La importancia que ha tenido la televisión (TV) en la comunicación política, y en los desenlaces electorales, es indiscutible desde el famoso y transcendental debate televisado Nixon-Kennedy de 1960. Más de 50 años después, la TV está inmersa en un profundo cambio sistémico que tiene que ver con: la dimensión tecnológica, el fenómeno multipantallas (celulares, tabletas y monitores como dispositivos), la programación multiformato (programación televisiva en redes y pantallas), el impacto del streaming en la construcción de audiencias, la crisis del mercado publicitario y, ahora también, con las nuevas concepciones del contenido televisivo. La pregunta es pertinente: esta nueva TV ¿cómo cambiará la comunicación política? Veamos algunos nuevos escenarios.
LA TELEVISIÓN LENTA. La slow tv comenzó en Noruega en 2009 con la retransmisión del Bergensbanen, un tren que recorre el sur de Noruega. En 2012 superaron el récord Guinness de la emisión ininterrumpida más larga de la historia, con las casi 135 horas de viaje del Hurtigruten, un crucero a través de los fiordos, que logró un 36 % de share. Otros eventos nacionales fueron De la oveja al jersey, donde se veía a una mujer tejiendo más de 12 horas la lana del animal, o La noche nacional del fuego, en la que un millón de noruegos vieron arder la leña de una chimenea en televisión.
Pero lo que más triunfó fue Piip-Show. Emitido en la web de la televisión pública noruega, la acción se ubica en dos pajareras. Una decorada como una popular cafetería de Oslo y la otra como una acogedora habitación. Allí, las aves entran a comer, socializan y básicamente pasan el rato frente a las cámaras. «Creo que el éxito del programa es una reacción al mundo que vivimos, rodeados de medios sociales, desconectados de la naturaleza donde todo es instantáneo y rápido. Se trata de algo lento que ocurre fuera de tu control y está ahí permanentemente. Puedes irte a dormir y seguirá ahí por la mañana», explicaba Grimsæth Klann, su creador.
LA TELEVISIÓN SIN HORARIOS. La consultora PwC elaboró un estudio en EE. UU. sobre las nuevas formas de consumo de contenidos y el 36 % de los encuestados afirmaron ver la televisión en el baño. El 77 % de los jóvenes de 18 a 24 años consumen la televisión a través de Internet y esta misma franja de edad veía hasta 40 horas al mes a través del móvil. En septiembre, el portal Advertising Age contempló una bajada de las audiencias de las series con unos deslices del 10 % que seguían la tónica reciente y de hasta un 20 % cuando se observa al público millennial, el de menos de 25 años.
TELEVISIÓN A LA CARTA. Los estudios de Amazon colocan un piloto a disposición de los espectadores. Si éstos lo ven y les gusta, es sólo entonces cuando encargan la producción de la serie. Lo que se está haciendo es empoderar a las personas y, de paso, ahorrarse mucho dinero e ir a lo seguro. Un gran modelo de negocio.
LA TELEVISIÓN DE AUTOR: LOS YOUTUBERS. Las nuevas generaciones han visto en YouTube su forma favorita de entretenimiento. De hecho, un estudio realizado por Google apunta que el número de reproducciones ha superado a la audiencia de la televisión por cable en Estados Unidos. Otro de los motivos de este cambio es el aumento del uso del móvil para disfrutar de los contenidos de YouTube. Por si fuera poco, estos datos reflejan que los visitantes se multiplican por tres, año tras año. Algo que también lo hace es el tiempo de reproducción de vídeo, creciendo un 60 % desde el año pasado.
La mayoría de YouTubers triplica en audiencia a muchos de los programas de TV más populares: el debut de la última temporada de Game of Thrones tuvo una audiencia de 8 millones de espectadores, sólo en la última semana, Rubius obtuvo una audiencia agregada de casi 25 millones de visualizaciones… en 4 vídeos.
Fuente: Blog de Antoni Gutiérrez Rubí