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Hashtag

Por: Antoni Gutiérrez-Rubí

«Las mujeres no deben reírse en público porque tienen que ser castas». Con estas palabras se expresaba el pasado 30 de julio Bulent Arinç, viceprimer ministro turco. Lo decía quejándose de la «corrupción moral» existente en Turquía, y de cómo los actos de las mujeres tenían mucho que ver en esa «corrupción», por sus risas y porque incitaban así a los hombres.

Tras estas declaraciones, y durante días, las redes sociales se llenaron de selfies de mujeres sonriendo y animando a otras mujeres a hacer lo mismo en público. Los hashtags #kahkaha (risa, en turco), #direnkahkaha (resiste la risa) y #direnkadin (resisten las mujeres) circularon por Twitter e Instagram con miles de contenidos y fotografías en esta línea.

El de Turquía no es el primer caso en el que se usan imágenes del propio cuerpo en Twitter como forma de protesta y/o reivindicación. El mes pasado, frente a los ataques de Israel a Palestina, una pareja norteamericana, él judío, ella árabe, subieron una foto de ambos en Twitter, con el hashtag #JewsAndArabsRefuseToBeEnemies. De repente, centenares de parejas subieron fotos parecidas a las redes, en Twitter y en la página de Facebook creada por la pareja que lanzó el mensaje. En un día, ya era un mensaje viral que fue recogido en los medios de comunicación.

En el marco del mismo conflicto, también es destacable la campaña de Amnistía Internacional que pide a la gente que suba a las redes una fotografía de sus manos, con un mensaje escrito en ellas y el hashtag #Civiliansunderfire, que son recogidas en este Tumblr.

En abril, en Venezuela, un grupo de militantes a favor del presidente Maduro (prochavistas) entró, junto a la policía, en una reunión estudiantil en la universidad. Allí, acorralaron a los activistas anti-Chavez e hicieron desnudar a algunos de los estudiantes que protestaban. Esa humillación, que se reflejó en algunos medios de comunicación, rebeló a los activistas anti gubernamentales, que empezaron a subir sus propias fotos desnudos, con el hashtag #Mejordesnudosque.  De repente, miles de fotos se subieron a las redes, con lo que lo que quería ser un símbolo de sumisión se convirtió en un provocativo símbolo de la fuerza de la protesta popular.

En Australia, en marzo, tuvo lugar la March in march, una jornada de protestas contra el Gobierno. Lo interesante es que la manifestación, en diferentes ciudades, y pese a ser muy numerosa, casi no tuvo eco en la prensa. El propio presidente Abott dijo que la única marcha importante ese mes era la de San Patricio. Sin embargo, en las redes sociales triunfaba el hashtag #Marchinmarch, acompañado de numerosas imágenes de pancartas y de frases que aludían a las problemáticas sociales del país. La gente se hacía fotografías con su lema, con su problema, con su opinión, y las subía a la red para que fueran compartidas. Ya no importaban los medios, el mensaje podía llegar igual.

Y es que las redes se han convertido en un arma contra gobiernos y en un modo efectivo para dar a conocer nuestro mensaje de protesta. El uso de hashtags, y sobre todo el uso de imágenes propias, dota de un significado personal a los mensajes, les da fuerza, nuevos protagonistas, y son un elemento visual importante, donde el cuerpo ─nuestro cuerpo─ se convierte en nuestra arma. No se trata de campañas para recaudar dinero, por ejemplo, ni nada planificado por ninguna organización. Sencillamente, sucede.

Fuente: Blog de Antoni Gutiérrez-Rubí