Por: Carlos Martinez
La comunicación no verbal es un campo interesante y muy amplio, supone el 93% frente al 7% de la comunicación verbal y es un aspecto fundamental del que no todos somos conscientes. La comunicación no verbal no solo incluye los gestos, o la postura del cuerpo humano, sino que es un campo muy amplio: el contacto visual o el táctil, la conducta olfativa, las características físicas del interlocutor y los objetos que lleva y su vestimenta, los factores del entorno, el paralenguaje.
Todos estos son ejemplos de aspectos que se incluyen en la comunicación no verbal y que no siempre se tienen en cuenta. Ya sabéis que “a la mujer del Cesar no le basta con ser honrada, tiene además que parecerlo”.
Pues bien, gran parte del éxito que pueda llegar a conseguir un político dependerá no solo de que consiga transmitirnos la idea, sino de que logre que le creamos. Para ello tiene que transmitirnos el mensaje teniendo en cuenta todos los aspectos de la comunicación, no solo teniendo claro que es lo que dice, sino como lo dice.
Por lo tanto es imprescindible que un político, o cualquier personaje público, conozca este campo y lo domine lo mejor que pueda. Es evidente que hay personas con habilidades comunicativas más desarrolladas que otras, pero con trabajo y constancia se puede conseguir ser todo un experto.
Aunque a veces es difícil cambiar un aspecto en concreto de la comunicación, sobre todo cuando no has nacido con el don de la expresividad, se puede potenciar otros para de este modo equilibrar la balanza. Como es el caso de Zapatero, el cual desde un principio resultaba bastante monótono en sus intervenciones, incluso se le llego a nombrar como “Sosoman”. Pero con el tiempo trabajó para que sus intervenciones fueran lo menos aburridas posible e intento controlar sus gestos, sus posturas y sus caras, aunque su evolución no fue muy grande.
No obstante, controlar y dominar la comunicación no verbal no es tan difícil, tan solo se necesita tener las habilidades comunicativas adecuadas, trabajar mucho en ello, constancia y tener ganas de aprender. Un buen ejemplo de esto es sin duda Barack Obama. Ha marcado toda una revolución en lo que a comunicación política se refiere. Hasta entonces, la comunicación política se dirigía en un solo sentido, se centraba solo en la palabra, de un modo frio y mecánico dando un mensaje muy plano.
Obama tiene una puesta en escena brillante: sus gestos, su postura, sus pausas y su contacto visual, todo esto junto con su discurso hacen que su comunicación sea espectacular. Pero lo que más potencia es su voz para conseguir una respuesta masiva. La melodía de su voz provoca a la gente, logra que se unan al ritmo de sus palabras conforme fluyen y se crean parte de ellas. Lo más importante en su discurso no es lo que está diciendo, sino como su voz te guía y te dice como deberías sentirte. Las palabras son irrelevantes, puede que no recuerdes el mensaje cuando deje de hablar, pero sí que sientes algo muy potente dentro de ti.
Por ello hay que tener muy presente la comunicación no verbal, y es que en algunos casos puede determinar los resultados de unas elecciones. Como en el debate político que tuvo lugar entre Nixon y Kennedy en 1960. Nixon, que había pasado dos semanas hospitalizado por una lesión en la rodilla, llegó al debate pálido, se negó a utilizar maquillaje; estaba cansado porque no quiso suspender la campaña para preparar el debate, sudó y para completar un aspecto inquietante, su traje gris se mezclaba con el fondo del estudio. Frente a él, Kennedy aparecía relajado (los asesores le recomendaron que cruzara las piernas al sentarse), ligeramente moreno, y vestido con un traje oscuro que mejoraba su aspecto. Al terminar el debate, la mayor parte de quienes lo siguieron por televisión declararon que lo había ganado Kennedy. Para los radioyentes, sin embargo, el vencedor fue Nixon.
Es por esto que es importante controlar la comunicación no verbal. Y algunos de los consejos y pautas para tener un mayor éxito comunicativo y que siempre hay que tener en cuenta son:
- Controlar la mirada: no tener una mirada perdida, sino más bien firme y expresiva, y mirando a todo el público.
- Elegir bien el vestuario: tener en cuenta donde se va a realizar la acción comunicativa, el contexto, el público y el mensaje. Tiene que estar acorde con lo que se quiere decir, sin que la vestimenta deje de ser cómoda.
- Buscar el lugar idóneo: saber dónde va a tener lugar para encontrar la ubicación más adecuada y que favorezca la comunicación.
- Manejar nuestra respiración y tono de voz: la voz supone el 38% en la comunicación. Evitar la monotonía y controlar el paralenguaje: la vocalización, la entonación y el timbre de la voz.
- Evitar movimientos excesivos de los brazos o manos: hay que gesticular, y los gestos deben de ir en paralelo con las palabras, pero sin excederse ya que puede despistar al receptor.
- Moverse de forma natural en el espacio de que dispongamos: siempre que se pueda, pero al igual que los gestos no hay que abusar.
- Sonreír: muy importante, tener una buena sonrisa y trabajar en ello para que sea lo más natural posible.
- Evitar leer: conocer el discurso, saber sobre lo que se va hablar y tenerlo bien trabajado para conseguir naturalidad en el mensaje.
- Conocer y controlar nuestras emociones: hay que evitar ciertas expresiones negativas y potenciar las positivas para completar el discurso.
- Prescindir de barreras: para crear un ambiente más cercano con el público es recomendado no ubicarse detrás de atriles, mesas u otras barreras que dificulten la comunicación con la audiencia
Fuente: SPQ Blog