Por: Ivanna Torrico
Para nadie es desconocido que tener presencia en redes sociales es fundamental hoy en día, y los políticos no están al margen de esto.
Hace poco fuimos testigos de un amplio debate en nuestro país sobre quién sería el tuitero más seguido e influyente de Bolivia.
En tiempos de redes sociales los mensajes se acomodan a los gustos de cada internauta. Las nuevas formas de comunicación filtradas por algoritmos generan un desafío a la comunicación política. ¿Los candidatos deberían decirle a cada uno lo que quiere escuchar? ¿Cómo se seduce a ciudadanos acostumbrados a mensajes que los invitan a ser diferentes del resto? ¿Cómo sumarlos a un proyecto común? En una sociedad segmentada en miríada de identidades, ¿cómo interesar a una mayoría por la situación del país o por entender una política económica? La respuesta no es fácil, pero es la pregunta para cualquier político de hoy.
Los políticos en el mundo entero intensifican su movimiento en ellas o se abren un perfil, sobre todo en Twitter, donde el debate político es más intenso.
Facebook y Twitter se convierten en un camino directo de comunicación con los votantes donde los candidatos políticos se lanzan a la actualización masiva de sus perfiles.
¿Pero cómo funciona el cerebro del votante frente a los temas políticos en las redes sociales, cuánta información personal le damos a estas plataformas y proveedores de telefonía móvil, cómo se utilizan actualmente nuestros datos personales?
Antes de las elecciones presidenciales, el Congreso de los Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que permitió a los proveedores de internet vender datos de sus usuarios, por ejemplo los historiales de búsqueda o la localización, a pesar de que con esto se eliminan las garantías de privacidad en la red vigentes hasta ese momento en ese país.
Hoy el Big Data nos permite saber dónde están las personas, pero también saber qué compran, qué comen, cuándo duermen, cuáles son sus amigos, sus ideas políticas, su vida social, qué opinan sobre los políticos, cuáles son necesidades o los temas que más les interesa, etc. etc.
Nos enfrentamos a un cambio significativo, estamos conociendo a la sociedad como nunca antes y podemos hacer predicciones con un nivel científico.
Trump utilizó estos datos en su campaña, contrató los servicios de Cambridge Analytica para la elección, que por cierto no es rusa.
El equipo que contrató sabía cómo utilizar los algoritmos, una vez por ejemplo crearon 175 mil versiones de un mensaje, con variaciones en el color, en la imagen, en el subtítulo, en la explicación, etc. posteriormente lo mandaron de manera personalizada.
En ese entonces, Trump dijo “estoy a favor del derecho a tener armas”, algunos recibieron esa frase con la imagen de un criminal que entra a una casa, porque es gente más miedosa, y otros que son más patriotas la recibieron con la imagen de un tipo que va a cazar con su hijo. Es la misma frase de Trump y ahí tienes dos versiones, pero aquí crearon 175 mil con diferentes modificaciones.
Esto no tiene nada que ver con la democracia, es populismo puro, según Martin Hilbert, experto en redes digitales, “el texto te dice exactamente lo que quieres escuchar. Y no sólo mandan el mensaje como más te va a gustar, también pueden mostrarte sólo aquello con lo que vas a estar de acuerdo.”
Los datos que Trump usó según Hilbert fueron por ejemplo:
“Teniendo entre 100 y 250 likes tuyos en Facebook, se puede predecir tu orientación sexual, tu origen étnico, tus opiniones religiosas y políticas, tu nivel de inteligencia y de felicidad, si usas drogas, si tus papás son separados o no. Con 150 likes, los algoritmos pueden predecir el resultado de tu test de personalidad mejor que tu pareja. Y con 250 likes, mejor que tú mismo.
Mensajes como los que vemos a continuación con palabras clave fueron los más utilizados durante su campaña:
“Después de cuatro años de Hillary Clinton ¿qué tenemos? ISIS se ha extendido a lo largo de la región y del mundo”.
“Vamos a construir un gran muro en la frontera para frenar la inmigración ilegal y las pandillas”.
“Casi 180,000 inmigrantes ilegales con antecedentes criminales con órdenes de deportación están esta noche deambulando libres en las calles amenazando a ciudadanos pacíficos”.
“Este es el legado de Hillary Clinton: muerte, destrucción, terrorismo y debilidad”.
En América Latina hacia allá vamos, Mauricio Macri utilizó también el Big Data en su campaña, si bien ganó por solo con un 2% de los votos, podemos atribuir esa diferencia a que conocía mejor a los votantes. Y gracias a eso pudieron comunicar mejor.
¿Cómo serán las campañas que vendrán en nuestro país, confiarán los políticos en el poder de los algoritmos?
Referencias:
‘The real story of how Big Data analytics helped Obama win’, Andrew Lampitt, infoworld.com, 2013
‘Big Data’s Big Role in Big politics’, Michel Novinson, crn.com, 2016
Fuente: Política Comunicada