Por: Diana Rubio
Hay veces que el leer las noticias nos lleva a contemplar imágenes ilustrativas de las mismas que a mi particularmente me siguen causando sensaciones encontradas. La última, la referente al presidente norcoreano donde aparece rodeado de féminas militares y éstas lloran mientras lo abrazan cual fan de cualquier personaje de la llamada farándula.
Esta foto no es la única que hemos podido ver en los últimos años, pero si una de las mas llamativas. Otros líderes políticos internacionales como Putin, Chaves u Obama nos han dado muestra de las similitudes existente entre estos dos mundos encontrados.
Hay que reconocer que las fotos en las que los políticos aparecen cual estrella del rock, justificando la llamada política pop que el gran Mazzoleni ha estudiado y con la que revolucionó el panorama de la comunicación política, siguen siendo mediáticas, consiguiendo que se publiquen en los llamados medios tradicionales en ocasiones de manera inmediata.
Si nos paramos a pensar en la repercusión de este tipo de imágenes asociadas a nuestra clase política, ¿Realmente buscan liderar a masas fanáticas? ¿Este tipo de imagen da lugar a que los ciudadanos piensen en los aspectos positivos de sus líderes o por contrario las ven ridículas y sin sentido?
Este tipo de fotografías que ilustran a los políticos como estrellas mediáticas, considero que afecta a la imagen pública de los mismos, la cual se distorsiona al mostrar aspectos irreales que confunden en la mayor parte de los casos a la ciudadanía.
Bajo mi punto de vista, esta tendencia es cada vez menor en contraposición de la aparición de otras imágenes más humanas, donde la cercanía en relación al ciudadano predomina y en la que la empatía y la causa de emociones toman protagonismo a la hora de su recuerdo en la mente del futuro votante.
Ya que hablamos de como las fotografías muestran a veces imágenes que distorsionan la imagen políticas de nuestros representantes, debemos hacer mención a que éstas también son importantes en niveles inferiores de representación, como el autonómico y el local, convirtiéndose en armas de doble filo si llegan a caer en las manos equivocada, cual película de Hollywood retrata en sus guiones, y donde la realidad supera en numerosas ocasiones a la ficción.
Las fotografías son necesarias en la comunicación política, pero considero que tanto los asesores como los propios políticos deben tomar conciencia de la importancia de este canal de comunicación, pensando antes de actuar en las consecuencias que una acción que puede parecer ilegal puede costar provocar dimisiones y daños colaterales por no tener conciencia.
Por tanto, seamos conscientes de la importancia que tienen las imágenes y lo que trasladan a la población y conciudadanos, intentemos ser sinceros, sin distorsiones y llevando la transparencia y la realidad como bandera, atendamos una imagen política auténtica y cuidemos la privada.
Fuente: Política y Protocolo