Entrevista con Maximiliano Arce de La Segunda (Chile) que reproduzco a continuación.
«Este formato hace que la rigidez de un auditorio se rompa», dice Antoni Gutiérrez-Rubí al referirse a lo que será su actividad de Beers&Politics esta tarde en la Confitería Torres. Este consultor político y asesor de comunicación está de paso por nuestro país para hablar sobre la relación que tienen las redes sociales y la política.
– ¿Qué hace diferente a una campaña política hoy y una de antes?
El papel limitado, incluso insuficiente, de la publicidad electoral. Antes la mayoría de las campañas la reducían a esto, pero tiene una gran limitante: no favorece la comunicación. La publicidad electoral había colonizado la comunicación.
– ¿Cómo se construye una campaña electoral exitosa?
Hoy la gente tiene en sus manos un poder extraordinario con los dispositivos móviles, la dimensión digital cambia el modo de ver las campañas. Luego, la mayoría de las buenas ideas no nacen sólo de los equipos de campaña.
– ¿En qué sentido?
Si tú empoderas a tus voluntarios, activistas, militantes y electores, aparecen nuevas y mejores ideas. La mejor campaña no es la que tú haces, sino la que hacen los demás.
– ¿Qué pasa con las alianzas políticas?
La creación de enlaces es muy importante. Las campañas electorales modernas son la construcción de mayorías. Hay que hacer alianzas y muchos proyectos compartidos. Dime con quién te relacionas y te diré qué vas a proponer.
– ¿Qué pasa cuando los integrantes de una misma alianza comienzan a discutir entre ellos?
Los programas ayudan a mantener los compromisos. En los gobiernos de mayorías ampliadas sin generosidad política no se puede. Al final, todas las fuerzas políticas deben saber que para seguir juntos hay que ceder, y que eso no significa una derrota. Y la generosidad no es posible cuando no hay confianza.
Políticos 2.0
– ¿Es internet un insumo para los políticos?
La mayoría ya sabe que es importante, pero no tiene una mentalidad «webcéntrica». En todas las campañas en las que participado, tengo una máxima: “Hagámoslo primero en internet”. Si lo hacemos bien en internet, de seguro que lo demás lo haremos bien. Desde el primer momento tiene que ser digital.
– ¿Cómo usan las redes sociales los políticos?
Mal. Las utilizan como altavoz. No como capacidad de escucha. Las redes sociales son una buena oportunidad para conocer lo que piensa y siente la gente por lo que hacen. Son como un gran radar de nuestra sociedad y generan una «big data electoral». Si yo descubro y conozco bien cuáles son las personas, los temas, las ideas que mejor comparte la gente y por qué lo hacen, empezaré a conocer sus comunidades. Son un gran laboratorio para definir muy bien qué es lo que les preocupa. Las nuevas cartografías electorales son las de las redes sociales.
– ¿Es relevante para un político tener presencia en redes?
Esta tecnología no te hace más demócrata sólo por el hecho de utilizarla. Pero si la utilizas bien, puedes ser mejor demócrata por comprender los cambios de lógica, de registro y posición que te obliga esta tecnología.
– ¿Hay que escuchar a las redes sociales?
Seguro. Es un volumen y una calidad de información que cualquier líder político puede aprovechar. Es como antes de hablar, escuchar de lo que se está hablando.
– ¿Hay que tomar decisiones en base a las redes?
La mayoría de las decisiones políticas actúan sobre el ámbito de la regulación, pero cada vez más ese poder es limitado. Para hacer los cambios y abordar los retos, se necesita el apoyo y consejo de los demás. Cogobernar con los demás y, en ese sentido, las redes sociales expresan la opinión pública.
De la calle al Congreso
– ¿Cómo es la opinión pública hoy?
No es lo que se publica en los medios, es lo que se comparte. Lo que hoy los lectores de La Segunda estén compartiendo en su vida es la opinión y agenda pública. Qué se está hablando de lo que se ha publicado, quién lo está comentando, dónde, cómo y con qué formato. Esa es la nueva opinión pública: la compartida.
– El grupo de los indignados en España tuvo un fuerte apoyo y organización en las redes ¿Cómo se comprende políticamente?
Las redes sociales son una dosis de humildad para los políticos, porque pierdes la centralidad, no eres el protagonista exclusivo. Y sin humildad, uno no puede escuchar bien. El liderazgo no es una extensión de mi poder, sino un retorno de mi autoridad en los demás. El problema es que a veces se dan cuenta que no tienen todo el poder ni todo el protagonismo.
– Un caso similar sería el movimiento estudiantil, donde sus líderes hoy son parte del Congreso.
Es saludable democráticamente, porque el hecho de que emerjan de la ciudadanía y de la sociedad nuevos liderazgos políticos ayudan a revitalizar a las fuerzas públicas tradicionales y las instituciones. Me parece un tránsito nada claudicante el paso de la discusión callejera a la organización política.
Fuente: Blog de Antoni Gutiérrez-Rubí