Por: Diana Rubio
Las nuevas maneras de comunicarse virtualmente, han supuesto una revolución social internacional. En el terreno político, la red social Twitter ha cambiado el panorama informativo; tanto los responsables de comunicación, como los medios y los propios representantes públicos deben tener en cuenta esta actual herramienta de comunicación en sus funciones.
Una noticia curiosa y a su vez novedosa ponía como protagonista a Twitter y su uso por parte de éstos, donde se relataba como la concejal encargada del área de comercio en Granada, utilizó la red social para quejarse del servicio que un determinado negocio le dió, sin darse cuenta de la repercusión que su tweet desencadenaría horas después.
Hemos sido en muchas ocasiones, observadores de las meteduras de pata políticas en Twitter, y es que a veces la inmediatez con la que su contenido se crea y a su vez se difunde, hace que un pequeño error se convierta en todo un revuelo virtual a través del cual se genera debate y opinión.
Tan hondo ha calado esta red social, que los propios medios de comunicación rastrean Internet en busca de errores y mensajes no considerados correctos en un político, incluso tienen secciones dedicadas a los “tweets” mas ingeniosos, creativos o reivindicativos.
Esta manera de interactuar virtualmente, donde en 140 caracteres puedes escribir aquello que quieras, consideres oportuno o lo que te está pasando, me recuerda a “realities” televisivos donde los participantes olvidaban las cámaras y se comportaban como realmente eran.
Desde afirmaciones histórica inexistentes, descalificaciones desafortunadas y fotografías mientras esperan a la grúa, hasta las protestas por no haber sido tratado como consideran oportuno o publicar los puntos que se hacen en un determinado juego virtual, son testimonios políticos que Twitter desvela a sus usuarios.
Llega cierto momento en el que nos muestran su cara ciudadana, dejando a un lado su etiqueta de político o cargo público, y es ahí, cuando se relajan, cuando los usuarios están al acecho. Hay perfiles en Twitter que siguen los mensajes de los políticos que tienen como función vigilar que escriben y comparten con los demás usuarios, a quien se lo dicen y si es acorde a lo que su contexto o partido requiere o espera que actúe. Ahora gracias a este elemento virtual, la transparencia se hace mas palpable y el ciudadano puede ejercer un control mas directo sobre sus representantes.
Donde antes la difusión de lo que un político formulaba se transmitía mediante el boca a boca, ahora lo hace a través de Internet, siendo la viralidad de su mensaje inmensa, ya que cada comentario que pueda realizar, tiene una repercusión creciente y su difusión se multiplicará para llegar a una cantidad insospechada de lectores.
Considero que nuestros representantes políticos deben controlar que escriben y que no, sin dejarse llevar por el continuo uso que realizan de Twitter, ya que esa asiduidad a la que están acostumbrados en el manejo de redes sociales, sin diferenciar entre su parte pública y privada, puede provocar consecuencias negativas.
¿Dónde está la línea entre la vida pública y privada de un político en Twitter?
Fuente: Política y Protocolo.