Por: Jamer Chica
La experiencia obtenida por varios consultores políticos a lo largo de diferentes campañas, ha permitido identificar un número de factores que se convierte en variables de riesgo durante un proceso electoral. A continuación se citan algunos de los errores más comunes que se presentan durante el desarrollo de una campaña política, los cuales deben evitarse para obtener un resultado satisfactorio:
1. Confundir Marketing Político con Marketing Comercial. Debido a este error tan común es que la estrategia de muchas campañas no es eficaz, se suele asimilar el mercadeo convencional de productos con la promoción de un candidato o un programa político, razón por la cual el manejo de la estrategia la asume un publicista o mercadologo, más no un especialista en asuntos políticos.
2. Las redes sociales no pueden ser administradas por personas sin experiencia. Encargar de las redes sociales a la asistente personal, al jefe de agenda, al periodista o al publicista es un grave error. La estrategia de social media debe ser gestionada por expertos (Estratega digital o Community Manager).
3. Apoyarse solo en la publicidad. Algo muy común de las campañas es concentrar todos los esfuerzos en el elemento intuitivo (feeling) y no en el estratégico. Se comete un gran error pensar que al contratar una agencia de publicidad para el desarrollo de la imagen y el concepto de campaña, es utilizar marketing político; si bien la publicidad es un elemento importante dentro de la campaña, no es el único.
4. No conocer al electorado. Es un grave error no conocer al elector. Las campañas que no conocen el electorado, les es bien difícil generar un mensaje determinante que conmuevan al votante, no centrar esfuerzos por conocer las emociones, necesidades y expectativas del elector es construir el camino hacia el fracaso.
5. Hacer lo mismo de campañas anteriores. Cada campaña y candidato tienen elementos únicos, que si bien pueden servir en determinado momento de referencia, el contexto en cada elección no siempre es el mismo.
6. Bailar al son de otro candidato. Los candidatos deben tener su vista hacia el frente al igual que los caballos de carreras. Se debe evitar al máximo caer en las trampas utilizadas por las campañas rivales, la estrategia de ataque debe evadirse, no se puede permitir que el adversario proponga la agenda, los temas y el ritmo de la contienda.
7. No estar preparado frente a una eventual campaña oscura. En virtud de lo anterior, una campaña sin táctica y que no cuente con un protocolo de reacción inmediata frente a los posibles ataques que puedan presentarse, es una campaña vulnerable y que fácilmente pueda derrumbarse.
8. Destruir al oponente no siempre es la estrategia a seguir. Confundir una campaña electoral con una guerra mediática en contra del adversario, no siempre traerá resultados favorables, con ello se puede entrar en un desgaste político y a la postre terminara cansando al elector.
9. Confiar en los resultados del partido. No hay algo más errado y peligroso para una campaña que centrar su confianza en el voto duro. Anteriormente los partidos tenían una base lo suficientemente sólida que podía brindar una victoria electoral; no obstante, el paradigma ha cambiado y actualmente nos encontramos con un elector más volátil que se mueve entorno a sus emociones y necesidades, por esta razón, es que ninguna elección se gana contando solo con la base electoral del partido.
10. No hacer un presupuesto real. Un error muy común y reiterativo en la mayoría de campañas se presenta a la hora de elaborar el presupuesto. Al igual que un vestido, cada campaña debe confeccionar su presupuesto a la medida de sus necesidades, la tendencia siempre será construirlo de la misma forma en que transcurre la campaña y no de forma invertida, como es realmente que debe planearse.
11. No tener asesores. La mayoría de candidatos confunden su experiencia política, con el bagaje que debe tenerse al momento de dirigir una campaña electoral. Un gran error que se comete por parte de los aspirantes es encargarse ellos mismos de su campaña o rodearse de amigos y familiares para dirigir un proceso electoral, colocar en manos inexpertas la dirección de una campaña puede traer consigo resultados adversos.
12. No tener estrategia. No se debe afrontar una campaña electoral sin estrategia, sería igual que navegar sin rumbo. La estrategia es la vida de la campaña política, un proceso electoral sin ella, está condenando al fracaso.
13. Mal manejo del tiempo. Una campaña que no planea, ni desarrolla sus momentos adecuadamente, tiene una gran probabilidad de perder. El tiempo es uno de los recursos más valiosos que no puede recuperarse, por ende debe invertirse eficientemente.
14. No segmentar la campaña. Generalizar al electorado es un error muy común, cuando no se tiene clara la estrategia y no se utiliza una metodología de segmentación.
15. No capacitar al equipo. Salir al campo de batalla con un ejército sin entrenamiento, es condenarse a la derrota. Un equipo capacitado brinda la certeza que las labores serán desarrolladas adecuadamente.
16. No utilizar tecnología. La oportunidad que brinda la tecnología de tener una constante interacción con millones de electores, no se puede dilapidar. La tecnología permite ir un paso adelante en busca de la victoria, fue así como Kennedy utilizó a su favor la televisión, Obama el internet y Trump las redes sociales.
17. Creer que se sabe todo. Cuando un candidato o jefe de campaña tienen la convicción que lo saben todo, es cuando más vulnerables son a la derrota.
18. Hablar de las debilidades propias. Es un flagrante error resaltar los aspectos negativos, esto conlleva al elector a construir una imagen deficiente sobre nuestro candidato.
19. Confiar en las encuestas. Si bien el resultado de las encuestas es un factor a tener en cuenta, no se debe confiar plenamente en su resultado, toda vez que puede conllevar a tomar decisiones poco acertadas e inclusive a bajar la guardia; el Brexit en UK, el Plebiscito en Colombia y las elecciones Presidenciales en EEUU son ejemplo de ello.
20. Dividir la fuerza electoral en varias campañas. Como se dijo anteriormente, el voto duro no es suficiente para asegurar la victoria y mucho menos si la base electoral del partido está dividida, concentrando su potencial en diferentes candidatos.
21. No elaborar un diagnóstico. Una campaña que antes del trabajo de campo no hace un verdadero trabajo de investigación, está especulando. El DSP es el punto de origen de un proceso político serio y profesional.
22. No evaluar. No hacer un constante proceso de evaluación al interior de la campaña que permita corregir desviaciones y tomar correctivos, puede conllevar a la derrota en las urnas.
23. No descansar lo suficiente. Un candidato cansado comete muchos errores, se tiene una falsa concepción que un candidato eficiente es el que pasa el mayor número de horas trabajando. Por el contrario, un candidato agotado pierde agilidad, claridad y está propenso a enfermarse.
24. No analizar las derrotas pasadas. Un gran ejercicio de aprendizaje es analizar las derrotas, así sean ajenas, de ellas se obtiene un gran aprendizaje.
25. No estudiar el bosquejo. En los debates políticos se nota con gran facilidad cuando un candidato no está preparado, toda vez que titubean, hablan sin estadísticas e improvisan cuando encaran a sus rivales. Un candidato responsable es aquel que también se exige estudiando, se rodea de expertos en determinadas áreas del conocimiento y profundiza con vehemencia en cada uno de los temas que plantea.
Fuente: Blog de Jamer Chica