Por: Daniel Eskibel
Paulo Freire escribió alguna vez que nadie educa a nadie.
Es cierto.
Ya era cierto cuando el gran pedagogo brasileño lo escribió pero es mucho más cierto ahora.
¿Qué significa que nadie educa a nadie?
Significa que la educación no es un proceso unidireccional en el que algunos pocos poseen el conocimiento y lo transmiten a muchos que no lo poseen.
No. No es así. No es un juego de recipientes rebosantes de saberes que se derraman dentro de recipientes vacíos.
Porque más allá de algunas apariencias, nadie está rebosante y nadie está vacío. La realidad es más compleja y contradictoria, los saberes son múltiples y diversos y los que enseñan también aprenden al mismo tiempo.
Paulo Freire escribió, además, que nadie se educa solo.
Educarse no es una tarea ni individualista ni solitaria. Es una tarea social, colectiva, que se realiza con otros y gracias a otros.
El mismo Freire escribió que los seres humanos nos educamos los unos a los otros relacionándonos, interactuando, comunicándonos.
Educación, pues, es interacción.
Educación es relación social.
Educación es comunicación.
En este marco conceptual podemos pensar la educación política.
Política, educación y saberes que circulan
En este año 2015 Maquiavelo&Freud recibió el Victory Award a Mejor Blog Político del mundo de habla hispana por su Impacto Educativo. Ya había sido ganador en los años 2012 y 2014 y finalista en 2013.
Los Victory Awards son conocidos como “los premios Oscar de la consultoría política”. Pero creo que además, más allá de las categorías en las que se inscribe cada premio, constituyen un gran evento de educación política en el que todos enseñamos y todos aprendemos.
Todos: los expositores y el público, los premiados y los que no son premiados.
Todos.
Mira la lista de ganadores de los Victory Awards. Allí vas a encontrar cantidad de recursos de educación política: blogs de gran calidad, publicaciones, consultores, investigaciones, instituciones, trabajos publicitarios, campañas electorales…
En esa lista encuentro como Publicación política del año a la Revista El Molinillo de España, para la cual escribí hace poco tiempo y que es editada por la Asociación de Comunicación Política que integro.
También encuentro al Máster en Consultoría Política de la Universidad Camilo José Cela de Madrid, del que formo parte como profesor y como coordinador internacional. Este Máster recibió el Victory Award como Mejor Programa de Educación Superior de Marketing Político, y su Director Jorge Santiago Barnés recibió el premio por su Mérito a la Excelencia en la Enseñanza.
Y si sigo repasando la lista voy viendo amigos, colegas, ex alumnos, autores con cuyos artículos aprendo cada día, consultores que enseñan con su práctica y su ejemplo, investigadores cuyos trabajos van a impactar en el mío y en el de todos…
Veo esa lista y lo que veo son saberes en circulación.
Y nadie es dueño de esos saberes.
Ni siquiera portador exclusivo.
Somos solo facilitadores que hacen circular esos saberes.
En mi caso el Victory Award lleva mi nombre pero es un premio compartido con mucha gente:
- Compartido con los lectores. Con los que me escriben para proponerme temas desafiantes sobre los que investigar, o para señalarme un error o un enfoque inadecuado de un tema, o para contarme sus experiencias y sus problemas en campañas electorales. Ellos me ayudan a escribir los artículos y los libros.
- Compartido con los alumnos de la Universidad y con los que asisten a mis seminarios y conferencias en distintos lugares del mundo. Con los que alzan su mano para preguntar y me ayudan a explorar nuevos ángulos, con los que no entienden y me obligan a reformular los temas, con los que no están de acuerdo y me hacen pensar. Ellos también participan de alguna manera en mis artículos y libros y cursos.
- Compartido con quienes coincido trabajando en campañas electorales: candidatos, dirigentes políticos, asesores, integrantes de equipos de campaña, militantes e inclusive personas ajenas a la campaña que se acercan a dialogar. De ellos también aprendo.
La educación política es así: circula en la interacción. Porque la realidad es que nos educamos los unos a los otros.
¿Necesitamos educación política?
Sí.
Vaya que necesitamos educación política.
Y ese plural es bien plural.
Porque no me refiero solo a los políticos o a quienes trabajan en los partidos, en los gobiernos o en las campañas electorales.
Por supuesto que en ese ámbito se necesita educación política. Una educación política permanente, contínua, que nunca se detenga porque si dejamos de aprender nos estancamos y comenzamos a retroceder.
Cuando digo que el plural es bien plural me refiero a que todos necesitamos educación política.
Todos como sociedad.
Es una necesidad colectiva para que como sociedad seamos más lúcidos y funcionemos mejor. Para tener más democracia, más calidad de vida y más libertad.
Porque cuando los saberes se estancan o cuando unos pocos se los apropian…entonces es toda la sociedad la que sufre.
En este siglo 21 todavía sobrevive una cierta concepción medieval de la educación. Se puede visualizar con una imagen: el saber como una luz secuestrada por unos pocos iluminados mientras el planeta vive a oscuras.
Pero por todas partes hay otra concepción radicalmente diferente: la educación como obra colectiva en la que circulan los saberes, múltiples y contradictorios, limitados pero fermentales, abiertos y recreándose una y otra vez.
Por ahí pasa el desafío de la educación política en estos tiempos en los que nadie educa a nadie.
Cada uno en su campo, en su terreno, en su zona de influencia y de acción.
En mi caso el Victory Award es un nuevo estímulo para dar un nuevo salto adelante. Ese salto adelante llevará el nombre de Biblioteca Maquiavelo&Freud (en breve habrán novedades al respecto…). Pero ese es apenas mi aporte, mi grano de arena. Y será bueno que por todas partes surjan iniciativas y que fluyan.
En tu caso, que me estás leyendo ahora mismo, también tendrás tu desafío y tu lugar en la obra abierta de la educación política. Mejorando tu práctica política o profesional, comunicando mejor, investigando, escribiendo, enseñando, aprendiendo, compartiendo, divulgando…
Necesitamos más y mejor educación política.
Nadie lo puede lograr solo.
Tampoco nadie educa a nadie.
Lo tendremos que hacer entre todos.
PD: Muy pronto será el lanzamiento de la Biblioteca Maquiavelo&Freud.
16 libros + 1 curso…
Psicología Política. Campañas electorales. Comunicación política. Marketing político. Encuestas electorales. Discurso político. Cuarto de guerra. Comunicación gubernamental. Propaganda política. Debates.
¿Una revolución en educación política?
En breve!
Fuente: Blog Maquiavelo&Freud