Por: Oscar Santamaria
Ocho es el número de ingredientes que se necesitan para preparar una buena campaña electoral y llegar a ser exitoso en la misma. Nuestro consultor invitado desvela cuáles son:
1) Del storytelling al storydoing
Lo mejor que puede ofrecer un candidato es un buen relato. Un relato sencillo, que apele a emociones, que defina en dos palabras, en una frase o en un párrafo quién es y qué quiere. Y buenos relatos no hay tantos, muchos ya clásicos: de fuerza, de orgullo, de experiencia, de cambio, de esperanza, de protección.
El relato definirá toda la campaña (mensajes, publicidad, imagen, actos…), deberá ser puesto en escena de forma planificada y tendrá que ser coherente.
Pero, aún siendo imprescindible contar con un buen storytelling, no es suficiente. Porque no se trata solo de decir. Se trata de hacer, de storydoing. La pregunta es: ¿quieres contar una historia, o hacer Historia? Cuenta una historia, sí, ¡pero por medio de la acción!
2) La mejor forma de llegar al cerebro es por medio del corazón.
Si el relato es el alma de la campaña, el mensaje es el corazón. Mensajes que sean persuasivos, que conecten –una vez más– con emociones, que contagien ilusión. Claros, sencillos y directos. Porque como ha demostrado la neuropolítica, el camino más corto para llegar al cerebro de un ciudadano-votante es el corazón. Política de emociones si se quiere, lo que no significa prescindir de programas electorales con decenas, cientos, de medidas y propuestas concretas. Eso se da por descontando. Aunque es necesario simplificar sin perder rigor, y en campaña electoral hay que elegir bien una, dos o tres propuestas estrellas que sinteticen bien qué se ofrece los ciudadanos.
3) El arte del enmarcado
Framing, o el arte del enmarcado. Es esencial definir cuanto antes los temas de campaña, pero definirlos con palabras propias para así construir la realidad acorde a nuestra visión del mundo (¿qué es si no la política, que intentar imponer una visión del mundo frente a otras posibles?).
Y lograr que el ciudadano, e incluso nuestro adversario, utilice nuestro lenguaje porque quien hable como nosotros, pensará como nosotros.
4) Liderar es como hacer surf
El liderazgo es contextual. Y como dice Joseph Nye –ex decano de Harvard, ex asesor de Obama, padre del “soft power”–, liderar es como hacer surf: no consiste tanto en crear las olas, sino en saber subirse a ellas. Por eso, un buen líder-candidato debe estar atento para comprender todo lo que sucede a su alrededor y saber adaptarse a las nuevas realidades antes que sus contrincantes.
5) No perder tiempo en curar al contagiado
Hay que estudiar bien a qué público y medios se quiere llegar y enfocarse en ellos, porque es prácticamente imposible convencer a los adversarios. Un efecto de polarización que se da con más intensidad, si cabe, en redes sociales como Twitter.
Y es que en política, y más en campaña, no se trata tanto de los hechos como de las percepciones que son resultado de los filtros que aplican los medios de comunicación de masas.
6) Equipo de campaña: pequeño, ágil y disciplinado
Organización y disciplina. Una campaña electoral debe funcionar como reloj de precisión, toda la precisión que sea posible en un escenario que cambia a ritmo de tuit. El candidato debe rodearse de un equipo de campaña que sea pequeño (con 5 o 6 personas bastaría); en el que todos tengan claro tanto lo que les toca hacer a ellos, como a los demás; que sea flexible; y que se reúna todos los días de campaña, a primera hora, para repasar el día anterior y el día por delante. Y que funcione también de forma autónoma del candidato. Con un completo pero sencillo checklist sería suficiente.
7) Redes sociales sí, pero también (mejor) prensa, radio y tele.
Es verdad que cada día más la política está en el bolsillo de los ciudadanos (en su teléfono celular), pero no olvidemos que siguen siendo los medios tradicionales, especialmente la televisión, la que moviliza a las masas. Lo interesante es cuando un “meme” llega a la televisión, ¡ahí es cuando comienza la verdadera viralización!
Además, una buena estrategia en redes sociales requiere de gente experta, de un buen equipo y de recursos. Cuidado con los supuestos “gurús” digitales (porque no todos los que lo dicen han trabajado con Obama). Y cuidado con el universo 2.0, que es especialmente resbaladizo.
8) La política es como el judo
Muchos creen que una campaña electoral se asemeja a un combate de boxeo. Y algo tienen en común. Pero es más interesante verla como el judo. Así, si se quiere acabar para siempre con el adversario, hay que golpearle en su punto más fuerte, aprovechando toda su fuerza. Si se hace bien, asunto resulto. Pero ojo, porque hay que ser muy hábil y certero.
Fuente: Blog Dattis
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