Por: Diana Rubio
Desde hace unos meses, un nuevo fenómeno surgido en la Universidad Autónoma de Barcelona sacude a las comunidades universitarias de España. La aparición del Informer, ha dado un vuelco a la información dentro de cada campus.
La prensa rosa ha derivado en los grupos de información mas cercana, que es la que realmente importa a la gente, la información de proximidad y este formato informativo, donde se habla de “cotilleos”, rumores, amores y desamores, tanto de alumnos universitarios como de profesores, y siempre de una manera anónima, tirando la piedra y escondiendo la mano, puede ser un claro ejemplo de la prensa del corazón local.
“ Publicamos todo aquello que aun no te has atrevido a decir de forma totalmente anónima. Déjanos tus mensajes y serán publicados.”
Esta curiosa manera de informar, tiene por finalidad sacar a la luz aquellos asuntos que se encuentran situados en la delgada línea entre la intimidad y la morbosidad, siempre de manera anónima.
Este altavoz de secretos, rodeado de un halo de misterio que expone todo lo que por vergüenza al qué dirán, siempre ha permanecido en la sombra de la información y las conversaciones, consiguiendo cada una de sus publicaciones generar una abrumadora expectación en la colectividad universitaria a la que se refiera.
Es la evolución 2.0 de los “chismorreos” que muchos la califican de moda pasajera, otros de un nuevo elemento informativo, que puede derivar, desde el punto de vista negativo, en acciones de ciberbullying y de apaleamiento al mas débil, vulnerando el derecho al honor de algunos de los protagonistas de sus mensajes. Las ventajas que el Informer ofrece van desde la celebración reuniones de estudiantes alrededor del fenómeno informativo, un mayor esmero de algunos profesores a la hora de enseñar determinadas materias, o incluso conseguir que esa persona de la que estás enamorado, sepa que tiene un admirador anónimo.
Y si extrapolamos este nuevo significado informativo basado en el anonimato y la morbosidad por saber al terreno político: ¿Qué pasaría si introdujésemos Informers dentro de los partidos políticos? ¿Es posible la existencia de un Informer político, que saque a la luz los trapos sucios, los bulos alrededor de un personaje político, amores no correspondidos, los líos de faldas de otros y un largo etcétera de acciones que pueden dejar en evidencia a mas de uno?
¿Sería posible que los representantes políticos tuvieran algún temor a que pueda aparecer este fenómeno enfocado a sus acciones y cuestiones privadas enfocado de una manera dañina? ¿O ya existe alguna variación de Informer político?
Imagen: @ChismorreoP
Este prototipo informativo aplicado a la política, siempre empleado de buena fe, daría luz verde a información que podría sacar los colores a mas de uno. Las actuaciones del Informer político tendrían un ápice de transparencia que haría que un amplio volumen de población siguiera sus publicaciones. Sin embargo, esa transparencia se encontraría reñida con la contrastación de fuentes y en algunas ocasiones, con el derecho al honor y privacidad que todos, aunque seamos representantes políticos, deberíamos tener.
En definitiva, creo que debido a la situación actual de tensión existente entre los ciudadanos y la clase política, el Informer tendría un tráfico desbordante y podría desfallecer por saturación.
Fuente: Política y Protocolo