Por: Sebastian Bertran
A raíz de la inauguración de las sesiones ordinarias del honorable congreso de la nación Argentina del 2013, las altas esferas responsables de la comunicación de gobierno, vuelven a utilizar una herramienta propia de las campañas electorales en el marco del ejercicio del gobierno.
Se trata del trailer político. Una herramienta de comunicación política conocida para los asiduos seguidores de las campañas electorales americanas y casi desconocidas para todos aquellos reacios a la incorporación de técnicas de “Marketing político”. Reacios a comprender en el fondo, que las imágenes, los colores y la música juegan un papel digamos “importante” en la formación y consolidación de la percepción en el electorado.
Lejos estamos de aquellos spots electorales que transformaron la comunicación electoral en los años 50 en los EEUU.
Y las nuevas versiones como en esta ocasión, donde el trailer se titula: “Les pido que me ayuden” (se encuentra en la página de YouTube de la casa rosada)., evidencian la estructura más noble de esta herramienta de comunicación política: la continuidad ysemejanza al trailer de película de Hollywood.
Es de un modo u otro, la consolidación del cine en los spots políticos (ya ni siquiera particularizo como electorales o de gobierno) donde la estructura consta de presentar una trama en la que los espectadores (en este caso potenciales votantes) tienen un problema no resuelto (necesidades y demandas) cuya solución (deseos satisfechos) pasa por la irrupción del héroe (en este caso candidato) en la escena, como solución o respuesta a los problema planteados.
Es decir, sigue el típico formato de storytelling aplicado no a lectura convencional sino en formato digital de video, conllevando implícitos las características de efectividad del canal de comunicación que lo diferencian de un simple spot. A saber, efectos sonoros, tensión, sorpresa, generación de expectativa en el auditorio, una posible pregunta en la mente del espectador: ¿Y ahora quien podrá ayudarnos?, espectacularidad, drama y emoción son los condimentos últimos para captar la atención. Eso si, todo en un tiempo record para que no podamos ni pestañear. Esa es la estructura central en la construcción del trailer político.
Como herramienta esta claro cuales son sus beneficios. Nos permite claramente concentrar nuestro mensaje en uno o dos atributos de nuestro candidato, de modo que ayudamos a la conformación en el imaginario colectivo, del posicionamiento buscado.
Pero ahora, el trailer político, cuenta con un aliado masivo que le permite ser utilizado en todo tiempo y espacio que no sea propiamente la campaña electoral. Internet. Si, gracias a él, podemos compartirlo y virilizarlo cuando queramos, convirtiéndose el trailer, para bien o para mal: en la memoria virtual del mensaje político.
Fuente: Vab-Consulting