.
A continuación, analizamos las claves de la estrategia de comunicación de Michelle Obama.
1. Lidera una causa muy concreta aceptada socialmente: luchar contra la obesidad infantil a través de la promoción del ejercicio físico y la alimentación sana. Para ello en febrero de 2010 presentó el Programa “Let´s move!” (¡Movámonos!) a través del cuál realiza numerosas actividades de comunicación que tienen como destinatarios a los niños y sus padres. En los últimos años Primeras Damas como Laura Bush o Hillary Clintontambién se significaron por causas sociales como la educación la sanidad, respectivamente.
2. Conoce y domina el lenguaje de los medios de comunicación: el infoentretenimiento. Ahí está la clave de su éxito. Su comunicación no se basa (únicamente) en aportar datos, cifras e informes. Sus argumentos están explicados a través de planificadas apariciones en los medios en las que se busca tanto informar como entretener. En definitiva, generando contenidos de interés para los periodistas.
3. Se involucra personalmente en las acciones de comunicación, proporcionando buenas fotos e imágenes a las televisiones y fotógrafos. Ya sea plantando semillas en su huerto de la Casa Blanca, tirando un penalty a Bob Esponja o jugando al escondite en los pasillos del Ala Este.
4. Se rodea de buenos prescriptores. David Beckham, Bob Esponja, el monstruo de las galletas y otros protagonistas de “Sesame Street” son solo algunos ejemplos de qué tipo de personajes acompañan a Michelle Obama dentro de “Let´s Move!”. La popularidad de una causa dependerá en gran medida de los prescriptores que la difundan.
5. Predica con el ejemplo. Si antes una imagen valía más que mil palabras hoy vale más que un millón de palabras. Por eso, ver en televisión a Michelle Obama en una competición por hacer el mayor número de flexiones con la presentadora Ellen DeGeneres en su programa (y ganar) o las imágenes de la Primera Dama corriendo y saltando con los niños es la mejor manera de lanzar su mensaje.
Fuente: El foso de la orquesta