Por :Nathan Jaccard
Venezuela tiene Chávez para rato. A menos que tenga un problema de salud, se va a quedar en el Palacio de Miraflores hasta el 2019. Estas son las claves que explican su victoria.
1 – Chávez es un animal político
El presidente llegó a estas elecciones más débil que nunca: con cáncer; desgastado por 14 años en el poder; golpeado por crisis energéticas, carcelarias, la inseguridad desbordada y la alta inflación, y enfrentándose a un rival joven, atractivo y novedoso como Henrique Capriles, que lo puso a tambalear.
Pero Chávez, uno de los fenómenos políticos de la historia contemporánea, logró sobreponerse a todos sus problemas. Después de 14 años en el poder, se ha enfrentado a numerosas dificultades y siempre ha sabido cómo salirse con la suya. Demostró una vez más que es imbatible en elecciones presidenciales: es la quinta vez que se impone (1998, 2000, referéndum revocatorio del 2004, el 2006 y ahora el 2012).
Convirtió sus defectos en fortalezas. Si estaba enfermo, mantuvo una campaña activa, que logró hacer pasar su enfermedad a un segundo plano. Como no podía caminar por su cáncer, fue recursivo y recorrió Venezuela montado en un camión. Se puso guantes de boxeo y recordó que “no había que bajar la guardia”. Bailó, cantó y bromeó con el cantante mexicano Vicente Fernández. Si en algún momento algunos pensaron que se iba a morir, Chávez convirtió su enfermedad en una prueba de fe, de religiosidad, de sacrificio y creó empatía. Si lo criticaron por ser agresivo y por dividir el país, impuso un mensaje de amor, de vida, de ser el “corazón de la patria”.
Orador hábil, con una chispa única, sus palabras calaron y marcaron la pauta. Serán recordadas frases como “por ahí anda el majunche pidiendo debate, quien va a debatir contigo muchacho, anda aprende a hablar primero. Eres un analfabeto político” o “a mí me gustaría tener al frente de contendor a un Betancourt, o un Caldera, un Carlos Andrés Pérez, incluso. Me habría gustado enfrentarme a un peso pesado, no con la nada”. Capriles, que le huyó a la confrontación, terminó siendo definido por Chávez como el “candidato del imperialismo”, mientras “el chavismo es el patriotismo. Ser chavista es ser patriota, los que quieren patria están con Chávez”.
Muy seguro de su victoria, en ningún momento pareció dudar. Todo lo contrario, le prometió a la oposición una paliza: “Van a fracasar, se arrepentirían de su vano intento, vayan preparándose para la derrota”.
Finalmente, a pesar de la inseguridad desbordada, se presentó como el garante del orden y la estabilidad, con la vieja premisa de que “más vale malo conocido que bueno por conocer”.
2 – Los defectos de Capriles
Desde cuando Chávez llegó al Palacio de Miraflores, nadie lo había hecho temblar como Capriles. Logró seis millones de votos, el doble de los que votaron en las primarias de la Mesa de Unidad Democrática y un récord para la oposición. Como escribió en la revista New Yorker el periodista estadounidense John Lee Anderson, “tomó mucho tiempo llegar a este momento, en el que Chávez se enfrenta a un oponente político viable”.
Su campaña de centro izquierda, respetuosa y no conformacional, fue inteligente, pues no cayó en el juego de Chávez y fue a cazar el electorado tradicional del presidente. Pero en su propio campo algunas voces criticaron esa estrategia. Capriles dijo que iba a profundizar y mejorar los programas sociales del Gobierno. ¿Si son buenos, por qué entonces no votar por la persona que los creó, Hugo Chávez? ¿Por qué Capriles no contratacó cuando Chávez lo insultaba? ¿Por qué no insistió en los riesgos de reelegir un presidente enfermo? ¿Por qué no fue más agresivo?
Vladimir Gessen, analista de la oposición, escribió que la campaña de Capriles cometió errores estratégicos, pues “fue relegada la Mesa de la Unidad, y alejados todos sus líderes naturales” por escoger personas en la campaña que no eran las más idóneas para entenderse con el resto de políticos y partidos que apoyaban a Capriles. Y concluyó que “al no tener como tema la unidad y la reconciliación, Capriles no tuvo más remedio que dirigir su oferta a los chavistas light y comenzar a reconocer éxitos del gobierno y –poco a poco- culminó en una propuesta electoral cuasi similar a la del gobierno”.
