Por: Gabriel R. Otazo
“Comienzo con la premisa de que la función del líder es producir más líderes, no más seguidores.” Expresaba Ralph Nader, un reconocido activista y abogado estadounidense.
Durante la última década las plataformas web y las redes sociales han desempeñado un rol fundamental en la esfera de la política, sobre todo en la organización de campañas electorales, que a través de la segmentación de los mensajes y la personificación de la imagen, los candidatos han logrado reclutar nuevos votantes o, como se los ha denominado durante los últimos tiempos, followers (seguidores en Twitter).
Lo que está claro hasta el momento es que todo político cuenta con la necesidad de “estar online”, es decir, poseer una microcuenta, blog o página oficial donde las personas los puedan visualizar, seguirlos y darle la cantidad de “like” posibles. Pero todo no termina allí, ya que se requiere de una actualización continua y permanente de las actividades llevadas a cabo por el candidato ante un consumidor que pasó a ser un prosumidor, es decir un productor y al mismo tiempo consumidor de información.
Es así que nace una dualidad y una gran diferencia; y hasta a veces un gran error de los políticos: confunden entre el “ser” y el “estar” online.
Muchos análisis llevados a cabo por diferentes consultoras de Latinoamérica han coincidido en que la verdadera efectividad del manejo de las redes sociales no radica en la cantidad de seguidores, amigos o “me gusta”, sino en la verdadera participación, interacción e involucramiento de las personas en la política, es decir, una invitación que comienza siendo online y que termina offline.
Recientemente un estudio llevado a cabo por la firma Burson-Marsteller reveló que más de tres cuartos (77.7%) de los líderes mundiales tienen una cuenta en Twitter y dos tercios (68%) han hecho conexiones mutuas con sus colegas. Este informe que se lo ha denominado “Twiplomacy”, demostró que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama a través de sus cuentas @ BarackObama y @ WhiteHouse, es el líder con más seguidores en la red social.
Por otra parte, señala que Twitter se ha convertido en una herramienta de comunicación formidable lo que permite la emisión de mensajes cortos a millones de seguidores. Al mismo tiempo, la red social invita a la interacción directa entre los usuarios y las dos terceras partes (68%) de los líderes mundiales han hecho conexiones recíprocas con sus compañeros.
Muchos gobiernos también utilizan Twitter como un canal de noticias automatizado desde su sitio web o página de Facebook. A partir del 01 de julio 2013 a las cuentas 505 disfrutaron de un siguiente conjunto de 105.733.356.
Más de dos tercios de los gobiernos africanos tienen una presencia en Twitter y son generalmente entre los usuarios de Twitter más conversacionales. Twitter es muy popular entre los líderes de América Latina, donde casi todos los gobiernos tienen una presencia en Twitter con un gran número de seguidores.
La mayoría de los presidentes latinoamericanos tienen cuentas personales y con frecuencia se comunican entre sí públicamente en Twitter, como la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner @ CFKArgentina, que es la líder más seguida de Latinoamérica, con más de 2,1 millones de seguidores.
Twitter se está convirtiendo en la herramienta de comunicación de los gobiernos, por eso es necesario que dicha herramienta sea utilizada correctamente, con eficacia y eficiencia, y para ello es necesario que los líderes sean y estén online, y tomen conciencia que Twitter es un instrumento que dentro de sus 140 caracteres, permite entre tanta otras cosas, invitar a participar, sumar voces a sus proyectos y convertir la política online en política offline (la de carne y hueso).