Por: Patrycia Centeno
Más allá de un tema atractivo para la prensa del corazón, el affair de Fraçois Hollande con una joven actriz y la separación de Valérie Trierweiler no deja de ser un asunto de Estado. Y no es que a los franceses les escandalicen los líos de faldas como a los demás (digamos que en el amor, son más libres o menos cínicos), pero sí que les incumbe el gasto público invertido en la figura de la primera dama. Y es que solo en asesoría para la pareja de Hollande, los franceses se gastaban 20.000 euros mensuales (con Carla Bruni, la cifra hay que triplicarla) algo que hace que se planteen prescindir de esta figura anacrónica. Sin embargo, mientras en Francia debaten sobre el asunto, el nuevo estado sentimental de François Hollande ha provocado numerosos quebraderos de cabeza en los responsables de protocolo de la Casa Blanca.
El principal inconveniente de la soltería del presidente galo afectaba al sitting durante la cena de gala: ¿quién iba a sentarse junto a Obama? Aunque no habría mucho problema para encontrar candidata o candidato, la disposición de las sillas de los comensales se resolvió colocando a Hollande en medio de la pareja presidencial. Quizá fuera una buena solución para protocolo, pero para el presidente francés debió ser incómodo estar toda la noche de vela y a Obama tampoco pareció agradarle el alejarse mucho de su mujer (cualquiera deja a su chica con Hollande;). Por otro lado, también se resolvió cancelar el tradicional baile de gala ofrecido en las cenas de Estado para no evidenciar la “soltería” del socialista francés. En definitiva, otra actividad vetada para los “singles”.
Michelle Obama recibió al presidente francés para la cena de gala con un vestido azul de Carolina Herrera.
Los caballeros también acataron el dress code correspondiente. Y, por favor, atención hombre españoles: cuando se viste un smoking los botones de la camisa se ocultan y para ello se puede optar por la opción de Hollande (la propia camisa oculta el botón con una banda de tela) o la de Obama (cubrebotones). Y esto lo recalco porque en la pasada gala de los Goya creo que el único que lo hizo bien fue José Coronado.
Hollande = vela. El presidente estadounidense o está controlando que su homólogo no se pase un pelo con Michelle o está aburrido porque no puede hablar con nadie al otro lado.
Entre los 300 invitados a la cena en honor al presidente francés se encontraba la directora del FMI, Christine Lagarde. Desde que al ex ministra de economía de Sarkozy se broncea en exceso ya no desprende ese halo tan chic de antaño. A ciertas edades y cuando no se trabajan lo suficiente los brazos, mejor prescindir de los vestidos sin mangas.
Fuente: Política y Moda