Por: Daniel Eskibel
Presidenciales en Uruguay. En primera vuelta, Tabaré Vázquez obtuvo el 48 % de los votos y Luis Lacalle Pou el 31 %. Ahora se enfrentan en segunda vuelta. La oportunidad es interesante para analizar algunos escenarios estratégicos que suelen presentarse en diversos países.
¿Qué debe hacer durante estos 30 días el Frente Amplio para captar los votos que le faltan?
El Frente Amplio está a un pequeño paso de la victoria. La primera vuelta dejó a Tabaré Vázquez en el umbral de la Presidencia de la República. De hecho todo indica que ganará en segunda vuelta, y si no lo hiciera sería una enorme sorpresa.
¿Qué debe hacer?
- En primer lugar no cometer errores.
- En segundo lugar fidelizar y movilizar al 48 % que ya lo votó. Se trata de un porcentaje tan grande que por sí solo puede definir la segunda vuelta. No solo volviendo a votar a Vázquez, sino dialogando con otros, persuadiendo, convenciendo. Cada cual con su tono, su ritmo y su lenguaje. Cada cual con sus razones y sus emociones. Las campañas electorales siguen siendo ‘gente convenciendo a otra gente’. Y disponer de un ejército tan grande de potenciales evangelistas es uno de los puntos más fuertes para el Frente Amplio hoy. De lo que se trata es de que ese ejército de tierra se despliegue por todas partes y cumpla su misión.
- En tercer lugar Vázquez podría abrir un poco más el discurso para hacerlo más inclusivo aún. Abrirlo en el sentido de que quienes no lo votaron vean reflejados en él sus problemas e inquietudes.
- En cuarto lugar poner algo más de énfasis en la personalidad de Tabaré Vázquez como garantía de certezas, rumbo claro y seguridad para el país.
- Y en quinto lugar identificar y desmontar una o dos de las principales objeciones que quienes no lo votaron tienen hacia él.
¿Qué debe hacer durante estos 30 días el Partido Nacional para captar los votos que le faltan?
Es crucial que identifique con claridad y precisión al público objetivo de su campaña. El mismo seguramente abarcará el 52 % que no votó al Frente Amplio y quizás también a un sector de la población que votó a Vázquez pero que no se identifica plenamente con la izquierda.
En ese universo de público objetivo tendrá que delimitar segmentos diferenciales. Y generar mensajes para cada uno de esos segmentos, atendiendo a sus características, su forma de vida, sus preocupaciones, sus problemas, sus esperanzas. Y atendiendo también muy especialmente a los obstáculos psicológicos que los alejaron del Partido Nacional en la primera vuelta.
Es una tarea muy ardua y muy compleja, por cierto.
¿Un perfil “por la positiva” como el de Lacalle Pou, sin atacar a sus adversarios, es efectivo a la hora de idear una campaña política?
Sí, claro que sí. Un perfil ‘por la positiva’ permite idear campañas políticas muy buenas y muy efectivas. Y sintoniza con necesidades muy profundas de la gente. Aunque tiene un peligro que es su deriva por inercia hacia una invisibilización de los problemas que preocupan a la población.
Entonces: ‘por la positiva’ es muy efectivo si se trata de una actitud ante la realidad, de una visión del mundo, de un talante del candidato y su entorno y su partído, de una renuncia al ataque frontal contra sus adversarios, de un abandono de la crítica por la crítica misma, y de un clima general de esperanza y alegría. Pero el mismo perfil ‘por la positiva’ puede ser muy negativo si oculta, oscurece, disminuye o hace desaparecer de la escena electoral los principales problemas que vive la gente.
La mejor manera de estructurar cada mensaje político es apelando a lo que llamo la ‘santísima trinidad’ de la comunicación política: target, problema y solución.
Target porque cada mensaje debe llevar, explícito o implícito, el segmento de público al que se dirige. Cada votante que integra ese segmento debe percibir que ese mensaje es para él y solo para él, debe sentir que el candidato le está hablando en forma personal y directa. Problema porque son los problemas los que capturan la atención. No las soluciones sino los problemas. El cerebro humano tiene como un radar especial y está siempre vigilando la aparición de problemas. Entonces cada mensaje debe enfatizar el problema y comunicarlo en toda su crudeza y dramatismo. Y recién después debe ofrecer una solución.
¿Qué le faltó al Partido Nacional para que su campaña electoral sea más efectiva?
El Partido Nacional hizo en general una buena campaña, que además en lo publicitario fue magnífica. ¿Qué faltó para que fuera más efectiva? Varias cosas:
- Faltó media-training. Varios voceros del Partido Nacional cometieron errores tanto de comunicación verbal como de comunicación no-verbal. El que mejor desempeño tuvo fue el candidato presidencial, aunque también tuvo momentos de error. Esas cosas se entrenan profesionalmente y se aprenden a hacer mejor.
- Faltó imagen de marca del Partido. Eso no se hace en una campaña electoral sino antes, durante los 5 años previos. No he visto un trabajo permanente y consistente del Partido Nacional construyendo su propia identidad de marca, como sí lo hace el Frente Amplio. Y si una organización no construye esa identidad, pues la construyen sus adversarios. Un partido político moderno no puede carecer de una política comunicacional permanente y profesional. Y cuando llegan las elecciones suele ser tarde para hacerlo.
- Faltó presencia de los problemas reales que vive la gente. Sin abandonar ‘la positiva’ es posible abordar esos problemas, profundizar en ellos, sentirlos y hacerlos sentir. Si los problemas de la gente no se expresan claramente en el discurso político, entonces ese discurso solo se desliza por la superficie del cerebro del votante.
- Faltó un diagnóstico político desapasionado. Si tu adversario tiene el 48 % de los votos luego de gobernar durante 10 años, entonces tu problema no es coyuntural ni electoral ni de candidatos ni de campaña ni comunicacional. Tu problema es político. Y es de fondo. Hay algo profundo que falló en los años anteriores y ese ‘algo’ habría que investigarlo y reflexionarlo.
Fuente: Blog Maquiavelo y Freud