Por: Diana Rubio
Las nuevas tecnologías cambian la manera de comunicarnos y relacionarnos allá por donde se expanden. Nos hacen la vida más cómoda y a la vez mas interactiva.
Si lo extrapolamos a terreno político, los cambios se suceden a pasos agigantados; donde la comunicación antes era bidireccional, ahora se vuelve multidireccional, fomentando el debate, la reflexión, la participación de todos los ciudadanos y la interacción directa entre estos y sus representantes.
La facilidad con la que a través de estas nuevas plataformas podemos expresar cómo nos sentimos, unido a la desafección política a la que nos enfrentamos actualmente, promueve la creación de foros y grupos virtuales de acción política donde se llevan a cabo iniciativas ciudadanas para mejorar la política nacional e internacional.
Esta evolución online tematizada en asuntos políticos a la que nos enfrentamos, donde las estrategias 2.0 que se llevan a cabo en los 14 días que dura la campaña electoral, deja paso a otras mas estables en el tiempo adecuadas a la campaña permanente que todos los partidos llevan a cabo y van mucho mas allá de meras herramientas de captación de votos y estabilización en el poder. El 2.0 sigue superando expectativas y da lugar a nuevas formas políticas, donde los ciudadanos, hartos de corrupción, oscurantismo y mala gestión por parte de los políticos de toda la vida, toman esta disciplina como motor de su indignación y actúan formando los llamados partidos online.
Ya el movimiento del partido pirata, con representación en más de 50 países , nos daba las premisas de la revolución política virtual que nos sobrevenía. Donde diferentes activistas antes se convocaban para asistir a manifestaciones, reuniones y huelgas, ahora se organizan para conseguir que triunfe la política que todos nos merecemos, basada en la transparencia, la optima gestión de recursos y la democracia para todos.
Estas nuevas figuras en el panorama político, se presentan como fórmulas alternativas a la política de siempre, donde su columna vertebral parte del inconformismo y del no quedarse mirando cómo seguimos inmersos en una espiral de opacidad y malas formas. Coinciden normalmente en su estructura, en promover una democracia abierta y participativa y la consecución de una política de calidad.
En palabras de Margarita Padilla, una de las activistas más populares: “la red puede superar las antiguas estructuras de poder”.
Nombres como el partido de la red en Argentina, o el partido del futuro en España comienzan a extender sus principios alrededor del mundo, sus ideas de lo que realmente es la política y cuáles son sus iniciativas para mejorar, impulsando un conocimiento absoluto de todos aquellos aspectos que realmente la ciudadanía debe saber y que la casta política no satisface.
Por tanto, considero que estos nuevos partidos online, que comenzaron con fuerza en el norte de Europa y Latinoamérica, cumplen funciones sociales y promueven nuevas vías de movilización y participación ciudadana que llevarán a la ciudadanía, asqueada de políticos ególatras, sumida en la desconfianza y que se cuestionan los modelos democráticos actuales, a tomar cartas en el asunto y participar activamente en la política, dando lugar a nuevos modelos partidistas con los cuales la población, pueda sentirse representada.
Fuente: Política y Protocolo