Por: César Toledo
El nuevo presidente argentino es muy consciente de su lenguaje corporal y lo maneja con notable soltura
¿En qué medida puede influir una buena estrategia de comunicación a la hora de ganar unas elecciones? La respuesta no es sencilla, pero está claro que en el caso de Mauricio Macri ha funcionado. Hace algunos meses, la periodista argentina Manuela Moretta me pidió ayuda para analizar su comportamiento no verbal, y me sorprendió tropezarme con un líder tan persuasivo, cercano y emocionalmente transparente.
Esas tres han sido las principales armas de su proyecto renovador, con el que ha logrado desalojar del poder al kirchnerismo, tras más de una década de hegemonía. Aunar la voluntad de peronistas, radicales, moderados y políticos de todas las tendencias requiere mucho más que palabras y promesas. Exige transmitir una imagen de credibilidad que no se consigue sin una eficiente gestión de la conducta no verbal, algo que el nuevo presidente hace con solvencia.
Mauricio Macri ha contado a los argentinos lo que quiere hacer con su país, y parece que la mayoría está de acuerdo. Pero además, les ha contado también una historia muy humana y auténtica. Ha compartido su propia historia personal, la de un profesional y empresario de éxito que pasó mucho miedo y sobrevivió a un violento secuestro. La de un presidente del Boca Junior que fue feliz con los goles de su equipo. La de un joven enamorado que fracasó en el amor (acumula tres matrimonios). Y la de un hombre maduro que redescubrió la paternidad casi a la edad de ser abuelo.
Las emociones han estado presentes todo el tiempo en su proyecto político, y eso ha jugado a su favor.
Al analizar su comunicación no verbal, el primer canal que llama la atención es el de la apariencia. Macri tiene un notable atractivo físico, elemento que facilita los juicios favorables hacia su persona, aunque esto por sí solo no sería suficiente para triunfar. Su imagen positiva se refuerza, además, con la de su atractiva esposa(Juliana) y su hija pequeña (Antonia), que han formado parte activa en la estrategia de comunicación.
Sin embargo, en mi opinión, los elementos que más le han favorecido son otros: por un lado, la transparencia emocional y la empatía, apreciables en sus serenasexpresiones faciales y su amable gestualidad; y por otro, la congruencia entre su mensaje de cercanía y su conducta cercana. Una vez más: ser, hacer y parecer.
Macri gestiona con soltura y naturalidad el lenguaje corporal, pero resulta especialmente eficaz en el manejo de la escucha activa, algo que le hace parecermuy cercano. Establece contacto visual inmediatamente con sus interlocutores, alterna miradas reflexivas al vacío mientras atiende, asiente con la cabeza y entrega siempre feedback positivo. Suele inclinarse hacia quienes le hablan, e incluso se anticipa a los gestos ilustradores de sus interlocutores, lo que da idea de su elevado grado de conexión.
En este sentido, su comunicación es mucho más potente en el trato directo con los ciudadanos que en los formatos audiovisuales convencionales, aunque en ambas situaciones se comporta igual, lo que incrementa su credibilidad. (En su canal de Youtube hay cientos de conversaciones con argentinos anónimos a los que ha visitado en sus casas, y con quienes ha hablado de lo divino y lo humano)
Desde el punto de vista proxémico, se le ve muy cómodo en losespacios públicos abarrotados y en la distancia corta (muy cercano). Desde el punto de vista háptico, tiene gran tendencia alcontacto físico, otro refuerzo para su imagen de cercanía y compromiso.
Resulta espontáneo y natural por el tipo de lenguaje que utiliza, con expresiones coloquiales, mucho sentido del humor y ejemplos cotidianos de su propia experiencia vital, pero tiene un gran control de su conducta, como pone de manifiesto su profesional manejo de los silencios: no se inmuta cuando tiene que emplearlos para regular la conversación.
Es muy elocuente con la cara. En sus expresiones faciales hay predominio de laserenidad y la sonrisa franca (apreciable en los orbiculares de los ojos); rara vez frunce el ceño o expresa emociones negativas. Su mirada es muy potente: transmite aparente confianza, transparencia y seguridad.
Tiene un variado y espontáneo repertorio de gestos ilustradores que refuerzan sucredibilidad. No son gestos agresivos y en su mayoría son auténticos: se disparan antes que las palabras a las que acompañan. Evita los gestos adaptadores que denotan nerviosismo, otra evidencia de su control conductual.
Uno de los pocos puntos débiles de su comportamiento no verbal está en la postura: en algunos momentos carece de la suficiente verticalidad y simetría, y presenta cierta inestabilidad al andar, lo que resta dominio y poder a su figura.
En cuanto a los rasgos de personalidad, su lenguaje corporal corresponde al de una persona extrovertida, emocionalmente estable y altamente empática. Parece muyconsciente de su conducta no verbal y se esfuerza en gestionarla adecuadamente. De hecho, en su comportamiento se intuye una tendencia innata a la ironía –tan nociva en la comunicación-, que procura mantener bajo control con una férrea autocensura.
Personalmente, creo que es mucho más mordaz de lo que parece, un síntoma de inteligencia no siempre bien interpretado por la audiencia.
EXPRESIONES PREMONITORIAS
Este fotomontaje distribuido por la Agencia France Press (AFP) tras los resultados de la primera vuelta resultó finalmente premonitorio, y demuestra la influencia que la conducta no verbal puede tener en la comunicación. Aunque el ganador por un mínimo porcentaje aquella noche del 26 de octubre fueDaniel Scioli, su expresión facial no hablaba precisamente de triunfo. Como se aprecia en las imágenes, los dos hacen un gesto muy parecido al levantar el brazo, pero las caras son muy diferentes: los labios de Macri insinuan una sonrisa, mientras Scioli se muerde el labio inferior con aparente rabia, en un intento por contener su negativa emoción.