A lo largo del verano hemos podido leer en la prensa los lugares escogidos por nuestros representantes políticos para pasar sus días de vacaciones: que si playa o montaña, en destinos nacionales o fuera de nuestras fronteras, con la familia o con amigos, más cortas o más largas… Pero poco más acerca de cómo aprovechan estos días de asueto más allá de los tópicos de “descansar”, “cargar las pilas” y “disfrutar de la familia”.
Incluso este verano –con la mente puesta en las elecciones de fin de año– hemos podido ver a Mariano Rajoy en una foto poco habitual como es sumergiéndose en las aguas del río Umia para refrescarse. Por las bondades del marketing político y aquello de humanizar al personaje y acercarle al ciudadano hemos podido verle en más estampas típicas veraniegas: paseando con el marido -y sin embargo amigo- de la ministra Ana Pastor, haciéndose selfies con todo el que se lo solicitaba, tomando cañas con miembros de su partido… pero sin embargo, más allá de que siempre veranea en su Galicia natal, poco más sabemos de a qué dedica el tiempo libre: ¿Qué gustos tiene? ¿Leerá alguna novela? ¿Aprovechará para hacer un maratón de series? ¿Qué música escucha? ¿Aprovechará para evolucionar del footing al running?…
Todo esto viene a colación de la noticia que publicaba la propia Casa Blanca con la selección musical que había realizado Barack Obama para el verano. Aprovechando su reciente apertura de perfil en Spotify, y aderezado del storytelling habitual (cuando le pedimos que escogiera algunas de sus canciones favoritas para el verano, el presidente se puso serio. Cogió un bolígrafo y papel, y redactó no una, sino dos listas de reproducción separadas), qué mejor forma de darlo a conocer que generando contenido y difundiendo los gustos musicales del presidente: cuarenta temas divididos en dos ‘playlists’, una para el día y otra para la noche.
¿Qué nos encontramos en estas listas de reproducción? Pues diversidad de géneros musicales, como no podía ser de otra manera. Desde clásicos del soul, R&B, hip-hop, jazz, rock y folk hasta los artistas del pop trendy e hipster más actual: Aretha Franklin, Bob Marley, Bob Dylan, Stevie Wonder, Frank Sinatra, Rolling Stones, Florence + The Machine, Coldplay, Beyoncé… e incluso la andaluza Mala Rodríguez.
Cualquiera que se precie de tener cierto gusto musical apreciará esta lista. De hecho se han suscrito a las mismas -el día que escribía este post- 67.194 seguidores (a la de día) y otros 52.874 (a la nocturna). En definitiva, unas listas muy pensadas para todos los públicos/votantes: afroamericanos, blancos y latinos de cualquier edad y condición social.
Con este gesto, Obama busca mucho más que el simple hecho de satisfacer la curiosidad de los americanos por los gustos musicales de su presidente. Si hay algo que nos pueda unir a (casi) todos es la música y comprobar que disfrutamos con el mismo grupo que el presidente consigue que tengamos un punto de encuentro y empaticemos con él, hacerle más humano, como decíamos antes, y que a partir de este simple hecho le veamos de otra manera (“si le gusta la misma música que a mi no podemos ser muy diferentes”).
Due to popular request, here are my vacation playlists: http://t.co/uer5sIl4Vk http://t.co/zHEekHvQBr What’s your favorite summer song?
— President Obama (@POTUS) August 14, 2015
No es la primera vez que lo hace. En la campaña electoral de 2012, también a través de Spotify, Obama ya tuvo un gesto de política pop y compartió, como candidato, algunas de las canciones preferidas por él y su equipo de campaña.
A little Wilco, a bit of No Doubt—check out what else made it onto the new official #Obama2012 campaign playlist: http://t.co/T7NpkzTb
— Barack Obama (@BarackObama) February 9, 2012
Pero esto no se queda aquí. También hemos sabido, de nuevo gracias a la Casa Blanca, de la lista de seis libros que quería leer en su quincena de vacaciones (¡uno cada dos días y medio!). No sabemos si finalmente lo habrá conseguido puesto que es amplia, sesuda y cargada de mensajes, aunque también hay hueco para la ficción. Tampoco es la primera vez que conocemos sus gustos literarios. En las navidades de 2013 fue eficazmente fotografiado junto a su familia en una librería en Washington y el pasado año en el “Small Business Saturday”. Ya se sabe, todo comunica, y en política no se pueden desaprovechar este tipo de gestos, ni en verano.
En resumen, sabemos que Obama, en los quince días de vacaciones en su habitual y lujosa residencia estival en Martha’s Vineyard, ha hecho algo más que jugar al golf… Por cierto, una tradición, la de conocer el lugar de vacaciones de los presidentes y vivirlas, los periodistas, con él, que se debe a Theodore Roosevelt desde 1902.
Fuente: Blog de Ignacio Martín Granados