Por: Diana Rubio
¿Sabemos leer correctamente? Si lo hacemos en voz alta, ¿transmitimos realmente lo que el texto dice?
La rama de la gramática relacionada con la correcta pronunciación y acentuación, es la prosodia, necesaria para conseguir el entendimiento correcto y completo de los textos y discursos que escuchamos y leemos.
Este término es poco conocido entre la sociedad, pero es sumamente necesario su uso para entender lo que leemos, lo que pronunciamos de viva voz.
La lectura depende normalmente del sentido de la vista o del tacto, pero debe apoyarse en el del oído para ser comprendida por quienes la escuchan. En la educación, a la vez que enseñan a leer, tambien deberían tener en cuenta la prosodia; la pronunciación, entonación y acentuación de las palabras y frases a la hora de leerlas en voz alta.
¿Por qué no hablamos igual que leemos? ¿Por qué cuando leemos, cambiamos el tono, y lo hacemos “de carrerilla” sin darle ninguna emoción?
La respuesta; Porque no sabemos leer correctamente.
En el campo donde mas fácil encontramos el uso de prosodia correctamente es en algunos anuncios publicitarios y en los medios de comunicación, especialmente en la radio.
Si extrapolamos la prosodia al campo de la comunicación política, también podemos ver que es de vital importancia su conocimiento.
Una prosodia correctamente usada, fortalece al político y da sentido a sus mensajes, ya que ayuda a comunicar eficazmente con la población e indirectamente, conseguirán empatizar con él.
La duración, intensidad, pausas y movimientos melódicos de las palabras que debe pronunciar en un discurso leído, caracterizan este ámbito y necesitan ser usadas conscientemente para transmitir un mensaje correcto.
Si no realizamos una buena lectura apoyada con conocimientos en prosodia, la transmisión del texto varía o no llegará a entenderse como debe y no obtendrá la atención suficiente de los oyentes.
Cuando un representante político lee un discurso en voz alta, no basta con que aprenda el texto de memoria y posteriormente lo recite, debe ponerle sentido, emoción y significado a lo que habla, a lo que comunica a su público, ya que sin una entonación adecuada y una acentuación óptima, su mensaje no tendrá el mismo calado y terminará por diluirse, siendo la percepción ciudadana final la de un representante incapaz de hacerse entender.
Por tanto, la prosodia, ese gran desconocido a la hora de comunicar un texto en voz alta, debería tener un mayor peso a la hora de aprender a leer en voz alta, ya que depende de su uso, el que se de un sentido u otro a las palabras que queremos transmitir.
Fuente: Política y Protocolo