Por: Jamer Chica
La política en el mundo actual, es un ejercicio que debe repensarse y construirse permanentemente, razón por la cual exige conocer la metodología bajo la cual funcionan sus premisas por parte de las personas que interactúan en su dinámica. En este sentido, las campañas electorales giran en torno a las necesidades y circunstancias que se presentan en el contexto político de cada territorio, en virtud de los patrones sociales, económicos y culturales que subyacen al interior de cada sociedad.
No es un secreto para nadie que las campañas políticas desde hace unas décadas atrás han acudido a diversas técnicas del mercadeo convencional para lograr sus fines, el marketing político tuvo sus inicios en EEUU con precursores como Joseph Napolitan que asimilaban al candidato político como un producto que debía ofrecerse en un mercado electoral (los ciudadanos), ello conllevo a que candidatos como Eisenhower, Kennedy, Nixon, Reagan y Bush contrataran agencias de publicidad, expertos en medios de comunicación y asesores de imagen con el fin de promover sus campañas y adquirir una ventaja comparativa frente a sus contendores; en los años 90´ las campañas de Bill Clinton, Tony Blair y José María Aznar, evidenciaron una vez más el poder que radicaba en la estrategia política, utilizando a los medios de comunicación para posicionar sus perfiles públicos. En la actualidad, el paradigma que se vislumbra está enfocado en los medios digitales, el internet y las redes sociales se han convertido en poderosas herramientas que han contribuido en el triunfo de cientos de Presidentes en todo el mundo, incluso Barack Obama y Donald Trump constataron su relevancia en el momento en que luchaban por llegar a la casa blanca.
La campaña presidencial de los Estados Unidos siempre ha sido un referente mundial en la forma cómo se debe desarrollar una campaña política, vale citar el ejemplo en la elección del magnate Donald Trump para entender cómo un candidato puede valerse de la tecnología con el firme propósito de triunfar sin incurrir en los gastos desmesurados que equivale aparecer constantemente en los periódicos, las revistas y la televisión. El “ciberactivismo” más que una técnica, es una estrategia que se utiliza en un horario 24 / 7 y que está dando resultados contundentes frente a otro tipo de canales informativos que carecen de la interacción constante brindada por los medios digitales.
En este sentido, se puede afirmar que la comunicación política se ha desarrollado bajo dos esquemas o métodos: el primero, conocido como el método convencional y el segundo, denominado el método interactivo o la técnica 2.0.
-El método convencional (1.0) funcionaba bajo un modelo de comunicación unidireccional donde el mensaje era emitido por parte de un emisor hacia un receptor utilizando un canal determinado. Es decir, en la comunicación al igual que en la publicidad, predominaba el factor intuitivo a la hora de construir el mensaje y para su difusión se hacía uso de los medios de comunicación tradicionales (offline) que poco permitían la interacción directa con el votante.
Bajo este modelo, los aspirantes a una elección utilizaban dos elementos: el conocimiento subjetivo del elector y el uso de la elocuencia; es decir, con estas dos premisas el candidato político sabia como encaminar su discurso hacia los puntos más sensibles del votante con el fin de obtener los réditos esperados en las urnas, un método bastante demagógico que se practicó por varias generaciones dada su gran facilidad para generar adhesiones.
Sin embargo esta técnica en la actualidad ha sido abolida gracias al surgimiento del ciudadano 2.0. Los seres humanos en la actualidad son más deliberativos, opinan e interactúan constantemente y esto obedece en gran parte al uso del internet, a la constante demanda de dispositivos electrónicos y al crecimiento de una nueva sociedad digital que ha cambiado la forma en que las personas se comunican; un estudio liderado por la asociación americana de medios impresos revela que el auge de la publicidad en internet ha sido paralela al declive de la publicidad que se pautaba en la prensa y en la radio, en consecuencia los medios tradicionales (offline) han cedido terreno frente a los medios digitales (online) y esto ha generado una revolución en los métodos de comunicación de los seres humanos.
-El método interactivo (2.0) es un modelo de comunicación con un enfoque más participativo, interactivo y/o bidireccional, esto ha conllevado a hablar de comunicación 2.0 donde desaparece el esquema de emisor-receptor para dar paso al lenguaje bidireccional en el cual cobra gran importancia y protagonismo el ciudadano. Ahora bien, bajo este precepto se hace necesario que el mensaje se construya a partir de los gustos, intereses, necesidades, expectativas y emociones de las personas, utilizando para ello técnicas de investigación que coadyuven a obtener esta información de una manera más precisa, si a lo anterior se suma el constante crecimiento de los nuevos medios digitales de comunicación disponibles en el bolsillo de cualquier usuario, se puede exhortar en el plano de la comunicación política que el método convencional aún utilizado por muchos candidatos, ya no es un modelo eficaz dada la connotación especial en la forma como se comunica la sociedad actual.
En consecuencia, el método interactivo (2.0) ha obligado tanto a las agencias de publicidad como a las empresas de marketing a estudiar exhaustivamente el comportamiento y los hábitos del consumidor, estas se han ocupado como nunca antes por captar información del mercado como un insumo valioso para promocionar y vender sus productos, es por ello que las campañas publicitarias han tenido que migrar desde el plano intuitivo hacia el estratégico, algo que no es ajeno al quehacer político que se ha dedicado de igual manera a estudiar al electorado y los segmentos que lo conforman, quien tiene la información tiene el poder, es la premisa que predomina actualmente en un sistema comercial cada vez más competitivo, en el cual se utilizan diversas tácticas de aproximación o acercamiento con los ciudadanos, con el fin de obtener ese valioso insumo a la hora de construir una estrategia comercial o política.
Por consiguiente, el conocimiento subjetivo del elector y la elocuencia como patrones promulgados en el modelo anterior, fueron sustituidos por conceptos en el método 2.0 como: estudio del electorado a través de técnicas de investigación cualitativas y cuantitativas, que permitieran formular una estrategia en virtud de las peculiaridades de cada segmento de los votantes, aplicando diferentes tácticas encaminadas a lograr los objetivos del candidato y haciendo uso de los diferentes medios masivos de comunicación, entre ellos las modernas plataformas digitales donde lo que prevalece es el “ruido in situ” del mercado electoral.
Ahora bien, cuando todavía no se ha terminado de desarrollar el método interactivo y apenas se está asimilando por parte de la gran mayoría de personas que están migrando hacia este modelo, ya se habla de comunicación 3.0 donde el auge tecnológico es llevado a su máximo esplendor y el protagonismo es asumido por las maquinas, un método con mayor carga semántica, con medios inteligentes dotados para recolectar, procesar y analizar la información de manera autónoma, con plataformas tecnológicas capaces de comprender lo que se les pide; un trabajo mancomunado entre el ser humano y los robots en los diversos campos del conocimiento, un paradigma donde los medios offline pasarían a ser parte de los anaqueles de la historia.