3 – El PSUV: una maquinaria poderosa
El Partido Socialista Unido de Venezuela, con dos millones de militantes, 15 gobernadores, 264 alcaldes y 91 parlamentarios, es un enorme aparato de campaña. Tiene presencia en toda Venezuela y la maquinaria se extiende entre los empleados oficiales, en las fábricas nacionalizadas, las oficinas estatales, donde muchos funcionarios tuvieron que apoyar al presidente yendo a mítines, donando parte del salario o pegando afiches.
Poco antes de las elecciones, el Comando Carabobo, que organizaba la campaña chavista, dijo que a lo largo de Venezuela tenían “886.345 patrullas, 13.679 comandos de Campaña y 117.054 testigos de mesa”. Más de 700.000 militantes se comprometieron a conseguir cada uno diez personas más que votaran por Chávez. Así prometían llegar a 6.729.000 votos. A Chávez le fue mejor, sacó 7,4 millones de votos.
4 – El buen balance social del chavismo
Aunque la Presidencia de Chávez tiene enormes defectos, en los 14 años en el poder logró avances sociales que le aseguraron una base fuerte, un voto duro y una conexión con millones de personas. Chávez terminó con 40 años de abandono estatal en los barrios pobres y logró imponer la idea de que sin él no hay futuro y que cualquier otro va a volver a olvidarlos.
Bajo la Presidencia de Chávez, la Unesco reconoció que en Venezuela se erradicó el analfabetismo. Con sus petrodólares, llenó los barrios más pobres de programas sociales, sus misiones de salud, educación, vivienda. Aunque muchos critican la veracidad de las cifras que da el Gobierno sobre sus logros, el diario británico The Guardian compiló datos que muestran que la vida de los venezolanos más pobres sí ha mejorado con Chávez. Entre 1999 y el 2011, el desempleo pasó del 14,5 por ciento al 7,6 por ciento; el PIB por habitantes, de 4.100 dólares a 10.810; la mortalidad infantil, del 20 por mil al 13 por mil; la pobreza extrema, del 23 por ciento al 8,5 por ciento. La inflación y la inseguridad son los dos enormes lunares de Chávez.
5 – Chávez es sinónimo de Estado, gobierno, partido…
Con Chávez no hay frontera entre los actos de gobierno, las decisiones del presidente, las políticas de Estado y el PSUV. Los recursos públicos son manejados sin mucho control e invertidos en misiones sociales. Tienen un marcado carácter clientelista. Una de las últimas, Misión Gran Vivienda Venezuela, les prometió casa a cuatro millones de personas (después de las elecciones). En algunas obras colgaban los afiches electorales del candidato presidente. Aunque Capriles prometió que no iba a desmantelar estos programas, la fidelidad al presidente que les cambió la vida, y el miedo a perder todas esas conquistas fue determinante entre gran parte de los pobres venezolanos.
6 – Omnipresente en los medios de comunicación
Una de las estrategias de Chávez para compensar su ausencia en las calles por su cáncer fue ocupar los medios. Si antes de estar enfermo ya era un presidente hípermediático, en la campaña usó en exceso las cadenas, la comunicación pública y la propaganda de gobierno.
El sistema de medios públicos incluye seis canales de televisión, seis de radio, una agencia de noticias y tres periódicos. La oposición cuenta con varios diarios, pero solo tiene un canal,Globovisión, que se ve por cable. Como si eso no fuera suficiente, Chávez abusa de las ‘cadenas’, cuando el Palacio de Miraflores decide que hay un mensaje esencial para la nación, todos los medios están obligados a transmitirlo. Según el diario venezolano de oposición El Nacional, desde el primero de julio, Chávez apareció 75 veces en público, hizo 31 cadenas que totalizaron 47 horas. Hubo cuatro veces más cadenas en el 2012 que en su campaña releccionista del 2006. En total, según el periódico francés Le Monde, tuvo ocho veces más presencia en televisión que Capriles.
7 – El factor miedo
Los insultos a sus rivales son casi una marca de fábrica del presidente Chávez. Si hace unos años los opositores eran “escuálidos”, en esta campaña Capriles fue el “majunche”. Chávez prometió en varias ocasiones el caos e incluso la guerra civil a Venezuela si no salía reelegido. Algunos militares también se definieron como “combatientes bolivarianos, revolucionarios, socialistas, antimperialistas y chavistas”. Y entre los más pobres y los funcionarios, algunos sectores denunciaron que siempre los amenazaron con perder sus trabajos y sus beneficios si Capriles salía elegido. Hace 13 años, dos millones de venezolanos dependían del Estado, ahora se calcula, extraoficialmente, que podrían ser 8,5 millones que trabajan en el Gobierno o tienen ayuda estatal. Y eso representa cerca del 40 por ciento del padrón electoral.
Fuente: Semana