Por Javier Maza
El debate es parte fundamental en todo proceso electoral. Aunque desde la perspectiva del análisis mediático no le conviene debatir al candidato que va primero, presentamos acá algunas de las técnicas y principios básicos que los consultores recomendamos.
DEBATE KENNEDY VS. NIXON
Comunicar, Conectar y Convencer (la regla de las 3C). Este debate, para el público televidente, lo ganó Kennedy, no solo por su incuestionable carisma, sino porque supo hablar a la cámara que es el ojo del espectador. Había recibido un buen ‘media training’ (entrenamiento de comunicación mediática). Nixon, por el contrario, rebotaba nerviosamente la mirada de cámara en cámara, sin dirección alguna en el estudio de TV. Las encuestas posteriores confirmaron lo que era de esperarse:
Kennedy convenció más a los televidentes, especialmente a los indecisos, uno de los efectos más importantes del debate mediático. Algo distinto pasó con el público que sintonizó el debate únicamente por radio para quien la voz grave y profunda de Nixon se impuso a la voz nasal del joven líder demócrata.
KERRY VS. BUSH
El mensaje es primero. El demócrata John Kerry cometió un error estratégico de comunicación a lo largo de todos los debates: se olvidó de posicionar sus mensajes por estar atacando los de Bush. Kerry, además, mediáticamente cometió errores imperdonables como aquella explicación suya sobre la homosexualidad (“Los homosexuales nacen homosexuales. Por eso la hija del vicepresidente Chenney es lesbiana, porque ella nació así”).
CLINTON VS. DOLE
Ataque a las ideas, no a las personas. Durante el debate con el veterano senador Bob Dole le preguntaron al candidato Bill Clinton si acaso su oponente no estaba ya muy viejo para ser presidente. Clinton, con extraordinaria habilidad, respondió: “Yo no creo que Bob sea un hombre viejo. Lo que me preocupa es la edad de sus ideas”. Otro notable presidente-comunicador, Ronald Reagan, manejó con maestría un cuestionamiento similar, sobre su mayoría de edad, cuando en el debate con el joven candidato demócrata Walter Mondale respondió: “No creo que la edad sea ningún problema y me rehúso a hacer de esto un tema de campaña. Yo no voy a explotar con fines políticos la juventud de mi oponente”.
LA FRIALDAD MEDIÁTICA
Político que no toca corazones no gana votos. Michael Dukakis aspiraba a convertirse en el candidato presidencial por el Partido Demócrata. Era conocida su posición en contra de la pena de muerte y Bernard Shaw, periodista de la cadena CNN, le preguntó: “Si su esposa fuera esta noche violada y asesinada, no pediría pena de muerte para los criminales?”. Dukakis, sin pensarlo dos veces, respondió: “No, porque soy un convencido que la pena de muerte no sirve para disuadir a los criminales”. Dukakis perdió el debate porque el público encontró que su respuesta fue muy fría. Le faltó a Dukakis el componente emotivo: “Me resultaría muy difícil tomar una decisión en una situación tan terrible como esa, pero creo que finalmente sería consecuente con mis principios e ideas…”.
La conclusión queda clara: para poder gobernar, primero hay que saber comunicar.
Fuente: Diario El Comercio