En el ambiente político, suele ser habitual recurrir a todo tipo de estrategias de comunicación y marketing dirigidas al gran público y a los ciudadanos. El crecimiento de los Social Media ha generado que además de las empresas y marcas, las instituciones políticas también recurran a los medios y redes sociales para aprovechar el potencial de estas herramientas con el objetivo de crear y mantener nuevos canales de comunicación.
Prácticamente a puertas de unas nuevas selecciones nacionales, los partidos políticos, militantes y candidatos parecen aumentar de forma frenética su actividad en los medios y redes sociales. Todo con el gran objetivo de llegar a las masas y ciudadanos para comunicar su mensaje y movilizar a sus votantes.
Obama: Un caso de éxito
Antes de su llegada a la presidencia, la campaña de Publicidad y Marketing de Barack Obama, entonces aspirante demócrata a las elecciones de EE.UU tuvo una gran peculiaridad. Debido a la falta de apoyo de otros medios tradicionales, Obama consiguió a través de internet la repercusión y difusión necesaria para generar mayor notoriedad. Todo un fenómeno que supuso el primer caso de éxito político a través de las redes sociales.
Barack Obama marco sin duda un antes y un después de la política tradicional que supuso un gran cambio en la forma en que los referentes políticos se relacionan con los ciudadanos a través de las redes sociales.
A pesar de todo ello, muchos partidos políticos siguen demostrando una vez más la verdadera realidad de quienes aún no han comprendido los verdaderos mecanismos e idiosincrasia de los medios de comunicación sociales, reincidiendo una y otra vez en un cúmulo de grandes errores que ponen en entredicho los mecanismos de la política 2.0.
Barack Obama marco sin duda un antes y un después de la política tradicional que supuso un gran cambio en la forma en que los referentes políticos se relacionan con los ciudadanos a través de las redes sociales.
A pesar de todo ello, muchos partidos políticos siguen demostrando una vez más la verdadera realidad de quienes aún no han comprendido los verdaderos mecanismos e idiosincrasia de los medios de comunicación sociales, reincidiendo una y otra vez en un cúmulo de grandes errores que ponen en entredicho los mecanismos de la política 2.0.
Medios sociales, herramientas de propaganda
Este es quizá el primero de los grandes errores. No es nada nuevo que los partidos políticos utilicen los medios de comunicación como herramientas de marketing y propaganda. Sin embargo, la experiencia de las grandes marcas no está demostrando que la presencia en las redes sociales es más efectiva cuando el objetivo se centra en escuchar y conversar con los usuarios y consumidores, en vez de ser utilizadas exclusivamente como canales promocionales.
Comunicación unidireccional
Los partidos políticos no desarrollan una comunicación social. Su comunicación es unidireccional. No dialogan o forman parte integrada de las conversaciones generadas. Este aspecto fundamental deja en entredicho la falta de interés en uno de los más importantes principios de este tipo de medios. Ser sociales.
Sin escucha ni reacciones
Saber escuchar y reaccionar en consecuencia. Esta es quizá una de las más importantes premisas de los medios y redes sociales, y por norma general parece no tener vigencia en los procedimientos y estrategias de los partidos políticos en las redes sociales. Sus canales no sirven a las personas reales. No atienden a las peticiones y necesidades reales. No existen reacciones ni son tomadas decisiones en consecuencia.
Políticos: La mano que mece la cuna
Generalmente, y sobre todo si hacemos referencia a los más importantes candidatos de partidos políticos mayoritarios, su presencia en los medios y redes sociales esconde sin duda una verdad oculta. No son reales!
Sus perfiles en las redes sociales se reducen a espacios testimoniales que se limitan a mostrarnos o informarnos de algunas de sus actividades y compromisos sociales gestionados por terceras personas o equipos de marketing.
Sus perfiles en las redes sociales se reducen a espacios testimoniales que se limitan a mostrarnos o informarnos de algunas de sus actividades y compromisos sociales gestionados por terceras personas o equipos de marketing.
