La experiencia de manejar campañas de manera simultánea, el desarrollo de tecnologías con una escuela autodidacta, hacen de Cuadrangular una agencia digital innovadora.
En esta entrevista, Miguel Valdez, el fundador de la empresa, explica sus experiencias, retos y desafíos en un mundo que cada día evoluciona y que no permite el error.
Entrevista originalmente publicada en la revista Washington COMPOL 2018
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Cuadrangular se ha convertido en uno de los principales referentes del marketing político digital en México. ¿Cuál es el secreto de este éxito?
El éxito se basa en la consistencia, desde que terminé mis estudios, arranqué una start up de desarrollo de tecnologías y después de esa aventura inicié con la empresa de desarrollo de estrategias de marketing digital para la iniciativa privada. Al ser emprendedores, desde los inicios aprendimos modelos de negocios y metodologías ágiles, por ello siempre sostengo que la escuela que trae mi empresa es una cultura autodidacta.
Además, durante años he buscado a los mejores aliados posibles y he crecido desde abajo. Empecé con candidatos independientes a pequeñas presidencias municipales, seguí con gobernadores ganadores y actualmente extendemos el modelo de negocio hacia América Latina y Centroamérica.
¿Cómo fueron sus inicios?
Fueron duros. La verdad, nunca trabajé como empleado en una empresa y por ello tuve una curva de aprendizaje un poco más larga que la de un emprendedor promedio. Me asesoré bien y eso me llevó a la famosa “prueba y error”, pero al final, asenté una idea uy un concepto que hoy en día se materializa en Cuadrangular.
Su campaña con El Bronco es un antes y un después. ¿Cómo se desarrolló?
Fue un reto. Tomar en el segundo estado del país a un candidato poco conocido e independiente no es algo a lo que se pueda aventurar cualquiera. Tras varias reuniones me comentaron la intención de hacer una campaña de bajo presupuesto y cien por ciento digital.
Me acerqué con El Bronco, lo conocí, entendí sus ideas y conceptos y empecé en el diseño estratégico. Planteamos una campaña que buscaba generar un movimiento digital, detectar simpatizantes por medio del internet y afiliarlos a dicho movimiento. Fue así como identificamos usuarios y segmentos a varios niveles y diferentes universos. Con el tiempo, el Bronco ganó y nuestro trabajo llamó la atención. Desde ese día nos ha buscado mucha gente.
¿Qué otras campañas de éxito ha realizado?
Este 2018 fue especial. Tuvimos el reto de dos gobernaturas, Ciudad de México y Tabasco. El volumen de usuarios sobre quienes trabajamos equivale al de muchos países del mundo. Puedo decir con orgullo que los resultados sobrepasaron mis expectativas y las de mis clientes. También debo hacer un reconocimiento al equipo que construí y con el cual pusimos de manifiesto cómo la tecnología y la ciencia de datos se pueden transformar en acciones claras de campaña.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar con dos gobernaturas simultáneamente? ¿Cuáles fueron los desafíos?
Me permito una broma: resultó en falta de sueño. Lo cierto es que generó una gran cantidad de aprendizajes y experiencia que no se puede cuantificar. Tuve que moverme constantemente entre varias ciudades del país, debía estar atento a los movimientos políticos de muchísimos candidatos y dar seguimiento a varias líneas de trabajo.
Puedo decir que los desafíos fueron muchos y muy apasionantes, pero sin duda, me quedo con el crecimiento que tuvimos en las encuestas desde el día cero de campaña, hasta el resultado final.
¿Cuál es la primer regla para llegar al votante por medio de internet?
Hablaré de un caso específico. En la Ciudad de México hay una gran cantidad de usuarios, públicos, gustos, tribus sociales, entre otros. La estrategia de campaña seguía una línea un poco conservadora y generar un ecosistema ideal fue muy difícil. Por medio del entendimiento de datos y tecnología pudimos generar discursos que fueron efectivos en cada tipo de público, sin perder la esencia de la campaña.
¿Cuál es el error que no puede permitirse un consultor político digital?
Ninguno. En esto soy muy tajante conmigo y con mi equipo. En un mundo tan complejo como el digital, los errores no pueden existir.
En el mundo digital, un error en un post te cuesta la cuenta y… adiós.