Por: Diana Rubio
Uno de los momentos mas solemnes en los eventos, son los discursos de los protagonistas e invitados de honor.
Su habilidad discursiva, tono, comunicación verbal y no verbal, ayudan a potenciar los mensajes que se lanzan en los discursos e intervenciones de éstos, quienes obtienen mayor repercusión cuando brilla la naturalidad y la correcta expresión de quien lo pronuncia, sin dar sensación de estar leyendo algo y resultar todo lo contrario.
Debido a la adaptación de las nuevas tecnologías, existen nuevas herramientas que fomentan la imagen de naturalidad y líder que en los discursos se debe proyectar para que el mensaje llegue. Una de ellas, se ha ajustado con el tiempo, pero tiene sus inicios en los apuntadores que existían en teatro y posteriormente los autocues o cues de televisión, convirtiéndose finalmente en un elemento de referencia e indispensable en los discursos políticos; hablo del teleprompter.
Estas pantallas de cristal inclinadas donde un técnico a través de un ordenador o pedal, va cambiando el texto a una velocidad acorde a la que el político pueda acceder y donde ir apoyandose sin problemas al pronunciar sus palabras, cada vez se hacen mas finas e invisibles a los ojos de los espectadores.
Se han convertido en grandes protagonistas en los mitines políticos y actos oficiales donde los discursos suelen tener gran repercusión, aportando innovación y profesionalidad. Incluso sirven de justificación para atacar a los otros políticos cuando lo utilizan al acusarlos de superficiales y de no ser líderes al 100% al tener que utilizar ayuda al dirigirse a la población.
Está claro que los discursos conllevan un trabajo detrás necesario para poder dar el mensaje adecuado, donde la improvisación no tiene lugar. Justo por esto, siempre se ha de llevar escrito en papel. Aunque un discurso se ensaye en casa, siempre es necesario tener un referente que ayude a recordar las palabras exactas que se han escogido con esmero en el arduo trabajo de generar mensajes acordes al momento, al evento y a los objetivos que buscamos, ya que los teleprompters solo tienen un problema que la popular “ley de murphy” puede hacer aparecer cuando menos esperamos, fallar en el momento mas oportuno y dejar a quien interviene sin discurso que leer, y lo que menos queremos es que por un error de previsión, se de pie a una improvisación que consiga el efecto contrario al deseado.
La utilización de teleprompters, siempre necesita experiencia y ensayo previo, para aprender a manejarse con ellos, por lo que no es recomendable utilizarlo directamente en una intervención sin haber practicado antes.
No siempre el precio de los teleprompter se ajusta a los presupuestos que manejamos, y por tanto permitirnos utilizar este tipo de herramienta, pero siempre podemos acudir a la red y encontrar webs como http://www.freeteleprompter.org que unido al apoyo en papel, pueden sacarnos de alguna apuro y ayudar a los que realizan los discursos a crear una imagen basada en la naturalidad y el conocimiento profundo de lo que están exponiendo.
Por tanto, la utilización de nuevas herramientas que faciliten los discursos y generen confianza en quien los pronuncia, siempre tendrán buena acogida, pero seamos previsores y ayudémonos de medios analógicos que pueden sacarnos de mas de un apuro en momentos clave.
Fuente: Blog Política y Protocolo