De la presencia digital a la política 2.0

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Por: Eugeni Córcoles

Evitando repetir lo tantas veces repetido, la web 2.0 es más una actitud que un término tecnológico, ello implica que los políticos hagan política 2.0. O sea, ofrezcan los canales sociales digitales para compartir, interactuar y fomentar la participación política.

Una vez superado el miedo de los primeros años -a la sobreexposición, a la apertura, a la vulnerabilidad que supone no esconderse detrás de una organización hermética-,la gran mayoría de los políticos han aumentado en los últimos meses su presencia digital. Ahora analizaremos si para hacer política 2.0 o para aplicar viejos mecanismos para nuevos formatos.

Un exhaustivo estudio realizado por  David Álvarez Sabalegui (Consultor en Social Media) y Roberto Rodríguez Andrés (Universidad Pontificia Comilllas-Universidad de Navarra) en el marco del IV congreso de la Gigapp sobre el uso de twitter por parte de senadores y congresistas nos muestra unos datos muy interesantes.

La conclusión más llamativa es que en los últimos 20 meses los políticos españoles han aumentado su presencia y actividad en las redes sociales – principalmente Twitter, red social con una penetración del 56% en el congreso de los diputados- aunque han disminuido su grado de interacción.

También aumentan el número de congresistas con blogs y presencia en otras redes sociales aunque hay que tener claro que el uso de estas herramientas no garantiza hacer política 2.0:

Actitud 2.0

En otras palabras: compartir, escuchar, interactuar. En un ecosistema esencialmente conversacional – evitando debate metafísicos sobre si Twitter en realidad favorece o no la conversación- no sólo basta con comunicar  tus mensajes (para esto, la TV sigue siendo infinitamente más impactante) sino aprovechas las redes sociales como un canal para escuchar e interactuar. La interacción y la escucha activa propiciará el salto hacia el político 2.0. Ese político que no sólo es accesible a los usuarios sino que es él quien participa de forma proactiva en la conversación de los ciudadanos.

 Inversión

Otro punto, con el que Posttuit se ha encontrado más de una vez, es, en primer lugar, el desconocimiento de que se puede invertir en publicidad en las redes sociales y que, sin dinero no se puede hacer una buena comunicación 2.0. Y no sólo estoy hablando de pagar un diseñador o un programador o contratar un CM en vez de colocar a la hija de tu cuñada.

Un ejemplo ilustrativo es la tan famosa y analizada campaña de Obama. La campaña de Obama representa un punto de inflexión en el uso político de las redes sociales. ¿Pero Obama interactúa en Twitter? Lógicamente, no.

Obama usó las posibilidades de Internet para analizar y conocer las opiniones de los usuarios -escucha activa- e hizo otra cosa tan importante o más: Invertir dinero. De esta manera, en seis meses, Obama invirtió más de 90 millones de dólares en impactos publicitarios en Internet por sólo 8 millones de John McCain.

“No tengo tiempo”

Estamos ante un cambio generacional y un momento de transición entre el candidato mediático, al candidato que se relaciona en el entorno multimedia. Pasaremos de consumir política a participar activamente en ella. Pasaremos de tener los candidatos en el TV del salón de casa para tenerlos en los teléfonos móviles de nuestros bolsillos.

Añadimos que en Posttuit huimos de filias y fobias, comunicar bien en el entorno digital es esencial y lo será más en el futuro pero hay que evitar los absolutismos. A pesar de que es evidente que una buena comunicación 2.0 ayuda a aumentar y consolidar tu espacio electoral – como ya comentamosen las pasadas elecciones catalanas– si cada seguidor fuera un voto, Equo sería la cuarta fuerza en el Congreso de los Diputados. 

Terminamos con una pequeña reflexión. Nos hemos encontrado a más de un candidato que nos ha dicho que no tenía tiempo para adoptar una actitud 2.0. Y es lógico, un representante no tiene que perder el tiempo en conocer las preferencias de sus representados.

Fuente: posttuit