El muerto que vive y revive
No es lo mismo estar vivo que estar muerto para revivir de nuevo. Es una forma de entender que durante periodos electorales, los organismos y partidos políticos aumentan frenéticamente su actividad en los medios sociales generando así el ‘máximo ruido’ posible.
Sin embargo, tras la agenda electoral su actividad vuelve a verse reducida o ser prácticamente nula en muchos de los casos. Su objetivo se ha cumplido y las redes sociales dejan de ser la herramienta útil y poderosa que les sirvió a la causa.
Sin embargo, tras la agenda electoral su actividad vuelve a verse reducida o ser prácticamente nula en muchos de los casos. Su objetivo se ha cumplido y las redes sociales dejan de ser la herramienta útil y poderosa que les sirvió a la causa.
Sin atención al cliente, Sin atención al ciudadano
Para los partidos políticos, las redes sociales son simplemente un canal de comunicación más. Siempre unidireccional. No sirve de nada que los usuarios o ciudadanos expongan sus quejas, opiniones y denuncias. Casi nunca son escuchados, ni reciben ayuda o atención personalizada.
Imposible gestionar la reputación online
Es una realidad que las empresas y marcas son cada vez más conscientes de la importancia de una buena reputación online. Para lograrlo no basta cono interactuar a través de los medios y redes sociales. Es necesario para ello, introducir los cambios oportunos que atiendan o puedan servir para ayudar y solucionar las necesidades y problemas de los clientes y consumidores.
Generalmente durante los tiempos de crisis, en la mayoría de ocasiones, las conversaciones generadas por los usuarios e internautas suelen manifestarse y adoptar una postura mucho más crítica. Este aspecto conlleva a que sea realmente difícil, por no decir casi imposible, el gestionar y mantener estable la reputación online para mejorar la imagen de cara a la ciudadanía.
En el caso de los partidos políticos, esta se convierte en una tarea imposible. La gestión de la reputación online es una batalla perdida mientras su actuación ante los ciudadanos siga siendo irresponsable y la percepción ante sus decisiones y actuaciones continúe siendo negativa. Es importante entender con esto que las redes sociales no son ninguna panacea.
Generalmente durante los tiempos de crisis, en la mayoría de ocasiones, las conversaciones generadas por los usuarios e internautas suelen manifestarse y adoptar una postura mucho más crítica. Este aspecto conlleva a que sea realmente difícil, por no decir casi imposible, el gestionar y mantener estable la reputación online para mejorar la imagen de cara a la ciudadanía.
En el caso de los partidos políticos, esta se convierte en una tarea imposible. La gestión de la reputación online es una batalla perdida mientras su actuación ante los ciudadanos siga siendo irresponsable y la percepción ante sus decisiones y actuaciones continúe siendo negativa. Es importante entender con esto que las redes sociales no son ninguna panacea.
Ignorados por la falta de confianza
La pérdida de confianza se sitúa como otro de los aspectos más destacados al que se suma la indiferencia de quienes se sienten olvidados o perjudicados por una clase política que se muestra incapaz de solucionar los problemas más importantes. Los usuarios de la red muestran de esta forma su pasividad y falta de confianza negándose a ser partícipes en este tipo de iniciativas.
Prueba de ello podemos encontrarlo en el número de fans y seguidores delos diferentes partidos políticos. Cifras ridículas que en la mayoría de los casos no superan los 50.000 participantes en un país de más de 47 millones de habitantes.
Prueba de ello podemos encontrarlo en el número de fans y seguidores delos diferentes partidos políticos. Cifras ridículas que en la mayoría de los casos no superan los 50.000 participantes en un país de más de 47 millones de habitantes.
Usuarios y el miedo a etiquetarse
El Miedo a etiquetarse figura entre algunos de los aspectos más destacados a la hora de establecer las causas del rechazo de los usuarios para identificarse o posicionarse por los diferentes partidos políticos. La confrontación popular y la diferencia de pensamientos e ideales políticos es considerado para muchos un factor que puede acabar siendo determinante e incluso influir sobre la percepción u opinión que otros tiene sobre los propios usuarios.
Fuente: Puro Marketing