Por: René Palacios
De todas las instituciones políticas de la era moderna, el Poder Legislativo es, sin dudas, la que tiene los mayores inconvenientes para comunicarse con la ciudadanía. Como hemos señalado en otras entradas, las asambleas legislativas (en cualquier nivel y bajo el paraguas de todos los sistemas políticos) encuentran un camino plagado de escollos para poder hacerse entender y su relación con la prensa tradicional no lo está ayudando.
A menudo, la cobertura mediática de la actividad del parlamento está teñida por la superficialidad en el tratamiento de la información, la unidimesionalidad para mostrar el trabajo de los legisladores y la tendencia a la cobertura de escándalos y discusiones que no ayudan a mejorar la precepción de los públicos sobre el trabajo legislativo.
En los últimos años, los parlamentos están desplegando nuevos y novedosos mecanismos para comunicar sus actividades e involucrar a los ciudadanos en el proceso legislativo. Esta estrategia está dividida en dos grandes áreas: por un lado, se intenta ofrecer más información y mejorar el entendimiento del público sobre la actividad del Parlamento. Por el otro, se busca generar nuevos mecanismos de consulta y participación ciudadana.
Comunicación directa
Los parlamentos han puesto en marcha mecanismos de comunicación directa que intentan saltar la mediación tradicional de la prensa. Webs, redes sociales, señales de radio y televisión son herramientas que –en distinta medida y calidad– todas las casas legislativas están usando para mostrar el proceso parlamentario de forma más clara. Por ejemplo, en México el Congreso Nacional tiene un canal propio donde mezcla información del parlamento con ficciones auspiciadas por el poder legislativo. En Chile hay un canal que transmite todas las sesiones de comisión en vivo y en el Congreso de los Estados Unidos todas las comisiones tiene su propia Web y perfiles en las redes sociales para comunicar su trabajo. En el Parlamento Británico, se llevan adelante encuentros virtuales con los legisladores y en Brasil te invitan a recibir información actualizada en tu mail acerca del trabajo de tu Diputado.
La época de la gacetilla de prensa se ha terminado. Las legislaturas han entendido que el proceso de convergencia comunicacional las obliga a presentar la información en distintos formatos y para diferentes públicos. En Australia el parlamento tiene una revista propia donde cuanta como es el trabajo legislativo desde una mirada descontracturada. En Bogotá, su canal de youtube tiene videos que explican el proceso parlamentario a través de animaciones y en Chile la biblioteca del Congreso tiene videos explicativos de las leyes sancionadas que están traducidos al idioma mapuche.
Puertas abiertas
Los parlamentos son símbolos de la democracia y en la mayoría de los casos están alojados en edificios emblemáticos que dan testimonio de la cultura y la historia de una región o país. La mayoría de las instituciones tienen políticas de puertas abiertas que intentan poner en valor su patrimonio abriendo sus instalaciones al público. Muestras, conciertos, charlas sobre problemas de actualidad e incluso un concurso de cuentos dirigido por el escritor Eduardo Saceheri (De la ganadora del Oscar, El Secreto de sus Ojos) son parte del itinerario basado en la convicción de que para hacer que las personas se interesen más en el Parlamento no hay nada mejor que el acceso físico.
Los parlamentos están desarrollado nuevos espacios de participación que van más allá de los mecanismos tradicionales de consulta. Internet ofrece hoy nuevas herramientas de consulta y participación en línea que tienen una fuerte potencialidad para involucrar a más voces de manera instantánea y con gran alcance. El Senado chileno fue uno de los primeros en encarar este proceso con su programa Senador Virtual. Algunas legislaturas se están tomando esto muy en serio: el Parlamento británico creó una comisión especial de expertos para explorar el potencial de la tecnología digital con el fin de construir una democracia parlamentaria más moderna e inclusiva. El informe, presentado el año pasado, recomienda entre otras cosas, que el Parlamento debe ser completamente interactivo y digital para el año 2020.
Un Parlamento en terreno
El hecho de que la mayor parte del trabajo legislativo se desarrolle en el recinto de sesiones, las comisiones, la oficina y el bloque parlamentario alimenta la percepción de encierro de una ciudadanía que pide legisladores que estén en la calle. Debido a esta situación, los parlamentos están centrando cada vez más intensamente sus actividades fuera del edificio legislativo. La idea es lograr una mayor participación en los debates, mejorar su alcance territorial y generar más interactividad con el público. Por ejemplo, en Sao Pablo el poder legislativo local realiza reuniones en los barrios y la Asamblea de Gales tiene un bus itinerante que recorre el país mostrando el trabajo parlamentario.
Vinculación con organizaciones de la sociedad civil
Como apuntamos anteriormente, el Parlamento se enfrenta a un escenario donde existe una proliferación de organizaciones de la sociedad civil que están compitiendo con él en su función de representación. A esto se suma, además, la multiplicación de agencias que surgieron para vigilar las acciones estatales que comparten con el Parlamento su función de control. Asimismo, el Poder Legislativo se encuentra cada vez más monitoreado en su funcionamiento por diversas organizaciones. Por eso y con mayor frecuencia, gobiernos locales, ONGs, universidades, centros de estudios y sindicatos están trabajando en conjunto con los organismos parlamentarios de manera articulada. Por ejemplo, la Fundación Directorio Legislativo en Argentina o la Hansard Society en el Reino Unido están trabajando para fortalecer la institucionalidad parlamentaria. Al trabajar de manera colaborativa, las legislaturas están entendiendo que no siempre deben liderar las iniciativas para generar valor agregado y estar presentes en nuevas formas de vinculación con la comunidad.
Jóvenes como público objetivo
En los últimos años, las actividades educativas ofrecidas por las legislaturas se encuentran en franco crecimiento. Más allá de las clásicas visitas guiadas para estudiantes, las legislaturas de todos los niveles ofrecen hoy programas de participación interactiva con simulación del proceso legislativo ubicado incluso en los mismos recintos parlamentarios. Además, el potencial que ofrece la web está siendo aprovechado en algunas instituciones para ofrecer canales apuntados al público joven en toda la región. El Parlamento británico, por ejemplo, tiene un juego de simulación interactiva de la actividad legislativa. El razonamiento detrás de estas iniciativas es el reconocimiento de que si los ciudadanos se involucran desde temprana edad es más probable que continúen involucrándose con el paso del tiempo.
Transparencia y Open Data
Impulsados por la presión de las organizaciones de monitoreo parlamentario, las legislaturas están llevando adelante –en distinta medida y nivel de profundidad– políticas de apertura de su información en un formato apto para ser reutilizado por la ciudadanía. La Cámara de Diputados de Brasil con su Laboratorio Hacker ha marcado un antes y después en ese sentido y su ejemplo se está replicando a legislaturas más chicas, como en la ciudad de Córdoba en Argentina que tiene su portal de parlamento abierto.
Más grandes o más chicos, más interactivos o en formato estático, a través de las redes sociales o aprovechando los formatos impresos más tradicionales, lo cierto es que el Poder Legislativo está buscando nuevas formas de acercarse a los ciudadanos y dar a conocer su trabajo desde una nueva perspectiva. Sin dudas, lo que se abre hoy es un campo abierto para que todos aquellos que trabajan haciendo comunicación política puedan ayudar a consolidar una de las instituciones más importantes del sistema democrático.
Fuente: Blog de René Palacios