La resistencia cívica contra las políticas de Donald Trump se extiende y se fortalece. Muchos analistas y activistas se preguntan cómo confrontar al presidente, más allá de la indispensable tarea de los medios de comunicación, de la justicia, de los movimientos sociales y de los líderes políticos.
El humor irreverente, sarcástico e irónico emerge como una alternativa poderosa. Reírse del poder es movilizador, y ha sido un recurso a lo largo de la historia para detener los excesos autocráticos del poder desmedido. Los líderes excesivos, siempre, toleran muy mal el humor o los cómicos. No tienen sentido del humor, y su irritabilidad es una muestra de su autoritarismo.
Donald Trump ha dado buena prueba de ello. La cancelación, de su participación en la tradicional cena de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, es una muestra de su vulnerabilidad. Trump conoce su debilidad y no quiere exponerse. El Presidente pierde el control, parece, cuando se cuestiona -desde la irreverencia- su virilidad, su habilidad o su inteligencia.
Considera el humor -y a los humoristas- una verdadera amenaza a su autoridad, al ridiculizar su imagen, su personalidad o sus hábitos. El narcisismo del Presidente convive muy mal con la burla o la sátira, hasta el extremo de desbordar su agresividad temperamental o reaccionar de manera antidemocrática y sectaria como ha sucedido con el veto del portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, a CNN, The New York Times y Politico, y que ha provocado la respuesta solidaria de Time y AP.
Alec Baldwin, su némesis
La irritación del Presidente con los programas televisivos y radiofónicos que le caricaturizan y le imitan va en aumento. Y puede destapar una tempestuosa reacción en cualquier momento. Trump puede perder los nervios, al no ser capaz de aceptar las críticas que se basan en la mofa, la burla o la caricatura bufa.
El que más méritos ha ganado al respecto ha sido Alec Baldwin, del programa nocturno Saturday Night Live, quien interpretó a Trump por primera vez tras el primer debate presidencial y ha seguido haciéndolo desde entonces.
La cadena NBC ha informado que la temporada actual del programa es la más vista en 22 años. Para Trump, en cambio, este programa de humor emblemático de la televisión estadounidense, con 42 años al aire, es “aburrido”, “terrible” y “lo peor de NBC”, según ha tuiteado en distintas oportunidades.
Trump es, también una mina de oro para el humor gráfico y un gran estímulo e inspiración para dibujar sobre su apariencia física, y las maneras en que se expresa, en contraposición a la pobreza intelectual de muchos de sus pronunciamientos. Donald Trump tiene todo lo que un humorista gráfico pueda desear.
“Todo él es en sí mismo una caricatura” comentan, unánimemente, la mayoría de los grandes dibujantes.
Cosa de memes
Otro frente lo encontramos en la enorme potencia de la sátira digital. Los ‘mini-Trump’, por ejemplo, son la nueva tendencia que se burla de la grandeza que pretende inspirar Donald Trump sobre sí mismo. Al principio, los pequeños memes del presidente norteamericano se veían solo en imágenes, pero ahora ya se pueden encontrar videos con estos memes y gifs. Un hilo de Reddit, llamado TinyTrumps, es el encargado de gestionar la recopilación de todos los montajes fotográficos que se han hecho de Donald Trump en diferentes versiones de su día a día, pero en un mismo tamaño: reducido.
Al parecer, el origen de estas bromas está en cuánto le afecta al magnate pensar en que alguien le recuerde el tamaño de sus manos luego de que, en 1984, el periodista canadiense Graydon Carter afirmara que Trump tenía « manos pequeñas y bien arregladas». Nada que sea de tamaño reducido le hace gracia al presidente que quiere hacer América grande nuevo.
El repositorio de extensiones del navegador Google Chrome, por ejemplo, ofrece más de 300 que se mofan de la actividad del presidente Donald Trump tanto en Twitter, así como de su presencia en medios de comunicación o, incluso, de la simple aparición de su nombre en cualquier portal web.
Los recursos son muy creativos e imaginativos: Don’t Pay Trump, Make Trump Eight Tweets Again,Destrumpify, Trump Donald Everywhere, Make Chrome Great Again, o Remove Donald Trump from Facebook, son algunas de las extensiones más populares y lúdicas. Reírse de lo insoportable, de lo injusto, de lo peligroso es un mecanismo de defensa que la psicología social explica muy bien: no podríamos soportar lo burdo y lo excesivo sin la protección del humor.
Con la ayuda de aplicaciones
Por otra parte, la tecnología móvil también ha entrado a formar parte de esta resistencia humorística. Trump Yourself, por ejemplo, disponible para Android y iOS, es una aplicación que forma parte del conjunto de apps que, de manera gratuita, permiten crear, rápida y fácilmente, imágenes graciosas que emulan la cara de Donald Trump, pero con la foto del usuario del móvil.
Además, esta aplicación se une a la tendencia crossmedia solicitando a sus usuarios que las imágenes realizadas a través de la app, se publiquen en redes sociales con la etiqueta #TrumpYourself. Cuenta también con perfiles propios de Twitter y Facebook, en los que tiene una cantidad considerable de usuarios, lo que demuestra la popularidad que ha llegado a tener esta forma indirecta y divertida de hacer evidente el desacuerdo con algunas de las políticas y las formas del nuevo presidente norteamericano. Otras apps son Estilo Loco (Android), Crazy American Style (iOS), Selfie with Trump, o Tu cabello como el de Trump, que ofrecen otras soluciones tecnopolíticas para el activismo digital.
Otro dato interesante sobre cómo se está desarrollando el entorno de desarrollo en activismo contra Trump son los 2440 repositorios que podemos encontrar en GitHub. Un GitHub es una plataforma de desarrollo colaborativo de software en el que se alojan proyectos utilizando el sistema de control de versiones Git. Es decir, se almacenan datos de forma pública, que pueden ser utilizados de manera libre por cualquier que acceda a ellos.
Sin embargo, también se pueden almacenar datos de forma privada, creando una cuenta de pago. Un ejemplo de esto es la aplicación Trump2cash, un bot de Twitter que, en función de las menciones que él hace de compañías, twittea recomendaciones de que se compren o vendan acciones de ellos. Por otra parte, son varios los grupos que se han organizado en GitHub bajo “ Code Against Trump”.
Finalmente: el Trump Troll Doll. Esta iniciativa de crowdfunding pretende crear un muñeco desnudo de Donald Trump que tiene un celular en la mano y cuyo pelo tiene, todavía, un aire más gracioso del que es en la realidad. Además, la iniciativa sigue el éxito d el muñeco de Bernie Sanders. Su creador es Chuck Williams, un antiguo diseñador de Walt Disney, que ha decidido crear su proyecto político-creativo en la plataforma colaborativa de Kickstarter.
El humor es una poderosa arma, tan efectiva como la información veraz y rigurosa, o la acción vigilante de la sociedad movilizada.
Publicado en: Univisión (5.03.2017)
Enlaces de interés:
– Ocho aplicaciones para sobrevivir a la era de Trump (Univision)
– La incorreción política en el humor: cuando la ofensa me da risa (Mónica Luengo. El País, 3.03.2017)
Fuente: Blog de Antoni Gutiérrez-Rubí